Este tema ya se ha tocado varias veces en el foro.
El maltrato creo que está bastante definido como cualquier acción que perjudique a la víctima y que se de por "la posición de poder" del maltratador, que puede ser consciente o no de su abuso. La ley lo especifica así pero se excede en la diferenciación de la relación de poder del hombre hacia la mujer.
Por tanto, lo que marca el maltrato como maltrato no es sólo la violencia física o psicológica, sino la existencia de un poder del maltratador hacia la víctima, ya sea económico, psicológico, de dependencia o cualquier otro.
Y este es el camino para generalizar el maltrato quitándose la actual coletilla "de género" y añadiendo la coletilla de entorno familiar.
Lo que es indiscutible que no es un "maltrato" es una discusión de pareja con insultos, gritos, empujones o golpes ... eso es una pelea. De ahí a considerarlo maltrato hace falta demostrar (sería lo correcto según la ley) al dependencia ... lo que ocurre que actualmente está orientada a la perspectiva de género y cualquier cosa que un hombre hace contra una mujer se amplifica de forma desmesurada.
Buen motivo para modificar esta ley sectaria de un gobierno sectario.
Adsec, no le falta a usted parte de razón, por eso me gustaría matizar: la línea del maltrato se traspasa cuando en los actos hay intención de dañar. Puede haber desamor con y sin respeto. El respeto es esencial en las relaciones humanas y, por desgracia, la sociedad en la que vivimos está enferma de falta de respeto.
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A cualquier edad se puede cambiar
Las habilidades y los factores que potencia la resiliencia se muestran de una manera desigual en los distintos tipos de personalidades, pero se puede trabajar para lograr potenciar los rasgos que conducen a gozar de esta capacidad de superarse. La mayor dificultad a la que nos enfrentamos cuando se busca esa mejora es la convicción de que no se puede cambiar. Nos escudamos en afirmaciones como "es que yo soy así", "cada cual es como es", "a mis años yo ya no puedo cambiar". Éste es el gran error. Más o menos, a cualquier edad se puede cambiar si uno se lo propone.
Nunca es tarde para hacer el correspondiente cambio de las propias actitudes, entrenándose en técnicas de modificación del pensamiento, aprender a interpretar los acontecimientos de otra manera, recuperando la capacidad de reflexionar sobre sí mismo, trabajándose la valoración de la propia personalidad, adquiriendo habilidades sociales como la asertividad, aprendiendo a hablar positivamente... Para todo ello se puede contar con profesionales de la psicología a los que se debe acudir no sólo cuando se padecen crisis emocionales o psicopatologías, sino cuando alguien quiere entrenarse para vivir adecuadamente cada acontecimiento vital.
La resiliencia, la capacidad para resistir y no venirse abajo, para salir airosamente de los baches, si es posible con más bríos aún, también se aprende.
El aprendizaje es posible
La resiliencia la podemos favorecer en nosotros mismos y, en especial, en la educación de las personas sobre las que tenemos influencia, sobre todo si son niños o niñas.
Es cierto que hay condiciones personales que tienen mucho que ver con los factores hereditarios, pero no cabe ninguna duda de que la personalidad se educa. Los hijos no se improvisan. Es un error decir "este niño ha salido en el genio a su padre" o "esta niña tiene el carácter de su abuela" a quien no conoció. Los niños y niñas que viven en condiciones de marginalidad y gozan de las características que les hacen ricos en resiliencia no la "heredaron" genéticamente. La vida, las circunstancias, el entorno les educaron.
Por eso, es importante afirmar que es posible educarse y educar en la resiliencia. Es posible cambiar actitudes en sí mismo y en otras personas.
Hay personas que, a pesar de nacer y vivir en situaciones adversas, se desarrollan psicológicamente sanas, e incluso salen reforzadas. Es lo que se conoce como resiliencia
La psicología y la ingeniería de materiales, aunque pueda parecer extraño, tienen algo en común: el término resiliencia. Esta palabra hace referencia al fenómeno por el que los cuerpos retornan a su forma inicial después de haber sido sometidos a una presión que los deforma.
