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Y si es el padre el que no....
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Estimados compañeros de foro.
A veces, al escuchar determinadas intervenciones, tengo la sensación de que en la cuestión de las separaciones de los hijos las injusticias lo son por actitudes exclusivamente de los padres o de las madres, lo cual me parece una opción respetable pero que no comparto. Entiendo que en una separación siempre hay opiniones e intereses confrontados. Pero el defender un caso particular alegando despropósitos genenerales del sexo contrario al caso que se apunta, es un gran error, más aún cuando la ley en esta materia, desde mi personal opinión es desigual y discriminatoria. Por todo ello pienso que la injusticia está más radicada en el ámbito políltico y legal, que en el sexo que tenemos cada uno de nosotros. Sin embargo creo, que ante la condicíón humana que tenemos, tanto hombres como mujeres, como personas con ambiciones y egoismo, viviendo en un sistema social tan individualista y promotor de la endogamia personal, es mucho más fácil que las mujeres obtengan beneficios al que lo hagan los hombres. Pero repito, no por causa del sexo, sino por los derechos y obligaciones que la justicia legal española nos proporciona, amparada por la política social que creamos.
Por su puesto que hay casos en los que los padres "incumplen el régimen de visitas", y algunos de ellos serán injustificados y otros serán comprensibles por las trabas que se les ponen.
La cuestión en que se iniciaba este debate se planteaba ante un caso particular que exponía la forista Rebeca, sobre un padre que incumple las vistitas, que dada la información que proporciona ha sido perfectamente contestada su pregunta por los foristas Tess y Alegato. Las respuestas de los compañeros inicialmente han ido en la dirección de contestar a su inquietud por esos incumplimientos.
Pero, las contestaciones de LauraP. y Ramon G. han puesto en entredicho el esfuerzo de miles, posiblemente de millones de padres, que intentan por todos los medios ser padres integrales, cumplir las visitas, e incluso, con todo el derecho moral del mundo, estar aún más con sus hijos. Entiendo en ese sentido la respuesta de Perdigon a los dos anteriores mensajes, pués como bien dice, merecen una aclaración coherente con lo que en mi opinión es una realidad mas cercana a la verdad: que muchos padres hacen lo que pueden y/o lo que les dejan por estar con sus hijos.
Por todo ello, y dado que la respuesta a Rebeca ha sido muy clara, y a la que animo siga manteniendo el deseo y el esfuerzo por que su hijo se relacione con su padre; animo sobre todo a esos miles y millones de padres que "si quieren cumplir con el derecho y la obligación, sobre todo moral "de ser padres de verdad, integrales y amantes, y no visitadores y discriminados" porque en realidad ello va en perjuicio del derecho de los hijos a tener dos padres por igual.
Un saludo a todos desde Valencia.
A veces, al escuchar determinadas intervenciones, tengo la sensación de que en la cuestión de las separaciones de los hijos las injusticias lo son por actitudes exclusivamente de los padres o de las madres, lo cual me parece una opción respetable pero que no comparto. Entiendo que en una separación siempre hay opiniones e intereses confrontados. Pero el defender un caso particular alegando despropósitos genenerales del sexo contrario al caso que se apunta, es un gran error, más aún cuando la ley en esta materia, desde mi personal opinión es desigual y discriminatoria. Por todo ello pienso que la injusticia está más radicada en el ámbito políltico y legal, que en el sexo que tenemos cada uno de nosotros. Sin embargo creo, que ante la condicíón humana que tenemos, tanto hombres como mujeres, como personas con ambiciones y egoismo, viviendo en un sistema social tan individualista y promotor de la endogamia personal, es mucho más fácil que las mujeres obtengan beneficios al que lo hagan los hombres. Pero repito, no por causa del sexo, sino por los derechos y obligaciones que la justicia legal española nos proporciona, amparada por la política social que creamos.
Por su puesto que hay casos en los que los padres "incumplen el régimen de visitas", y algunos de ellos serán injustificados y otros serán comprensibles por las trabas que se les ponen.
