Consuelo de la Peña.- Manuel Gancedo tiene 41 años y vive prisionero
de su cuerpo. Sólo mueve los ojos y los párpados, sus instrumentos de
comunicación, porque desde 2003 sufre esclerosis lateral amiotrófica
(ELA). Pero sus ganas de vivir y su ilusión son tan conmovedoras como
su fortaleza. Ayer fue un gran día para él y Magdalena Roji, una
madre coraje que está permanentemente a su lado. El Juzgado número 3
de Colmenar Viejo acordó restablecer el régimen de visitas de su hija
de siete años, cuya madre, residente en la localidad madrileña de
Hoyo de Manzanares, no le dejaba viajar a El Astillero para estar con
Manuel.
Lleva año y medio sin ver a la pequeña porque su ex esposa se negó a
ello con argumentos más lacerantes que la propia enfermedad, que
incluyeron denuncias «falsas» por maltrato. Ayer, el hogar de Manuel
era puro júbilo y la familia se prepara para recibir a esa niña de
siete años que es el mejor aliado para luchar contra la enfermedad.
El doctor Julio Miró, médico de cabecera de Manuel, y «el padre que
no tiene», apostilla Magdalena, fue a visitarle y nos dio su visión
del caso. «La relación de Elena con su padre, según lo que he
presenciado, es muy buena. Manuel tomó una decisión muy importante en
su vida, que fue conectarse a un respirador artificial, y el motivo
fundamentalmente fue poder ver unos años más a su hija. Psíquicamente
es una persona normal; emocionalmente está bien y es un hombre muy
fuerte. Domina su estado mental y su ilusión es ver a su hija. Mi
opinión es que no es una relación negativa para la niña».
La pequeña ha ido viendo la evolución de su padre desde que tenía
tres años, hasta que hace año y medio la madre impidió todo tipo de
contacto. La lucha de Manuel fue desde entonces recuperar el contacto
con su hija, a lo que su ex pareja «se negó en redondo. No podemos ni
hablar por teléfono con la niña. Ha sido una lucha constante»,
subraya Magdalena Roji, que agradece el apoyo recibido de la
Confederación de Hombres y Mujeres Separados de Sevilla, «que son
quienes de verdad nos han ayudado».
La familia ahora reclama que la justicia sea más rápida, que nadie
tenga que esperar año y medio para que «nos reconozcan este derecho»
porque «Manuel no sabe el tiempo que le queda», dice su madre con una
entereza ejemplar. «Es una enfermedad cruel, que estadísticamente da
cinco años de vida. Mi hijo va hacerlos ya. Intelectualmente está muy
bien. Es psicólogo clínico, sabe lo que hace y lo que dice. Si
hubiese pensado en algún momento que hacía daño a su hija, hubiera
sido el primero en no querer verla», afirma Magdalena mientras su
hijo esboza una sonrisa perenne. «El juez ha decidido que la niña
venga a ver a su padre un fin de semana al mes y las vacaciones
compartidas. Hay que entender que esta niña no es que tenga solamente
un padre; tiene una abuela, unos familiares, es mi hijo único y es mi
nieta, la única que tengo. Tengo que velar por ella, con y sin mi
hijo, y tengo los mismos derechos que su abuela materna».
APIF-CADIZ, EL MEJOR PADRE LOS DOS PADRES
CUSTODIA COMPARTIDA, SI
DENUNCIAS FALSAS, NO
MEDIACION FAMILIAR, SI
SINDROME DE ALIENACION PARENTAL, NO
Por el derecho de los niños/as a ser criados por ambos padres