Dejar la herencia a los hijos o a los nietos, parece sencilla, pero que en el fondo es un proceso más largo y complejo. Hijos, nietos, impuestos. La transmisión de bienes como si fueran fotones en una red cuántica, donde la materia cambia de estado según quien la observe.
Los hijos, es cierto, se benefician más de las bonificaciones, la ecuación les es favorable: menos impuestos, más herencia. En cambio, los nietos, están en otra órbita más lejana, la fiscalidad no tiene la misma piedad con ellos. Pero también hay un, algo que no se ve en los números: el ruido que generan los vínculos, los lazos invisibles de la sangre que, en algún momento, se cruzan con otras variables inesperadas. Nueras. Sí, esas líneas externas que perturban la ecuación, que introducen datos impredecibles en la herencia.
Quizás la solución sea ese recurso tan humano: dejar la herencia en suspenso, un usufructo vitalicio que flota, que se proyecta como una onda estacionaria hasta el momento en que los nietos hereden, evitando que la interferencia de lo ajeno corrompa el sistema. Todo se reduce a un ciclo de pulsos, cálculos y proyecciones. Como la vida misma, que no es más que una larga herencia de variables.
hola
parece que has advinado mi pensamiento
si tengo un hijo comunista y otro normal
y dos nueras con las cuales es imposible mantener una conversacion normal,
pues no me agrada, dejarles algo que utilicen para que las nueras se compren coche
ya se que el pasar a nietos directamente para que se compren un coche mediano y pagarles sus estudios costara mas impuesto que si se dej a los hijos, pero si se deja a los hijos ademas de lo expuesto tb se paga dos veces de impuesto
gracias por tu consejo