La cuestión en que se iniciaba este debate se planteaba ante un caso particular que exponía la forista Rebeca, sobre un padre que incumple las vistitas, que dada la información que proporciona ha sido perfectamente contestada su pregunta por los foristas Tess y Alegato. Las respuestas de los compañeros inicialmente han ido en la dirección de contestar a su inquietud por esos incumplimientos.
Pero, las contestaciones de LauraP. y Ramon G. han puesto en entredicho el esfuerzo de miles, posiblemente de millones de padres, que intentan por todos los medios ser padres integrales, cumplir las visitas, e incluso, con todo el derecho moral del mundo, estar aún más con sus hijos. Entiendo en ese sentido la respuesta de Perdigon a los dos anteriores mensajes, pués como bien dice, merecen una aclaración coherente con lo que en mi opinión es una realidad mas cercana a la verdad: que muchos padres hacen lo que pueden y/o lo que les dejan por estar con sus hijos.
Por todo ello, y dado que la respuesta a Rebeca ha sido muy clara, y a la que animo siga manteniendo el deseo y el esfuerzo por que su hijo se relacione con su padre; animo sobre todo a esos miles y millones de padres que "si quieren cumplir con el derecho y la obligación, sobre todo moral "de ser padres de verdad, integrales y amantes, y no visitadores y discriminados" porque en realidad ello va en perjuicio del derecho de los hijos a tener dos padres por igual.
Un saludo a todos desde Valencia.
Si marla, en el grueso de su post es así, pero lo inicia multiplicando las cifras de LauraP que habla de que son miles los padres que no quieren ver a sus hijos y él las convierte en millones, lo que nos pone prácticamente a todos los padres separados en esa tesitura (En España entiendo que el número de padres separados es acorde a las cifras que él nombra). Creo que de ser un error es lo suficientemente importante para merecer una aclaración por su parte, si pretende no ofender a los padres que luchamos por ver a nuestros hijos a pesar de la gran cantidad de impedimentos con las que nos encontramos.
Ramón no te entiendo. LauraP afirma que son miles y tu ratificas que millones los padres que no quieren ver a sus hijos. Y para demostrarlo pones de ejemplo tu caso en el que arrastras por los juzgados a tus hijos. Interpreto, dentro de este contesto del post, que es para no verlos y sin embargo ahora lloras tu soledad. Sinceramente no lo entiendo igual que no entiendo que tengas que ir por los juzgados para no ver a tus hijos, porque si fuera al revés (cosa habitual) que tus pleitos hubieran sido para poder estar con tus hijos porque te los negaban entonces no veo tu apoyo a las cifras de LauraP.
Tienes razón. Y yo añadiría que miles no, millones. Rebeca, creo que Tess tiene razón. Me ha demostrado, a mi y a muchos otras personas unos sentimientos humanos prácticamente excepcionales. La he leído en otros foros (por eso me permito decir esto) y en su contestación vuelvo a estar de acuerdo con ella otra vez. Si deseas ir por la vía judicial, atiende a Alegato, que también, aparte de letrado, también demuestra buenos sentimientos. . Aunque pensando en lo que fué mi caso, me inclino más por la contestación de Tess. En el mio particular, solo conseguí apartar a mis hijos de mí, (que en ese momento no lo estaban), a fuerza de psicologos, vistas orales, etc., pensando que iba a resultar mejor para ellos, cuando en realidad actuaba por egoismo y ya no sé si por venganza. Esos hijos acabaron mentalmente muy tocados por mi tozudez (entre otras). Las vistas coincidían muchas veces con sus exámenes, a mi me daba igual, pensaba solo en mi caso. Incluso uno de ellos suspendió la selectividad de la tensión que acumuló antes del juicio, que se celebró el día anterior al comienzo de exámenes.
Actualmente tengo una mínima relación con ellos. Cuando lloro en mi soledad, les llamo y mintiéndoles digo que he enfermado. Sé que entonces vienen y al menos hablamos un rato.Pienso que mi egoísmo de entonces y ya digo, puede que venganza acabó con prácticamente todo.
La decisión es tuya Rebeca. Pero ánimo de cualquier manera.
