Comercializar o anticipar en la televisión o en la prensa una supuesta paternidad y dar datos íntimos sin que la justicia se haya pronunciado no afecta al procedimiento de determinación de la paternidad ni tendrá repercusión al fijar una pensión alimenticia “porque no puedes perjudicar a un hijo por una actitud de un padre y de una madre. La ley siempre vela por el bien del menor. El juez ahí, como en cualquier otro caso, deberá tener las pruebas de si es verdad que esa mujer tuvo una relación con ese hombre en esa época”, dice la abogada. Diferente será que cuando se fije una pensión, si la madre ha obtenido ingresos por vender reportajes, la proporción que deba dar el padre será menor. “También, si efectivamente el denunciado se ve lesionado en su derecho a la intimidad o al honor, puede poner las demandas que considere pertinentes o medidas cautelares para que la otra parte se abstenga de contar una información que él cree que no es verídica”, explica la abogada.
El caso más reciente es el de Pepe Navarro e Ivonne Reyes, en el que la modelo insiste en la paternidad del presentador sobre su hijo. Él, que no lo cree, se niega a presentarse a las pruebas de paternidad. Pero la demanda de Ivonne se ha llevado a trámite porque ella señala que existió una relación y pide al juez que reclame las pruebas de ADN al presentador. Ahora sólo cabe esperar a que el juez las examine y saque conclusiones. María Ángeles Raigón fue reconocida como hija de Manuel Benítez, el Cordobés, igual que Manuel Díaz, también apodado el Cordobés. Ya en el anonimato hay casos como el de un señor que llevaba cuatro años en Sudamérica y cuyo pasaporte reflejaba que no había pisado España en ese tiempo y que, aún así, le reclamaban la paternidad de un niño en España. Notorio es también el caso que salió a la luz en 2007 de un sevillano que cuidó de su hijo desde que nació, y que al separarse de su esposa e intentar tener más vástagos con su nueva pareja descubrió que era estéril. Y al otro lado del charco, a Keanu Reeves le reclamaron la filiación de tres hijoss. La supuesta madre pedía al actor 3,5 millones de dólares al mes para sustentarlos. Esta vez sí que hubo pruebas de ADN que testificaban que ninguno de los niños tenía relación genética con el actor. Pese a ello, Karen Sala seguía diciendo que Reeves era el padre… Toda una obsesión.
Por la vía judicial negarse a un examen del ADN era hasta hace pocos años prueba suficiente para que automáticamente declarasen padre al demandado. Sin embargo, la reciente jurisprudencia dice que para imputar una paternidad, si el supuesto padre se niega al examen biológico, hay que presentar otras pruebas complementarias que indiquen que esa persona puede ser el progenitor: fotos en casa del denunciado, imágenes con él en actitud cariñosa, testigos fiables que declaren que ha existido un estado de posesión, es decir, una relación... “El conjunto probatorio es lo que tiende a declarar la paternidad, que además es un deber”, señala la abogada García Ecenarro. Éste fue el caso de Julio Iglesias, quien se negó a las pruebas de paternidad tras la demanda, en 1990, de la portuguesa María Edite Santos, que le señaló como padre de su hijo, Javier Sánchez, fruto de una supuesta relación con el cantante en 1975. Julio se negó al análisis de su ADN y el juzgado estimó que las pruebas presentadas no eran suficientes para complementar la negativa del cantante y atribuirle la filiación. Más difícil lo tiene Ronaldo, ex jugador del Real Madrid, a quien le ha salido un supuesto hijo de cuatro años que vive en Singapur, fruto de las relaciones que Michele Umezu afirma que mantuvo con el deportista en Japón en 2004, cuando éste participaba en varios amistosos con el equipo blanco.
