Una pregunta... cuando decís regularizar, a qué os referís exactamente? Porque yo me estaba poniendo en el caso de considerar la prostitución como una profesión más, y por eso decía que me parecía poco factible que tengan derecho a paro, a bajas por enfermedad, a vacaciones... etc.
Bueno, Ajandro, me han encantado tus apreciaciones. La verdad es que el debate se pone interesante. Lo cierto es que las personas que defienden el modelo prohibicionista, rara vez esgrimen algún argumento, que pueda considerarse razonable o fundado en un Estado como el nuestro.
El único "medio, medio" se lo escuché a Inmaculada Montalbán, cuando explicó que el ejercicio de esta actividad sería un acto de violencia de género.
Digo "medio, medio", porque olvidaba Inmaculada dos cosas:
En primer lugar, olvidaba la Magistrada que la prostitución no es un servicio que exclusivamente prestan las mujeres. También lo están prestando los hombres, si bien en una cifra muy inferior, pero que va en aumento.
Además, esta dato revela igualmente que la estadística lo que dice es que la prostitución no sólo es una actividad que no tiene tendencia alguna de desaparecer, sino que además lo que tiende es a incrementarse y además a aperturarse a cualquier opción sexual (no sólo entre heterosexuales, sino también entre homosexuales).
En segundo lugar, porque el hecho de contratar o prestar estos servicios no justifica recibir un "mal trato". Es decir, el hecho de recibir una persona por parte de un cliente o de su "empleador" un trato inadecuado, no sería culpa de la actividad, sino de la mentalidad que este cliente o contratador proyectan sobre su ejercicio.
Luego, tendría que haber, aparte de la regularización, una política de los poderes públicos, sobre todo de inserción o integración social.
La sociedad en este sentido tendría que entender o hacérsele entender es que si la prostitución existe, es porque la población acude a estos servicios, y "si acudimos" como población a estos servicios (en gran escala, por cierto), no podemos apedrear ni marginar al profesional que lo presta.
Exacto, es muy cuestionable que los poderes públicos hayan de intervenir en la propia disposición del cuerpo a cambio de una retribución. Sobre la igualdad pretendida por la CVG, sigo viéndolo más como un argumento a favor, para regularizarlo, que para no hacerlo, siempre que se refiera a la igualdad, en cuanto a la situación "legal" respecto del que paga y del que cobra.
Me interesa especialmente ahondar, en la situación que surge al situar la actividad, de un lado u otro de la difusa linea que separa el campo de intervención del Estado y la autoderminación libre del individuo, hasta tales limites, como prostituirse.
Es cierto Maica, que es un actitud hipócrita, el que exista una demanda cada vez más alta y la marginación de quien ejerze la prostitución no descienda. Como si no se quisiera reconocer o desplazar la prostitución del lugar donde siempre ha estado, es decir, la sombra. ¿ será posible hacerlo ? Yo creo que si.
En cualquier caso, mi opinión personal, que puede ser muy discutible, es que dudo mucho que, por lo menos con inmediatez, se dicte, por fin, alguna norma que regule esta actividad. Es decir, se regularice.
Me baso, para afirmar esto, en la situación política que desde hace algunos años me percato se vive en este país, y que está afectando negativamente a todas las ramas de la vida, incluida la jurídica.
Basta encender la televisión unos instantes, para darse cuenta que los dos principales partidos políticos que existen ahora mismo en este país, han dejado de ejercer una labor "de mejora de gobierno", para enfrascarse en una auténtica lucha de detentación del poder. Desde hace un tiempo la brecha entre ambos y su falta de colaboración, aún en temas trascendentales, ha sido evidente y manifiesta.
Ello ha repercutido muy negativamente, a mi juicio, y por la parte que me toca, en sector jurídico, y, hablando de mi especialidad, en el derecho penal esta influencia ha sido, en una palabra, devastadora.
Las últimas reformas penales que se han acometido no se han hecho o realizado en pro de los avances y principios de política - criminal, sino ejerciendo más bien una política de "pan y circo", me explico, dar al "pueblo" lo que pide la mayoría.
Eso puede ser muy peligroso. No hay nada más que preguntarle a la gente si acepta la pena de muerte. La gran mayoría te contesta que SI. Es un reflejo de que las personas, en primer lugar, no están formadas, ni mucho, ni poco, ni nada, en valores constitucionales. Y además ello revela que la reforma de las leyes, y en concreto de la penal, no se puede dejar en manos de opiniones mayoritarias, que pueden desconocer ciertos principios, sin los cuales nuestro Estado, como constitucional, podría desaparecer, para convertirse en otras formas de gobierno ya superadas y que han demostrado poco éxito.
Dos claros ejemplos prácticos de lo que estoy diciendo serían los siguientes:
1) En primer lugar, las reformas que se han acometido en cuanto a la violencia doméstica son el fracaso más rotundo. Han dado al trate con el principio de igualdad en el derecho penal. Han vuelto a convertir nuestro derecho penal en un derecho penal de autor, que ya estaba superado desde tiempos inmemoriales. Además, se han olvidado que las penas privativas de libertad jamás pueden tener un sentido retribucionista. porque la reforma acometida es "retribución por retribución".