Actualmente tengo una mínima relación con ellos. Cuando lloro en mi soledad, les llamo y mintiéndoles digo que he enfermado. Sé que entonces vienen y al menos hablamos un rato.Pienso que mi egoísmo de entonces y ya digo, puede que venganza acabó con prácticamente todo.
La decisión es tuya Rebeca. Pero ánimo de cualquier manera.
Rebeca. Indudablemente, hay soluciones legales para tu caso. Pero mi opinión es que sigas como hasta ahora, es decir intentando que el padre vea a vuestras hijas, intentando morderte la lengua a la hora de expresar tus sentimientos para que no exista por parte de ellas una mala disposición hacia él.
Sigue y cuando estés cansada de la lucha piensa que precisamente ésto es lo que debe hacer una madre. Luchar e intentar por todos los medios a nuestro alcance que permanezca el vínculo que debe haber entre padres e hijos.
Creo entender que tus hijos son pequeños. Pero cuando crezcan, no solo lo harán en altura. Si para entonces su padre ha persistido en su actitud, será en ese momento cuando tu lucha acabe. Ellos se darán perfecta cuenta de quién es su padre y quién es su padre. A tí te quedará una pena: el no haber conseguido esa unión. Pero para eso, tendrás el gran consuelo de haber hecho de tus hijos unas personas que no han padecido desde pequeños el maltrato que muchas que son madres, inflingen a sus hijos al predisponer a sus hijos contra sus padres. Sigue luchando intentando no desfallecer. Los padres buenos lo demuestran tras una larga, larguísima trayectoria -padres y madres- y los que dicen serlo -padres y madres- pero solo lo son de forma biológica aunque se apresuran a afirmar lo contrario ¿cuantos casos conocemos? yo sin temor a exagerar, miles, no tardan en darse cuenta que el reloj ha corrido en su contra. Porque entonces los hijos ya han crecido, y si ven a su padre/madre alguna que otra vez, lo verán como a un total extraño/a.
Hasta entonces, no entraría en una batalla legal para obligarle a que quiera a sus hijos. ¿Les serviría para algo a ellos? No. Justo lo contrario.
Suerte y besos.
Sigue y cuando estés cansada de la lucha piensa que precisamente ésto es lo que debe hacer una madre. Luchar e intentar por todos los medios a nuestro alcance que permanezca el vínculo que debe haber entre padres e hijos.
Creo entender que tus hijos son pequeños. Pero cuando crezcan, no solo lo harán en altura. Si para entonces su padre ha persistido en su actitud, será en ese momento cuando tu lucha acabe. Ellos se darán perfecta cuenta de quién es su padre y quién es su padre. A tí te quedará una pena: el no haber conseguido esa unión. Pero para eso, tendrás el gran consuelo de haber hecho de tus hijos unas personas que no han padecido desde pequeños el maltrato que muchas que son madres, inflingen a sus hijos al predisponer a sus hijos contra sus padres. Sigue luchando intentando no desfallecer. Los padres buenos lo demuestran tras una larga, larguísima trayectoria -padres y madres- y los que dicen serlo -padres y madres- pero solo lo son de forma biológica aunque se apresuran a afirmar lo contrario ¿cuantos casos conocemos? yo sin temor a exagerar, miles, no tardan en darse cuenta que el reloj ha corrido en su contra. Porque entonces los hijos ya han crecido, y si ven a su padre/madre alguna que otra vez, lo verán como a un total extraño/a.
Hasta entonces, no entraría en una batalla legal para obligarle a que quiera a sus hijos. ¿Les serviría para algo a ellos? No. Justo lo contrario.
Suerte y besos.
....
La otra vía legal establecida es la penal, quizás la más desafortunada de las elegidas por nuestros legisladores, dado que el derecho penal no puede convertirse en la solución para este tipo de problemas donde su intervención debe ser mínima y así ha sido entendido hasta estos últimos tiempos por una jurisprudencia penal más que consolidada. Que el derecho penal no es la solución para solucionar los problemas familiares y que en este país, en los últimos años, se está produciendo un fenómeno criminalizador de conductas en este ámbito que se vende a modo de "panacea" creo que es una realidad incuestionable por todos conocida. En la mayoría de los casos, y ello es opinión personal, acudir a tal vía más que arreglar el conflicto lo acrecienta dotándolo de unos tintes más graves que a veces, y por desgracia, se vuelven incontrolables.
