Tema: Sexismo lingüístico y visibilidad de la mujer la rae ha decidido llamar la atención a las guías de lenguaje no sexista publicadas en los últimos años
En este sentido, recuerda que la Real Academia se creó en el siglo XVIII y desde entonces se puede "contar con los dedos" cuántas mujeres han pasado por ahí. "Las palabras, al fin y al cabo, tienen que ver con lo sutil y el pensamiento y creo que todavía hay que avanzar mucho sobre el tema. No nos podemos dejar a la mitad de las mujeres, que somos visibles y tenemos una lengua que lo permite", ha agregado.
Igualdad de oportunidades
Por su parte, la portavoz nacionalista catalana, Lourdes Ciuró, insiste en que en este país se está muy acostumbrado a hacer luchas en favor de la igualdad que quedan "inocuas" en el compromiso, donde el lenguaje sería una muestra más de esta situación. Según afirma, a CiU lo que le preocupa son las políticas de igualdad, que van más allá del lenguaje y que, por ejemplo, una mujer que es ingeniero tenga las mismas oportunidades en el mercado laboral, por ejemplo.
Así, ha puesto de ejemplo la denominación de algunas profesiones como la abogacía, donde no se puede decir que una mujer es 'abogada' y sí 'abogado'. "Estamos en contra del lenguaje sexista pero tampoco es la única política de igualdad que hay que hacer, no hay que quedarse en la aplicación del sexismo", ha indicado.
'Los políticos se meten donde no deben'
Por su parte, el portavoz de UPyD en la Comisión de Igualdad, Toni Cantó, comparte dicho informe porque considera que es una "muestra más" de lo que sucede cuando los políticos se meten "donde no deben", tal y como a su juicio ha sucedido en las cajas de ahorros o en la política hidráulica, por ejemplo, donde considera que deberían trabajar y opinar sólo los técnicos.
De hecho, señala que lo "realmente triste" de todo es que este informe de la RAE protagonizaría uno de los "muchos abusos" que se han incurrido durante la pasada legislatura socialista donde, por ejemplo, se vio reflejada "la asimetría penal del hombre y la mujer", pero no se hizo nada para que se disminuyera el número de mujeres fallecidas por violencia machista.
"Hablar de igualdad es hablar de otras cosas. Esto parece que son parches de los políticos que fueron imprimiendo este tipo de folletines. En igualdad hay que hablar de corresponsabilidad, de permiso de paternidad, por ejemplo. Así que considero que para estudiar el lenguaje y hablar de este tipo de cosas está la RAE y no nosotros", ha sentenciado.
LOS PARTIDOS DICEN A LA RAE QUE EL LENGUAJE DEBE ABANDONAR TINTES SEXISTAS
Las portavoces de la Comisión de Igualdad recuerdan que debe evolucionar
El portavoz de UPyD en la Comisión de Igualdad, Toni Cantó, comparte el informe
Europa Press | Madrid
Actualizado lunes 05/03/2012 20:11
Las portavoces de la Comisión de Igualdad del Congreso Marta González (PP), Carmen Montón (PSOE), Lourdes Ciuró (CiU); y de la Ascensión De las Heras (Izquierda Plural) han coincidido en recordar a la Real Academia de la Lengua Española (RAE) en que el lenguaje debe evolucionar de igual forma que lo está haciendo la sociedad y abandonar los tintes sexistas que pueden emplearse diariamente.
Las parlamentarias han hecho estas declaraciones después de que este órgano emitiera un informe del académico Ignacio Bosque en el que se señalaba que "si se aplicaran las directrices propuestas en las guías de lenguaje no sexista en sus términos más estrictos, no se podría hablar".
La 'popular' Marta González ha señalado que este informe "tiene matices" y que, aunque puede ser valioso para poner de relieve determinados excesos en el lenguaje, en su opinión, hay que tener en cuenta que el lenguaje representa una cuestión "meramente formal" y no una de las principales cuestiones de las políticas de igualdad.
"Este informe sí muestra que en nuestra sociedad en todos los momentos se ha primado lo masculino y no lo femenino. Por lo tanto demuestra usos y costumbres que favorecen al masculino porque siempre ha sido así. No obstante, la sociedad se está transformando y debe transformarse al compás de esas modificaciones sociales", ha agregado.