La creatividad, el sentido del humor y la independencia ayudan a superar contratiempos
El concepto se ha aplicado a la psicología para descubrir por qué niños y niñas que viven en la miseria, o personas que experimentan situaciones límites son capaces, no sólo de superar las dificultades, sino incluso de salir fortalecidas de ellas. Logran resistir, sobrevivir y acceder a una vida productiva para sí y para su sociedad.
La resiliencia es una capacidad que se manifiesta:
Frente a la destrucción, mostrando una gran facultad de proteger la propia integridad bajo presión.
Frente a la adversidad, estableciendo una actitud vital positiva pese a circunstancias difíciles.
Rasgos que potencian la resiliencia de las personas:
La vida diaria está sujeta a acontecimientos duros: la muerte de un ser querido, una enfermedad complicada, experiencias laborales difíciles, problemas serios de relación de pareja, la soledad, el aislamiento social, la competitividad por ocupar un puesto, el desempleo, los problemas económicos... Ante estas situaciones las personas reaccionan de distinta manera según su grado de vulnerabilidad, o dicho de una manera más actual: según su grado de resiliencia.
Hay rasgos que potencian esa habilidad.
La introspección: Faculta a la persona a entrar dentro de sí misma, a observarse, reflexionar y hacerse preguntas. Ayuda a preguntarse a sí mismo y darse una respuesta honesta.
La independencia: Ayuda a establecer límites entre uno mismo y los ambientes adversos. Potencia el establecimiento de una distancia emocional y física ante determinadas situaciones, sin llegar a aislarse.
La iniciativa: Capacita para afrontar los problemas y ejercer control sobre ellos.
El humor: Conduce a encontrar el lado cómico en las situaciones adversas.
La creatividad: Lleva a crear orden y belleza a partir del caos y el desorden. En la infancia se expresa en la creación y los juegos que son las vías para disfrazar la soledad, el miedo, la rabia y la desesperanza.
La moralidad: Invita a desear una vida personal satisfactoria, amplia y con riqueza interior. Incluye la conciencia moral, el compromiso con valores y la separación entre lo bueno y lo malo.
La habilidad para establecer lazos íntimos y satisfactorios con otras personas. Capacita a brindarse a otros y aceptarlos en la propia vida.
Factores que favorecen la resiliencia
Apego parental. Los estudios realizados destacan que una relación cálida, nutritiva y de apoyo, aunque no tiene por qué ser omnipresente, con al menos uno de los padres, protege o mitiga los efectos nocivos de vivir en un medio adverso. Es decir, se precisa una relación emocional estable con al menos uno de los padres, o bien alguna otra persona significativa.
Desarrollo de intereses y vínculos afectivos externos. Las personas significativas fuera de la familia favorecen la manifestación de comportamientos resilientes cuando, por ejemplo, en la propia familia se viven circunstancias adversas. Se trata de que haya algún tipo de apoyo social desde fuera del grupo familiar.
Clima educacional sincero y capaz de establecer límites claros en la conducta.
Modelos sociales que motiven poder enfrentarse de manera constructiva a las adversidades.
Vivir experiencias de autoeficacia, autoconfianza y contar con una autoimagen positiva.
Tener posibilidad de responder de manera activa a situaciones o factores estresantes.
Asignar significados subjetivos y positivos al estrés, describiendo a las crisis como la oportunidad de ofrecer respuesta a las circunstancias adversas.
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Parece evidente que lo que para una persona puede ser una "prueba de que una relación tiene dificultades" (y puede ser conveniente acometer soluciones o romper) para otra puede ser "la prueba de un maltrato" (y que puede ser conveniente ¿denunciar para sacar ventajas?...)
Creo que ambas posiciones dependen de la madurez y capacidad crítica, y de autocrítica, de cada uno, así como del victimismo a que cada uno tienda según su estrategia de relación.
Parece evidente que el machismo que implicaba que el padre, marido, hermano debía proteger a la mujer (ya que ella por sí no se la consideraba capaz) ahora evoluciona a que esa protección debe darla el Estado (ya que parece ser que el feminismo mayoritario e instalado en el poder sigue considerando a las mujeres incapaces...y víctimas...e inmaduras para sobrellevar cualquier dificultad de relación...etc)
A ver, que parece que en este foro hay que explicarlo todo, con pelos y señales. En ningún momento le he dicho a Rivas que vaya a denunciar(sobra decir que ella ha dicho que no es lo que pretende). Mi consejo de que vaya al Instituto de la mujer es porque precisamente tienen psicologas y orientación familiar y, nconsidero que la pueden ayudar para dejar una relación que es bastante evidente que les está haciendo daño a los 2.