Por lo que respecta al régimen de visitas y el ámbito de la jurisdicción penal es de significar las llamadas faltas de desobediencia judicial reguladas en el art. 634 del CP que dispone: "Los que faltaren al respeto y consideración debida a la autoridad o sus agentes, o los desobedecieren levemente, cuando ejerzan sus funciones, serán castigados con la pena de multa de diez a sesenta días." Tales faltas requieren para su comisión el requerimiento personal previo del juez civil y la advertencia expresa por parte del mismo al cónyuge incumplidor. Dependen por tanto de un proceso de ejecución civil previo y lo que sanciona o se intenta proteger mediante esta falta no es el incumplimiento del régimen de visitas sino la desconsideración hacia la autoridad judicial.
Más específico es el tipo penal previsto en el art. 622 del CP y en el que se dispone: "Los padres que sin llegar a incurrir en delito contra las relaciones familiares o, en su caso, de desobediencia infringiesen el régimen de custodia de sus hijos menores establecido por la autoridad judicial o administrativa serán castigados con la pena de multa de uno a dos meses." La interpretación de esta falta ha generado una jurisprudencia contradictoria respecto alas conductas concretas a ella afectas.
Por último y como novedad, a partir del 1 de octubre del pasado año (Ley Orgánica 15/2003 de Reforma del Codigo Penal) entraron en vigor nuevas y, en concreto, merece remarcar a los efectos comentados lo dispuesto en el artículo 618.2 CP: " El que incumpliere obligaciones familiares establecidas en convenio judicialmente aprobado o resolución judicial en los supuestos de separación legal, divorcio, declaración de nulidad del matrimonio, proceso de filiación o proceso de alimentos a favor de sus hijos, que no constituya delito, será castigado con la pena de multa de 10 días a dos meses o trabajos en beneficio de la comunidad de uno a 30 días".
En fin, espero no haber sido demasiado extenso.
Un saludo a todos.
La otra vía legal establecida es la penal, quizás la más desafortunada de las elegidas por nuestros legisladores, dado que el derecho penal no puede convertirse en la solución para este tipo de problemas donde su intervención debe ser mínima y así ha sido entendido hasta estos últimos tiempos por una jurisprudencia penal más que consolidada. Que el derecho penal no es la solución para solucionar los problemas familiares y que en este país, en los últimos años, se está produciendo un fenómeno criminalizador de conductas en este ámbito que se vende a modo de "panacea" creo que es una realidad incuestionable por todos conocida. En la mayoría de los casos, y ello es opinión personal, acudir a tal vía más que arreglar el conflicto lo acrecienta dotándolo de unos tintes más graves que a veces, y por desgracia, se vuelven incontrolables.
Por lo que respecta al régimen de visitas y el ámbito de la jurisdicción penal es de significar las llamadas faltas de desobediencia judicial reguladas en el art. 634 del CP que dispone: "Los que faltaren al respeto y consideración debida a la autoridad o sus agentes, o los desobedecieren levemente, cuando ejerzan sus funciones, serán castigados con la pena de multa de diez a sesenta días." Tales faltas requieren para su comisión el requerimiento personal previo del juez civil y la advertencia expresa por parte del mismo al cónyuge incumplidor. Dependen por tanto de un proceso de ejecución civil previo y lo que sanciona o se intenta proteger mediante esta falta no es el incumplimiento del régimen de visitas sino la desconsideración hacia la autoridad judicial.
Más específico es el tipo penal previsto en el art. 622 del CP y en el que se dispone: "Los padres que sin llegar a incurrir en delito contra las relaciones familiares o, en su caso, de desobediencia infringiesen el régimen de custodia de sus hijos menores establecido por la autoridad judicial o administrativa serán castigados con la pena de multa de uno a dos meses." La interpretación de esta falta ha generado una jurisprudencia contradictoria respecto alas conductas concretas a ella afectas.