Eso sí, a su juicio, "parece razonable" la parte del informe que resalta que hay documentos para no caer en el lenguaje sexista y el hecho de que no esté elaborado por profesionales. "Nos sirve para pensar si realmente se ha conseguido algo a nivel institucional, aunque es un debate bastante superfluo porque las demandas de igualdad están en otros ámbitos y no en el del lenguaje", ha reiterado.
Lenguaje, resistencia a la igualdad
Desde el PSOE, Carmen Montón, se ha mostrado "absolutamente" en contra del informe porque representa "una de las resistencias" a las que las mujeres se han tenido que enfrentar en la lucha por la igualdad.
De hecho, insta a la RAE a ir hacia un lenguaje no sexista porque, según dice, las mujeres han sido "siempre excluidas" y "afortunadamente" es cada vez mayor el sector de la sociedad que defiende la igualdad en derechos entre ambos sexos.
"La sociedad evoluciona hacia la igualdad y el lenguaje no puede quedar al margen de ello y es normal y deseable que se evolucione hacia un lenguaje no sexista y sí más igualitario, plural, y que visibilice mejor la realidad de la sociedad, donde el 50 por ciento somos mujeres", ha añadido.
En este sentido, quiere exigir a la ministra de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, Ana Mato, a incrementar los esfuerzos y eliminar "todo rastro" de sexismo en la sociedad.
Desde IU, Ascensión de las Heras, no comparte "en absoluto" este informe de la RAE porque, según apunta, el castellano es "riquísimo" y ofrece múltiples oportunidades para evitar "tintes sexistas" y sin faltar a la gramática.
Pero elegir el camino de la parte por el todo, hubiera exigido que la Academia de la lengua se preguntara cual es su parte de responsabilidad en la primera de las premisas que formula brillantemente el profesor Bosque, donde habla con alarma de discriminación de las mujeres, de violencia domestica , de acoso sexual, de diferencias de trato salarial, de desigualdad en la distribución de las tareas domesticas, problemas de los que no parece sentirse concernido, al menos como miembro de la institución que representa, permitiéndose el lujo de endosar alguno de ellos a la “autoridad competente”.
¿Es que la Academia no tiene nada que decir de la utilización del lenguaje como instrumento de poder y de dominación, común a cualquiera de las culturas conocidas? ¿Es que el lenguaje no asigna espacios centrales o periféricos, posición, status y prevalencia social? ¿Dónde están los documentos que, fieles a la pureza de la lengua, contribuyan a erradicar la discriminación a la que el lenguaje somete a las mujeres en España?
Precisamente porque el debate no es lingüístico, lo que empieza siendo un articulo de enorme interés, se convierte en algo tedioso, en el que a partir del punto 7 el profesor Bosque insiste una y otra vez en elevar la anécdota a categoría, desde que “Juan y Maria viven juntos” hasta que Margarita Salas se sienta orgullosa de pertenecer a la nómina de los “cientificos”.
Al mismo tiempo, algo se ha señalado en el encabezamiento de este articulo, volver sobre la polémica a estas alturas resulta a todas luces extemporáneo, la controversia ya se produjo y con cierta intensidad, con motivo de la publicación de las guías, ahora objeto de estudio por parte de la Academia, hace aproximadamente diez años.
El retraso solo puede deberse a la pereza con que la RAE suele reaccionar a la hora de incorporar a sus debates y a sus resoluciones, aspectos que en la calle hace mucho tiempo adquirieron notoriedad. Lo realmente útil hubiera sido dirigir la investigación a analizar si las guías para la utilización no sexista del lenguaje, excesos incluidos, han contribuido en alguna medida y como lo han hecho, a una mayor visibilización de la mujer en el espacio público relacional, un objetivo irrenunciable de las mujeres españolas en su justa lucha por la igualdad.
Lo cierto es que hoy a resultas de esa polémica de hace diez años, se han producido tímidos avances en ese esfuerzo de la visibilización y su relación con el lenguaje.
Cuesta menos trabajo hablar de juezas porque lo son, o de científicas porque también lo son, o de investigadoras y de trabajadoras. Algunos medios de comunicación, se han ocupado del tema, seguro que de manera insuficiente y todavía sesgada, pero con algún signo de intentar al menos, un tratamiento más respetuoso hacia las mujeres en sus informaciones. Y todo ello sin menoscabo de la calidad literaria, como ha podido constatar el señor Bosque en el repaso que ha hecho de los textos de escritoras, periodistas y científicas españolas de reconocido prestigio.
