Hola, Judith. Además de lo que te ha dicho Daniel92, podrías ser heredera legítima de tu padre biológico, si por desgracia muere. Hay en algunas regiones (Navarra, PV,..) que permiten desheredar a un hijo. Pero, por la ley común, no.
Si no deseas llevar primero el apellido de tu padre, la ley permite ponerlo de segundo apellido. Si no quieres transmitirlo a tu descendencia.
Creo recordar que, al ser tú mayor de edad, puedes conservar tus dos apellido actuales, a la vez que estás reconocida legalmente por tu padre biológico, con todos los derechos y obligaciones.
En mi opinión, puedes reclamarle a tu padre biológico una pensión de alimentos, siempre que no seas independiente económicamente, es decir, siempre que estés estudiando o recibiendo algún tipo de formación. Podrás reclamar esa pensión al Juez con un máximo de 5 años atrás, es decir, desde que tenías 14 años.
Por lo que respecta a los daños morales, es posible solicitar una indemnización, pero para ello es imprescindible acreditar la existencia de esos daños, lo cual no siempre resulta sencillo, ya que estamos hablando de sentimientos.
Cuando mi madre le dijo a mi padre que estaba embarazada de dos meses de mí, él lo que le contestó fue que o abortaba o se iría para siempre. Y eso hizo, en cuanto mi madre decidió tenerme, éste se fue. Hoy en día tengo veinte años y ese hombre nunca se ha querido hacer cargo de mí ni económicamente ni fisicamente.
Sí que es verdad que se intentó poner en contacto conmigo en tres ocasiones:
La primera cuando tenía dieciséis años. Un amigo de la juventud que mi madre y él tenían en común llamó a mi casa para decirnos que él quería saber de mí. En ese momento no estaba disponible, pero en cuanto lo estuve, mi madre me informó del asunto y yo, en plena adolescencia y siendo consciente del daño que le hizo a mi madre en su día, me negué a querer saber de él.
En la segunda ocasión yo tenía 18 años por una red social. Resuelta que yo debí de aceptar a una mujer, sin saber quién era, una solicitud de amistad hace bastante tiempo siendo más joven. De repente, esa cuenta me abrió conversación diciéndome que era mi padre y que quería saber de mí (En realidad era su actual mujer la que me mando ese mensaje). Me pidió ponernos en contacto y me adjuntó su número de teléfono. Me volví a negar por la misma razón que hacía dos años.
La tercera y la que más daño moral me ha hecho ha sido cuando intentó ponerse en contacto conmigo cuando yo tenía 19. Hará cosa de unos ocho meses. Consiguió localizar a mi madre y empezó a recordarle su pasado en común y a llamarla en repetidas ocasiones. Mi madre, cómo no, entró en una melancolia de recuerdos y sensaciones que le llevaron a dejarse llevar y confiar en sus palabras. Eso fue lo que a mí me hizo creerme lo que decía y decidir que podíamos ir hablando cordialmente para ver como iba la cosa. Hablamos en un par de ocasiones cordialmente y, entonces, después de volver a invadir nuestras vidas y darnos una esperanza de que se había arrepentido y de que realmente quería saber de nosotras, de mí, de su hija, volvió a desaparecer dejando de hablarme. Sin ninguna despedida.
El daño moral que me acarreó me hizo darme cuenta de que ese hombre no se merecía volver a pasarse veinte años pasando de sus responsabilidades, de sus obligaciones. Pasé unos meses después de esto y de todos sus actos muy afectada.
Sólo quería saber si tengo la posibilidad de reclamarle la parte económica que supuestamente me corresponde o interponer algun tipo de demanda por todo el daño y desconcierto emocional que me ha causado todos estos años sin ni siquiera venir a verme, sólo con llamadas y para dejarme de nuevo abandonada llena de falsas esperanzas. Pienso realmente que para el, esto ha sido solo un juego macabro, para mi no lo ha sido. Encontrarme por una red social o por amigos en común es lo único que ese hombre ha hecho por verme puesto que, sabiendo la ciudad en la que vivo y la zona, nunca ha intentado localizarme y mirarme ni siquiera a los ojos para pedirme perdón por el dolor causado.