Por último y como novedad, a partir del 1 de octubre del pasado año (Ley Orgánica 15/2003 de Reforma del Codigo Penal) entraron en vigor nuevas y, en concreto, merece remarcar a los efectos comentados lo dispuesto en el artículo 618.2 CP: " El que incumpliere obligaciones familiares establecidas en convenio judicialmente aprobado o resolución judicial en los supuestos de separación legal, divorcio, declaración de nulidad del matrimonio, proceso de filiación o proceso de alimentos a favor de sus hijos, que no constituya delito, será castigado con la pena de multa de 10 días a dos meses o trabajos en beneficio de la comunidad de uno a 30 días".
En fin, espero no haber sido demasiado extenso.
Un saludo a todos.
El incumplimiento del régimen de visitas, tanto por parte del cónyuge custodio como por el no custodio, se ha venido a convertir en uno de los problemas de más difícil afrontamiento y solución legal.
Quizás la idea más acertada para el afrontamiento de este tipo de problemáticas sea la que venga de la mano de los llamados "puntos de encuentro" institucionalizados en algunas capitales de provincia. Tales puntos de encuentro, y los profesionales a ellas adscritos, suavizan situaciones y conflictos (-muchas de ellas capaces de generar contextos de violencia-) al tiempo que dan certeza de dichas situaciones controvertidas y su evolución, cuestión ésta que, de otra forma. quedarían en las meras versiones particulares de los progenitores enfrentados. A mi juicio tales puntos de encuentro deberían ascender en número y extenderse por toda la geografía patria, constituyendo un medio esencial para el juez familiar. Tales organismos son la única forma de tener informado al juez familiar de la situación conflictiva concreta que por desgracia viven los progenitores que por las circunstancias que sean -algunas de ellas inexplicables- no son capaces de llegar a un entendimiento en favor de sus hijos que son los máximos perjudicados en esta clase de disputas. Solo de esta forma el juez familiar podría adoptar las medidas más adecuadas al caso que enjuicia en pro de la paz familiar y el beneficio de los hijos. Ahora bien, como todo, ello supone la aplicación de fondos púllicos a tales menesteres y eso, en este país, aunque se exija a gritos su necesariedad sigue siendo lento cuando la idea no vende lo suficiente desde el punto de vista político o electoral. Es una pena pero es así.
Las otras vías para solucionar este tipo de incumplimientos son las coercitivas o sancionadoras establecidas tanto en la jurisdicción civil como en la penal; y así tal cuestión se afronta en la jurísdición civil mediante la articulación del proceso de ejecución general y las llamadas demandas de ejecución no dinerara bajo la posibilidad sancionadora y represora prevista en el art. 776.3ª de la Ley de Enjuiciamiento Civil ((Ley 1/2000, de 7 de Enero) en la que se expresa que "el incumplimiento reiterado de las obligaciones derivadas del régimen de visitas, tanto por parte del cónyuge guardador como del no guardador podrá dar lugar a la modificación del régimen de guarda y visitas". A este respecto es de alegar lo terriblemente mal regulado que están este tipo de procedimientos ejecutivos que requerirían de una regulación procesal propia y específica y en los que, además, la posiblidad del art. 776.3ª de la L.e.civ. no quedase en una buena declaración de intención legal que, como los profesionales conocemos, a nivel práctico, en muy pocos casos se aplica de manera efectiva. Por otro lado, aunque en estos procesos ejecutivos es preceptiva la intervención del Ministerio Fiscal el paso del mismo por tales ejecutorias cabe catalogarlo como meramente presencial (por decir algo) echándose en falta un actividad más enérgica en favor de los intereses por los que han de velar (menores e incapaces)
Quizás la idea más acertada para el afrontamiento de este tipo de problemáticas sea la que venga de la mano de los llamados "puntos de encuentro" institucionalizados en algunas capitales de provincia. Tales puntos de encuentro, y los profesionales a ellas adscritos, suavizan situaciones y conflictos (-muchas de ellas capaces de generar contextos de violencia-) al tiempo que dan certeza de dichas situaciones controvertidas y su evolución, cuestión ésta que, de otra forma. quedarían en las meras versiones particulares de los progenitores enfrentados. A mi juicio tales puntos de encuentro deberían ascender en número y extenderse por toda la geografía patria, constituyendo un medio esencial para el juez familiar. Tales organismos son la única forma de tener informado al juez familiar de la situación conflictiva concreta que por desgracia viven los progenitores que por las circunstancias que sean -algunas de ellas inexplicables- no son capaces de llegar a un entendimiento en favor de sus hijos que son los máximos perjudicados en esta clase de disputas. Solo de esta forma el juez familiar podría adoptar las medidas más adecuadas al caso que enjuicia en pro de la paz familiar y el beneficio de los hijos. Ahora bien, como todo, ello supone la aplicación de fondos púllicos a tales menesteres y eso, en este país, aunque se exija a gritos su necesariedad sigue siendo lento cuando la idea no vende lo suficiente desde el punto de vista político o electoral. Es una pena pero es así.
