Hola Herencias@tob y gracias también a los demás participantes.
Ante todo celebro también tu buen sentido del humor, pues era simplemente éso, una broma.
Sin duda es siempre preferible hacer testamento que recurrir a cualquier fórmula. Así como intentar hacerlo de la forma menos costosa posible.
Pero en realidad no quiero ni pienso hacer ningún testamento por ahora. Lo único que pretendo saber, y por razones que sería muy largo de explicar, cuánto supone la legítima en las circunstancias que ya había explicado anteriormente. Y sin ninguna pretensión de rebuscar formas de abaratar lls costes implicados pues no sería ese el caso sino, paradójicamente, todo lo contrario.
En el año 1983,concretamente el 7 de octubre hice un testamento ante el notario Dn.Gonzalo Franco Vazquez de Segovia ( ésta notaría ya no debe de existir..!!),legando la mitad de mis bienes a mi esposa, la otra mitad a partes iguales a mis dos hijos. Mi pregunta es si topdavia vale este testamento ?? parece que ha cambiado la ley entretanto ???. Gracias por su respuesta.
Gracias por vuestras respuestas, sobre todo las primeras pistas de herencias@tob, aunque dudo de que puedan ser prácticas.
La primera, por ejemplo, sería imposible pues los domingos y festivos cierran las notarías. En cuanto a la segunda..., imagínate si tuviera que cambiar mi residencia cada día laborable.
2- En tu caso, y si tienes un patrimonio superior a medio millón, plantéate cambiar de residencia de forma que os podáis dejar todo el uno al otro sin limitaciones (se llama carta de hermandad) y no pagar prácticamente nada.
Tengo una pregunta a la que cada vez me responden de una forma distinta:
Si yo dejo en testamento una propiedad a un tercero, un conviviente por ejemplo, (tengo padres y hermanos pero no tengo hijos), ¿Qué porcentaje de dicha propiedad me sería permitido testar, es decir, cuánto recibiría mi beneficiario y qué gastos sucesorios debería además afrontar ?
Me han dicho que si la mitad, que si la tercera parte, que si un quince por ciento,... vamos, un lío tremendo del que no me entero para nada.