Hola, espero estar en el foro correcto. Mi problema es que mi dormitorio tiene moho negro. Me mudé al piso hace 3 meses e informé del problema de inmediato, pero mi casero no se preocupa en absoluto, por lo que no se ha solucionado ni se me ha ofrecido ninguna otra alternativa. Estoy atado al contrato por unos meses más y no tengo otra opción de dónde vivir.
Estoy sufriendo de alergias que están empeorando cuanto más tiempo duermo aquí. ¿Qué puedo hacer en esta situación? ¿Debería demandarlo?
Mi experiencia me indica que en principio lo más probable es que ese moho se deba a un defecto de construcción de la vivienda que provoca humedad por condesación.
Por lo tanto, en principio, sería un problema estructural que tendría que arreglar el casero.
PERO la experiencia también me indica que el casero no lo va arreglar por las buenas, con lo cual la única solución sería interporner una demanda con el agravante de que haría falta que interviniera un perito que dijera que ese problema de humedad es efectivamente culpa del casero. Además le haría falta abogado y procurador.
Yo creo que lo menos malo es que aguante un poco más hasta llegar a los 6 meses y marcharse pagando la indemnización legal que tiene lugar solo en caso de que se haya pactado en el contrato.
Entiendo que no es la respuesta que querría pero es lo más rápido, seguro y barato para usted.
¡Gracias por la respuesta! ¿Por qué tiene que intervenir un perito para demostrar que fue causado por el casero, si ya estaba presente cuando me mudé y lo informé de inmediato?
Además, ¿podría ser posible que reciba una indemnización porque tuve que dormir en una habitación con moho y eso me causó problemas de salud? Me parece que esta situación es muy injusta.
Hace falta un perito porque todo lo que usted diga, en principio no es prueba. Si fuera así no habría ni juzgados ni juicios, simplemente bastaría con lo que dijera el demandante, lo cual no parece sensato.
Y en cuanto a la posible indemnización le digo lo mismo: haría falta un perito que dijera que efectivamente usted sufrió esos daños por esa causa. Incluso así el juez le diría que por qué no se fue y se quedó en la vivienda. Le dirá que tendría que haber resuelto el contrato. Y en tercer lugar la indemnización sería bajísima. No le merece la pena en absoluto.
Si de verdad está mal en esa vivienda lo menos malo es que se marche.
Vivir en un lugar con moho no es solo incómodo; es una barbaridad que está poniendo en riesgo su salud. Si lleva tiempo notificando a su casero y este sigue sin mover un dedo, entonces ya es hora de tomar cartas en el asunto. Que no le engañen: si se queda en esa habitación, la única persona que pierde es usted.
Si tiene otra alternativa, no se lo piense más. Mudar la vida es difícil, pero quedarse a dormir en un lugar insalubre es una ruina que no vale la pena. Revise el contrato con lupa, calcule los posibles gastos y, si no le sale muy caro, salga de esa trampa antes de que su salud siga deteriorándose. Si ya lleva más de seis meses en el contrato, la indemnización por rescisión es mínima. No se quede ahí por orgullo o comodidad: su bienestar es mucho más importante.
Si está atrapado y no tiene más remedio que quedarse, haga lo que tiene que hacer, pero no permita que le tomen por tonto. Tómese en serio su salud y su derecho a vivir en condiciones dignas.
Documente todo. Y lo repito, todo: Si tiene moho en la pared, sáquele fotos. Si está afectando a su salud, consiga un informe médico. Cuanto más respaldo tenga, mejor. No se conforme con un “lo siento”, hágales sentir que sabe lo que hace.
Envíe una carta certificada exigiendo una solución inmediata. No es un favor, es un derecho. Hágalo de forma contundente, como si estuviera exigiendo lo que le corresponde por ley. No sea un simple recordatorio, es una advertencia.
Si se sigue ignorando, presione con las autoridades: Si su casero sigue haciendo oídos sordos, denúncielo. Ponga el problema en manos de la administración pública. Que un inspector se presente en el lugar, que vea el problema y que obligue a su casero a actuar. Y no le dé tregua.
Si está pensando en demandar, le aviso que esto no es un paseo por el campo. Requiere tiempo, dinero, y sobre todo, paciencia. Pero si decide lanzarse, que lo haga con toda la artillería.
Un perito: Si quiere ganar, tendrá que presentar un informe técnico que confirme que el moho no es culpa de usted, sino una consecuencia directa de un fallo estructural de la vivienda.
Informe médico: También será necesario que demuestre, con papeles, que su salud ha empeorado por culpa de este moho. No basta con decirlo, hay que probarlo.
Y prepárese para un proceso largo y cansino: Los juicios son lentos y, si no tiene todo bien atado, puede que no salga con la indemnización que espera. Un juez, si llega a este punto, le cuestionará por qué no se fue antes. ¿Realmente valdrá la pena todo este lío por una pequeña compensación? Piénselo bien.
Conclusión: No se quede ahí como un espectador de su propia vida
No hay excusa para quedarse en un lugar insalubre, ni por un contrato ni por una promesa vacía. Si tiene la opción de marcharse, hágalo sin pensarlo. Si no, haga que su casero entienda que no está dispuesto a seguir viviendo en esas condiciones. Lo primero es su salud, no el alquiler ni el contrato. No se quede esperando a que las cosas cambien por sí solas.
Entiendo. Esto parece mucho esfuerzo. Lo que encuentro injusto es que ellos no cumplan con su parte del contrato proporcionarme una habitación habitable, pero yo no puedo simplemente irme, y si dejo de pagar, ellos sí vendrán tras de mí. Pero supongo que mi mejor opción aquí es simplemente mudarme y pagar por un piso que ni siquiera voy a usar.