Las otras vías para solucionar este tipo de incumplimientos son las coercitivas o sancionadoras establecidas tanto en la jurisdicción civil como en la penal; y así tal cuestión se afronta en la jurísdición civil mediante la articulación del proceso de ejecución general y las llamadas demandas de ejecución no dinerara bajo la posibilidad sancionadora y represora prevista en el art. 776.3ª de la Ley de Enjuiciamiento Civil ((Ley 1/2000, de 7 de Enero) en la que se expresa que "el incumplimiento reiterado de las obligaciones derivadas del régimen de visitas, tanto por parte del cónyuge guardador como del no guardador podrá dar lugar a la modificación del régimen de guarda y visitas". A este respecto es de alegar lo terriblemente mal regulado que están este tipo de procedimientos ejecutivos que requerirían de una regulación procesal propia y específica y en los que, además, la posiblidad del art. 776.3ª de la L.e.civ. no quedase en una buena declaración de intención legal que, como los profesionales conocemos, a nivel práctico, en muy pocos casos se aplica de manera efectiva. Por otro lado, aunque en estos procesos ejecutivos es preceptiva la intervención del Ministerio Fiscal el paso del mismo por tales ejecutorias cabe catalogarlo como meramente presencial (por decir algo) echándose en falta un actividad más enérgica en favor de los intereses por los que han de velar (menores e incapaces)
ponte en contacto con el abogado que te ha llevado la separación (a no ser que sea de oficio, en cuyo caso tendrás que solicitar nuevamente justicia gratuita) e inicia un procedimiento de modificación de medidas para la reducción del régimen de visitas, ya que, si no lo cumple es tontería tque tenga un régimen amplio.
Antes de eso, comienza a llevar un diario en el que anotes cuando el padre acude por la niña y cuando no y que te lo firmen dos testigos, por ejemplo dos vecinas que esten al tanto de la situación, para que cuando vayas a juicio puedas presentar el diario como prueba documental y tus vecinas acudan a prestar su testimonio.
Espero que esto te sirva de ayuda. Animo.
Antes de eso, comienza a llevar un diario en el que anotes cuando el padre acude por la niña y cuando no y que te lo firmen dos testigos, por ejemplo dos vecinas que esten al tanto de la situación, para que cuando vayas a juicio puedas presentar el diario como prueba documental y tus vecinas acudan a prestar su testimonio.
Espero que esto te sirva de ayuda. Animo.
Y si es el padre el que no....
...no cumple las visitas?.Yo ya estoy cansada de tener que estar cada 15 dias preguntando si va a venir a por los niños, nunca le va bien, y si los tiene los deja con las abuelas... Ahora me dice que en Semana Santa NO los tendra ningun dia por que se va de vacaciones....
Si somos nosotras las que ponemos peros a la hora de las visitas, o te denuncian o te ponen de mala......y si es el padre?..nada no? (pregunto por que en un año los ha visto dos rines de semana y por que se los he llevado yo)
Gracias
Si somos nosotras las que ponemos peros a la hora de las visitas, o te denuncian o te ponen de mala......y si es el padre?..nada no? (pregunto por que en un año los ha visto dos rines de semana y por que se los he llevado yo)
Gracias