Todo ello, en mi opinión, es una política abierta para ganar votos. Es así que la sociedad está cansada de las cifras de víctimas muertas por malos tratos (que, dicho sea de paso, antes también existían, puede ser que incluso más, pero nadie hablaba de ello), y que todos estamos de acuerdo que ello ha de cambiar.
Sin embargo, olvida la gente que la solución no está en el derecho y en dar al traste con el derecho penal moderno, para avanzar hacia atrás como los cangrejos, pues por mucho que sacrifiquemos nuestro Estado Constitucional, mientras que en las casas de todos se siga educando a las mujeres en ciertos valores, no habrá nada qué hacer: se las educa en poca autonomía, en bastante poca autodeterminación, en buscar la seguridad (incluso en el matrimonio) antes de la felicidad y la realización personal, se las limita en cuanto a las profesiones a elegir, y, por supuesto, el ejemplo que sus padres, como matrimonio, le dan a los menores. Eso es a mi juicio lo que se ha de cambiar. Mientras los padres sigan educando a los menores en la violencia de género, que no me cabe ninguna duda se aprende en las casas, nada que hacer.
El segundo ejemplo ha sido la reforma de la Ley Penal del Menor (he dejado un post por si a alguien estos temas le interesan). No he visto en mi vida fracaso más grande. Como en ese post he dejado bien claro mi punto de vista, me remito a lo que allí pone.
Digo todo esto, porque si la opción de regularizar la prostitución estuviera apoyado por amplios sectores de la sociedad, se regularizaría mañana, pues, al fin y al cabo, esto ha tomado una marcheta, que me pregunto yo si acabaremos como en los Estados Unidos, eligiendo a los jueces y fiscales como a los políticos, echando votos en una urna.
Muy al contrario, según lo que yo he podido ver, hay tantas opiniones como colores. Los sectores de izquierdas no tienen una opinión unánime al respecto. Los de derechas, mejor ni hablar. Y no me extrañaría de que al final la iniciativa se quede en "saco roto", por no echarse en contra ciertos sectores de la sociedad que no aceptan la regularización (los sectores feministas primero), que, al fin y al cabo, se podría traducir en pérdida de votos y, en consecuencia, en pérdida de poder.
Si, está dificil, pero piensa en el matrimonio homosexual, no se reguló hasta que alguien lo hizo, en ese caso, habrán pensado que políticamente hablando era más económico regularlo?, en mi opinión, la representación se basa en eso, en la traducción de la voluntad mayoritaria, no tendría que traducirse en legislar a golpe de telediario, pero en qué medida si la mayoría de la población no desea la regularización, hay que regularla ?
Estoy de acuerdo, cuando dices que "el cambio" es una cuestión de valores, que la solución pasa por la educación familiar y que en la medida que la sociedad no profese esos valores, ni nuestros hijos ni los hijos de nuestros hijos harán algo parecido.
Los cambios son lentos, y en este caso vendría a ser como conocer la teoría pero a la hora de la verdad todo sigue igual... quizás el paso del tiempo en espera de una concienciación, no es una solución rápida ni barata políticamente, e incluso podría ser inviable, quien sabe...
Legislar a golpe de telediario ( las numerosas reformas del CP lo avalan, ¿ no maica ? ), es un instrumento político, pero aún así, veo posible, que en un momento dado sea le propia ley quién cree el hábito social, la norma de trato social, que "haga entender" al ciudadano que: no ha de agredir a su mujer, que la prostitución merecer una regulación... etc. Desde luego las chapuzas no las quiere nadie, quizás buscar el voto por estos medios, se una intromisión ilegítima por parte del poder ejecutivo, en tanto, todos coincidimos en que el Poder Judicial necesita un carácter estable y más objetivo que el que caracteríza a la política, no se, quizás esto me quede un poco grande...
¿ por qué han de basarse las reformas legales ( en especial las referentes a la norma penal) en criterios técnicos y científicos y no populistas ?
En relación con la prostitución, a medida que la gente la acepte, según lo dicho, se regularía. Sí el obstáculo para esto es el poder que tiene "el pueblo", a través del voto, es decir a través del acuerdo moral con la medida o no y su correpondencia con el partido que le agrade, es cierto, que implica un conocimiento acerca del propio principio que crea vulnerado o no,
En ese sentido, si nisiquiera lo entiende, no manifestará su desacuerdo en las urnas. Por eso creo que si bien la política se basa en la representación de la voluntad popular legítimada por un proceso democrático, legislar en base a criterios emotivos y populistas, es cuestionable en algunas parcelas del ordenamiento. Me gustaría tener opiniones al respecto.
Por cierto, hablando hoy del tema con un compañero penalista, que lleva mucha prostitución, porque yo llevo más delitos económicos, me ha comentado que no me puedo ni imaginar la cantidad de redadas que se están haciendo ahora. En opinión de mi compañero, la tendencia en la práctica es más abolicionista que otra cosa. Cómo odio no equivocarme, leñe.
