Hola.
Vivo con mi pareja en un piso propiedad del Ayuntamiento de mi pueblo desde hace unos 15 meses.
En la primera planta hay tres pisos, contando el nuestro, y una terraza, y en la planta baja un patio que se comunica con la terraza por una escalera exterior. Además, en la planta baja hay varias oficinas.
Hace tres o cuatro meses otra pareja alquiló uno de los otros dos pisos y viven en él con dos hijos y un perro. El otro piso está vacío.
Los problemas empezaron a los pocos días, ya que el perro sale con ellos a la terraza comunitaria y marca el territorio con sus meadas y alguna que otra cagada en el patio de abajo.
En primer lugar intentamos hablar con ellos: no nos hicieron ni caso y empezaron los malos modos. Seguimos con el alcalde: no solo se lavo las manos si no que intentó atar las nuestras amenazando con rescindir los contratos a los dos si seguían las quejas.
Por otra parte, no hay manera de que cierren la puerta de la calle (no hay portero automático). Da igual que les haya dicho que hay una batería de bombonas de propano en el patio, que el seguro que he contratado no se hará cargo si ocurre algo y el acceso está libre... Me contestaron que una copia de la llave cuesta 10 €, que el niño ya se había quedado fuera un día un montón de rato... ni caso.
El sábado 22 de octubre, al salir a comprobar las bombonas, vi tres mierdas de perro.
Esa noche, alrededor de la una de la madrugada del domingo, y para que no pudiera decir nadie que nosotros tampoco cumplíamos nuestros deberes, hartos de darle vueltas a la cabeza, nos pusimos a limpiar la escalera interior. Lo que no se hacía desde hacía un mes, desde la reunión con el alcalde, en la que se quedó en hacerlo una semana cada uno (sobra decir que, desde que alquilaron el piso, todavía tiene que ser la primera vez que la barran o la frieguen ellos).Y es cierto que hablando en voz alta, no gritando, les llamamos marranos.
Bueno, llegó el domingo, nos fuimos al pueblo de al lado por la mañana, y al volver a eso de la una de mediodía, las puertas estaban abiertas (portal y terraza), y los vecinos no estaban. Cerramos las puertas.
Cuando llegaron las volvieron a abrir.
Llamé a su puerta y les dije, educadamente, que las puertas debían estar cerradas, que el seguro no se haría cargo...
El vecino se puso como un energúmeno: que si me creía que me iban a robar las bombonas, que si les habíamos llamado marranos...
Cuando dijo, vociferando, "mira como ahora no sale la cagada" y otras lindeces parecidas dirigiéndose a mi mujer, salió mi mujer.
El le espetó: "¿Por qué no lo dices a la cara?"
Y mi mujer le dijo a la vecina, que había salido a reforzar al otro: "Pues sí, eres una marrana".
En estas, él, que en todo momento estuvo gritando y vociferando con una violencia enorme, intentó evitarme y se abalanzó hacia mi mujer con el brazo levantado para pegarle, gritando "zorra", "que te van a venir a buscar"...
Pueden creerme si les digo que no perdí la calma, que no grité en ningún momento, ni mi mujer tampoco, y que, por supuesto no les tocamos a ninguno de los dos. Una cosa sí le dije, que se metiera las amenazas donde le cupieran o le denunciaría a la guardia civil.
Su mujer le entró en el piso y ahí terminó la cosa.
Pues bien, mi mujer padece un trastorno límite de la personalidad y, además, fue victima de malos tratos por su anterior pareja, que fue condenado y hay una orden de alejamiento.
Podrán imaginar como lo está pasando mi mujer: ha estado dos semanas sin salir de casa por miedo a encontrarse con el energúmeno, llorando y llena de ansiedad.
Por cierto, se me pasó decir que ya antes del altercado, desde que nos quejamos por primera vez, este individuo ya se dedicó a amedrentar a mi mujer: subiendo la escalera a paso de elefante, con los brazos arqueados para ocupar todo el espacio, mirándola fijamente con la cara de un perro bulldog.
No lo hemos denunciado por que no hay más testigos que nosotros mismos y, con la experiencia de malos tratos que pasó mi mujer, estamos convencidos de que sin pruebas ni testigos las denuncias no sirven para nada.
Pues bien, lo que yo querría saber es que puedo hacer con la ley en la mano, si puedo hacer esa denuncia sin pruebas, si no se va a volver contra nosotros, y qué es lo que podría conseguir con respecto al vecino.
Gracias.
Dios aprieta pero no ahoga.
Los vecinitos se han ido al pueblo de al lado.
Si algo he tenido que ver, no saben cuanto lo siento (entiendase la ironía).
Tal vez también hayan contado las deudas al propietario del piso que ocupaban antes (y el estado en que lo dejaron), más deudas en alguna tienda, que no pudieran pisar uno de los tres bares del pueblo...
Lo hemos pasado mal.
A mi mujer tuvieron que aumentarle/cambiarle la medicación, ha adelgazado unos cuantos kilos este invierno...
La familia del energúmeno vive aqui, y ya tuve unas palabras con su padre cuando me paró en la calle en el pueblo vecino, pero... hay luz.
Hay esperanza.
Saludos.