Un informe de esa naturaleza hubiera sido el pertinente en marzo de 2012, en vísperas de la celebración del día internacional de la mujer trabajadora.
Pero no se le pueden pedir peras al olmo. Los académicos siguen a lo suyo afectados por el mal del SQUM (sensibilidad química múltiple), una especie de alergia a multitud de agentes, que la OMS todavía no reconoce como patología, pero que impide a quienes la padecen tomar contacto con el exterior.
Eso siendo muy generosos, si fuéramos malintencionados pensaríamos que el momento elegido por la RAE para publicar este informe no es casual y viene a coincidir con una corriente reaccionaria de puesta en cuestión de las conquistas de las mujeres en España durante los últimos 40 años. Los ministerios de Justicia y Sanidad han corrido para abanderarla, ¿Por qué razón Cultura iba quedar a la zaga?, la veda está abierta.
Señores de la Academia, para muchos de ustedes puede ser traumático no tratar el articulo como realmente se merece, pero desgraciadamente no estamos en esas, la cosa es un poco mas apremiante y decisiva, la visibilización real de las mujeres todavía cuesta vidas en España, demasiadas, la pureza del lenguaje que ustedes defienden, en estas circunstancias, se convierte es una coartada más en la que se refugian quienes se resisten a aceptar una realidad de plena igualdad entre hombres y mujeres.
Pues en mi opinión personal los arboles que tratan de impedirnos ver el bosque son determinadas ideologías.
Un saludo.
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LENGUAJE SEXISTA Y R
AE (EL ÁRBOL QUE NO PERMITE VER EL BOSQUE)
Pedro Reyes | Coordinador Actividades FSE
nuevatribuna.es | Actualizado 06 Marzo 2012 - 12:33 h. .No es habitual que un medio de comunicación escrita dedique un espacio tan relevante a un articulo de opinión como el que dedicaba en su cuadernillo “Domingo” el periódico El País (04/03/2011), al encabezado por el académico Ignacio Bosque y suscrito por un buen numero de académicos de la RAE, que doy por reproducidos y que figuran como firmantes. Tanpoco lo es, que las opiniones vertidas en el mismo vengan avaladas por el estudio previo de distintas guías para la utilización no sexista del lenguaje publicadas por otras tantas instituciones. Sin duda ese trabajo previo confiere un rigor a lo manifestado, aunque bien es verdad que tiempo han tenido.
El informe esta llamado a crear polémica, por el tema que aborda, que trasciende las formas y por la declaración de intenciones que formula ya en el encabezado al manifestar, que las guías estudiadas “ proponen que se difundan usos lingüísticos ajenos a las practicas de los hispanohablantes, con la intención de dar mayor visibilidad a la mujer en el idioma”.
La formulación misma lleva implícitas las preguntas que el diario El País ha formulado a continuación en aras a extender el debate. ¿Se confunde el sexo y el género en el idioma? ¿Es necesario o vale la pena alterar la gramática?
A mi juicio, las respuestas están claras. Probablemente. Rotundamente sí.
Se esta convirtiendo en habitual en el debate público en España la enorme polvareda que levantan las distintas Academias con sus actuaciones, tanto en su competencia profesional como en las opiniones que de forma más o menos colegiada emiten sobre temas con una clara proyección social. La Academia de la Historia, la de las Ciencias Audiovisuales, ahora la RAE. Es probable que su empeño en tratar corporativamente problemas que tienen una clara raíz política esté en el origen de todas las controversias.
En el caso que nos ocupa es meridianamente claro, el debate no es lingüístico y lo más sorprendente es que los académicos confundan lengua con lenguaje.
La lengua identifica la realidad, el lenguaje la construye y, si la construye tiene el poder de perpetuarla o modificarla, una distinción que modestamente interesa al debate. De haber hecho esta distinción, posiblemente los firmantes no hubieran cometido el error de analizar el todo por la parte, es decir en vez de sesgar su posición hacia la descalificación global de las guías por su uso no siempre correcto del desdoblamiento de los géneros, o por su excesivo celo, a veces imposible, por la corrección del genérico masculino en aras a una mayor visibilización de la mujer, si hubieran seguido el camino inverso de analizar la parte por el todo, probablemente hubieran contribuido con su sabiduría a mejorar el conjunto de las guías analizadas, cuya intención era, contrariamente a la opinión de los académicos, dar mayor visibilidad a la mujer en la realidad, no en el idioma.