Kili: maltratar, en abstracto, es tratar mal. Pero el delito de maltrato no es sólo tratar mal. Si quedo con mi pareja a cenar y luego no me presento, la estoy tratando mal, pero no la estoy maltratando. Y si ella se enfada, me llama por teléfono, y me da cuatro gritos acompañados de cuatro insultos... pues tampoco es maltrato, en el sentido del delito.
Hay que diferenciar entre lo que es una pareja que no funciona (falta de comunicación, falta de sexualidad, falta de interés el uno por el otro...) de lo que es un delito de maltrato psicológico: "eres una mierda, no vales nada, si te dejo no tienes donde caerte muert@... y así un día tras otro".
El delito causa daños psicológicos. En cambio, el desamor causa tristeza.
Adsec, maltratar es tratar mal.
Que haya unos casos aparentemente más graves que otros no significa que los otros no sólo no existan sino que también pueden ser importantes.
El maltrato psicológico muchas veces es más peligroso que el físico, porque cuesta más reaccionar y los efectos pueden ser devastadores a largo plazo, porque anulan a la persona.
Pero sí, si tu pareja te ningunea, mejor déjala, porque haciéndolo demuestra que no te quiere, por decirlo suavemente.
El ninguneo, el desprecio y hacer sentir mal no es maltrato. No se puede frivolizar tanto con el maltrato porque al final se conseguirá el efecto contrario, que no se consideren como maltrato ni los casos graves.
Las parejas se llevan mejor o peor, a veces va por rachas, a veces se hacen caso y otras no, a veces discuten... Y muchas veces, se rompen. Todo eso forma parte de las relaciones de pareja.
Si tu pareja te ningunea y tú no quieres una pareja que te ningunee, pues cortas la relación y ya está.
Los malos tratos son otra cosa mucho más grave.
Los centros de la mujer tienen por norma no aconsejar ni desaconsejar la denuncia salvo que el caso sea sangrante. Nunca interfieren en esto porque saben lo que acarrea para una mujer meterse en temas legales.
Rivas210: el ninguneo, el desprecio, hacer sentir mal etc, si se diera en su caso, es maltrato. Mucho ánimo.
Este tipo de actitudes son indignantes. Lo que es evidente es que hay un deterioro en la relación y no veo nada más que eso. Seguramente esta persona (rivas210) es muy responsable de la situación que vive y el trato que cree recibir no es más que un reflejo de su trato hacia su pareja, como bien refleja en su escrito ("pasa y habla lo justo", dice). Lo que necesitan ustedes es ponerse ambos en un terapeuta de pareja o un mediador. Déjese de denuncias injustas e infundadas. Las crisis en las relaciones no son malos tratos.
¿pero lo que narra Rivas210 es maltrato sicológico?
Veamos, si él se empeñara en dormir en la misma habitación, se empecinara en que la mujer atienda sus conversaciones (en vez de "pasar"), se empecinara en comer en casa imponiendo hara y conversación, si en las conversaciones dieras largos sermones (en vez de contestar lo "mínimo"), pretendiera estar informado de todo lo de la pareja (en vez de no mostrar interés en sus cosas)...
¿sería esto "maltrato sicológico? ¿y lo contrario?
Gracias a los dos por contestar, no tengo intencion de denunciar , pero sí de informarme, porque con éstas cosas, cada uno tiene su vara de medir, yo no soy de saltar a la mínima en la relación de pareja, pero creo que en mi caso , ya pasa un poco de la raya ,y al final lo que tienes en casa en un clima de ansiedad y acoso.
bueno, gracias de nuevo
Sacristan, no tenia ni que responder, pero de verdad, deberias al menos leer un poquito sobre algo que no sea de feminazis...Aqui nadie recomienda denunciar si no existe motivo para ello. Pero vamos, que debes estar muy puesto en todo.."Por qué será"...
Rivas cuidado con el instituto de la mujer... son propensos a recomendarte el denunciar a tu pareja... sopesa tu, pero ten cuidado con lo que te recomiendan