Pese las peticiones de pruebas que se hacen tanto en centros privados como públicos y los casos de estrellas que salen a la luz, “no debe olvidarse que las reclamaciones son muy casuísticas”, explica Ecenarro. Hay madres que deciden mantener al hijo ellas solas y no le comunican el embarazo al padre para evitar un régimen de visitas o la posibilidad en un futuro de que le pueda pedir la custodia, ya que cuando se imputa una paternidad, el progenitor adquiere unos deberes y obligaciones con ese hijo; además de sufragar los gastos, tiene derecho y obligación a un régimen de visitas, a estar con el hijo, a cuidarle, a tomar decisiones y a tener una patria potestad compartida. Pero también hay hombres que no quieren hacerse cargo de los hijos y madres que valientemente afrontan esa maternidad y no reclaman nada. “La televisión agranda mucho las situaciones. Demandas de paternidad hay, pero muchas menos que separaciones y divorcios”, dice la abogada.
Este laboratorio señala que los test solicitados durante 2009 descendieron por la crisis. En Madrid, el Instituto de Toxicología (centro de referencia de la Administración de Justicia) realizó 536 durante el pasado año. La mayoría de las pruebas que se realizan en este centro público son peticiones judiciales por la demanda de una mujer. “Las causas nos las imaginamos porque no nos las dicen”, comenta Gloria Vallejo, jefa del Servicio de Biología del Instituto de Toxicología de Madrid. “El 88% de las pruebas son reclamaciones de paternidad y un 12%, impugnación. Aunque no siempre se realizan porque una de las partes -habitualmente el hombre- no asiste a la citación”, dice Vallejo. En el caso de las reclamaciones, el 91% de los casos eran inclusión, es decir, que el hombre sí era el padre del hijo cuestionado y el 9% de exclusión, esto es, no había filiación. “En las impugnaciones, los resultados de exclusión e inclusión se repartieron al 50%. Sin embargo, en los centros privados el 90% de las peticiones las hacen hombres que dudan de que el hijo sea suyo, de la fidelidad de su pareja o bien están en proceso de divorcio y quieren asegurarse antes de fijar la pensión alimenticia”, dice Mercedes Alemán, directora del centro de diagnóstico clínico Cefegen, que señala que en el 70% de los casos el hombre cuestionado es el padre; en Bionostra el 75% de las pruebas son positivas.
Julio Iglesias, Alejandro Sanz, El Cordobés y ahora Pepe Navarro… A los famosos les salen hijos de debajo de las piedras, algunos de verdad y otros de mentira. Muchas mujeres aprovechan el supuesto fruto de sus relaciones, duraderas o esporádicas, con personajes de alto nivel adquisitivo o famosos para obtener beneficio económico, mujeres que en la mayoría de las ocasiones no son conocidas y que la televisión convierte en populares. Pero esta realidad se da también en parejas anónimas que piden los análisis, más que para obtener pensiones alimenticias desmesuradas, para saber quién es el padre de la criatura y poder darle un apellido. Una reclamación de paternidad y las consiguientes pruebas de ADN, para corroborarla o desestimarla, no son plato de buen gusto para nadie; por ello, someterse a estas pruebas no es obligatorio, aunque haya una petición judicial. Pero si la demanda llega, es porque el juez ve indicios para atribuirla.
“Poner una demanda de este tipo no es tan fácil”, dice Elena García Ecenarro, abogada de familia. “Lo cierto es que cuando la presentas la Ley de Enjuiciamiento Civil dice que en ningún caso se admitirá la demanda sobre determinación o impugnación de la filiación si con ella no se presenta un principio de prueba de los hechos”. García Ecenarro explica que puedes presentar la reclamación que quieras, pero si no hay una prueba fiable que demuestre lo que se dice, automáticamente no se admite: “Prueba de ello es que las demandas de paternidad se dan, hacen ruido, pero tampoco son tantas y salen a la luz cuando los implicados son gente famosa”, señala la abogada.
La alternativa a la dificultad de acceder al juzgado -por falta de datos creíbles que testifiquen la existencia de una relación y de una filiación- son los laboratorios de análisis genético. En estos centros privados, como Bionostra (www.biopaternidad.com) se realizan una media de 4.000 pruebas de paternidad al año. El precio oscila entre los 300 y 600 euros, en función de la rapidez con que quieran obtenerse los resultados o de si es necesario que tengan validez legal.