Sobre la cuestión objeto de debate, entiendo yo que sólo personas especialistas sobre la materia concreta a regular, en este caso, la prostitución, pueden entenden y debatir en concreto las cuestiones técnicas que afectan a esta disciplina y el por qué podría ser mejor su regularización, que su "clandestinidad".
Estamos de acuerdo que el "pueblo" no tendría por qué saber ni conocer ciertos principios constitucionales y de política - criminal a tener en cuenta para el tratamiento de este asunto en cuestión.
Pero, en cualquier caso, tampoco se trata de legislar con el desconocimiento del pueblo. Se puede hacer debates y programas informativos, y así dejamos descansar un poco a la pantoja.
Disculpen la intromision, pero me llama la atencion la postura de maicavasco. Por un lado esta a favor de la regularizacion, lo cual en mi opinion es una gran hipocresia, pues la prostitucion es una desgracia para todos, para quien la ejerce y para quien la consume. Salvo en caso de prostitucion de altos vuelos.
Por otro lado maicavasco, reconoces que el gobierno, el de ahora y el de antes nos dice lo que queremos oir. Es decir legisla por los votos.
Sin animo de ofender me parecen contradictorias esas dos posturas.
No veo dónde puede estar la contradicción en que yo defienda la regularización de la prostitución con la idea de que, lamentablemente, hoy por hoy veo poco probable que se haga, por lo menos de inmediato. ¿Me lo dices tú?
Por cierto, a mí me parece que la hipocresía podría estar en querer mantener como "clandestino" unos servicios o prestaciones que está muy solicitadas por la sociedad, no sólo por hombres, sino que ahora también por mujeres.
Te propongo una cosa: en vez de tirar la piedra y esconder la mano, si fundamentas tus afirmaciones y no hablas sin más razonamientos, tal vez te podamos entender.
Creo que tendrías que leerte el post con más detenimiento, aunque es poco largo, y luego opinar, para que no "hablemos por hablar". De tus palabras se infiere claramente que no has entendido mucho lo que hemos hablado. Te propongo una lectura más minuciosa y detenida y luego me gustaría escuchar tu opinión, y tu crítica hacia mi postura regulacionista, eso sí, motivada, porque si no esto es "hablar por hablar".
Por último decir (se me olvidó) que la profesora Maqueda comentó, algo que me pareció muy acertado, que en los supuestos en que, mediando violencia o intimidación, se obligue a una persona a ejercer la prostitución, habría que condenarlo por todas y cada una de las agresiones sexuales que esta persona habría padecido. Es decir, no sancionarlo como delitos de prostitución, sino además como agresiones sexuales, individualmente consideradas según el número de veces producido.
"nuevoamanecer", afirma implicitamente que la prostitución es inmoral, tanto para el que la ejerze como para el que paga para que se ejerza. Sin embargo, puntualiza "salvo la prostitución de altos vuelos".
Al respecto quiero exponer, que su posición moral al respecto, es contraria a la mía ( la de regularizar en tanto uno es libre de prostituirse, basada en la disposición voluntaria del propio cuerpo ). Ésto es comprensible, dada la subjetividad de los juicios morales, pero, con la diferencia de que yo no tengo la aspiración de que mis juicios morales sean principios de justicia universales que hayan de imponerse a la sociedad. Comprendo que le parezca inmoral ( aunque luego, contradictoriamente justifique la prostitución de lujo ), lo incomprensible es la negativa a regular en base a esa posición propia. Puede que su posición sea la mayoritaria, en ese sentido, es dificil mantener una legitimación de la regularización, en tanto, supondría un riesgo político para el partido que esté en el gobierno.
Debates sobre el tema, campañas de sensibilización, y una actitud menos hipócrita, quizás sean el comienzo de una tendencia no prohibicionista.
Respecto al comentario de la profesora Maqueda, desconozco como se aplica, hoy, la ley. Según entiendo, al que obliga a alguien a prostituirse, se le impone una sanción genérica, donde se engloban todas las agresiones contra la integridad física que haya podido sufrir quien se prostituía. Si es así , estoy de acuerdo, en la medida que supone sancionar con mayor fuerza esta práctica.
Por otro lado, el que la regularización no suponga un freno a los inmigrantes ilegales ( que son quienes caracterizan principalmente la prostitución ilegal ), no lo es por motivos fiscales, si no por que esas personas, están desamparadas y su situación no les permite "esperar" ayuda de los poderes públicos, ni tampoco ver los beneficios de la regulación, en tanto su situación es irregular. La inmigración ilegal no se concentra exclusivamente en la prostitución, pero si que recae en ella una gran parte, por eso abordar la situación entendiendo que la misma condición de "sin papeles" es la que lleva a estas personas a no acudir a los cauces legales ( si es que los hubiera ), podría ayudar a encontrar soluciones reales.
Desde luego no es nada fácil, al mezclarse aquí el problema de la inmigración ilegal, como origen principal de la prostitución ilegal.