La ministra de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad del gobierno derechista, Ana Mato, ha sido muy criticada por mantener los términos sexistas discriminatorios, como cuando condenó el asesinato de una mujer por su marido. La ministra habló de "violencia en el entorno familiar" y no de violencia machista o de género, tal como establece expresamente la ley que se denominan ese tipo de crímenes.
Adelaida de la Calle, rectora de la Universidad de Málaga y presidenta de la Conferencia de Rectores de las Universidades Españolas, sostiene que, si bien la sociedad española "ha funcionado normalmente con un lenguaje muy sexista", ahora "hay que cambiarlo, igual que hemos cambiado montones de actuaciones". Y subraya que "la mujer debe contar en todo y ese todo incluye el lenguaje (...). Hay que poner a la mujer en valor y hacer el esfuerzo de cambiar el lenguaje, aunque no se puede lograr de la noche a la mañana". A su juicio, para lograrlo se deberá trabajar en los primeros niveles de la enseñanza, aunque dice tener claro que "el genérico se debe seguir utilizando porque no se hace con tono discriminatorio".
LA VISIÓN DE LAS FEMINISTAS
La secretaria confederal de la Mujer de la central sindical Comisiones Obreras (CCOO), Carmen Bravo, criticó el informe de Bosque y dijo que desde su organización promueven "un uso de la lengua más inclusivo desde el punto de vista del género y más igualitario desde la práctica democrática del lenguaje". "Demandamos que la RAE también lo haga", sentenció.
En CCOO, ratificó, se apuesta "por un lenguaje inclusivo de género", y de esa forma "democratizar el lenguaje y dar visibilidad social a los géneros femenino y masculino y lograr una sociedad más igualitaria y transparente desde el punto de vista lingüístico".
La presidenta de la Comisión de Igualdad del Consejo General del Poder Judicial, Inmaculada Montalbán, escribió que "la utilización sexista del lenguaje implica la invisibilidad de las mujeres, tanto de su presencia como de sus logros". "Así lo entiende la Ley de Igualdad, cuando fija como criterio general de actuación de los poderes públicos la implantación de un lenguaje no sexista en el ámbito administrativo", adujo.
Purificación Causapié, secretaria de Igualdad del opositor Partido Socialista Obrero Español (PSOE) se mostró optimista, porque "el idioma es algo vivo y cambia para adaptarse a la sociedad y en este sentido el lenguaje debe servir para expresar también la igualdad entre hombres y mujeres". A su juicio, "debemos encontrar un consenso, por supuesto también con los lingüistas y con la Real Academia, para alcanzar este objetivo".
ESCRITORES CON LA RAE
El afamado escritor Enrique Vila-Matas apoya a la RAE, porque "el lenguaje está hecho esencialmente para entenderse. Por tanto, todo lo que se aparte de esto es un despropósito. Y despropósito es creer que siempre hay discriminación en las expresiones nominales construidas en masculino con la intención de abarcar los dos sexos".
Un ejemplo de esto, a su juicio, es cuando se recomienda decir "personas sin trabajo" en vez de "parados". Pues si se hace eso "acabaremos no entendiéndonos nada entre nosotros, hablando de Españadanía para no tener que decir Españo o España (demasiado masculino o femenino respectivamente)".
Pero feministas y lingüistas coincidieron en que el lenguaje no es neutral y para confirmarlo recordaron los significados populares muy diferentes que se asignan a palabras iguales, sean en masculino o femenino:
Uno cualquiera: uno que pasaba por ahí; una cualquiera: una puta. Un hombre público: un ciudadano conocido; una mujer pública: una puta. Un zorro: un hombre listo; una zorra: una puta. Un hombre alegre: un sujeto contento; una mujer alegre: una puta. Un gallo o gallito: un valiente; una gallina: puta o cobarde.
Académicos, escritores y feministas inmersos en un debate sobre un idioma, el castellano, criticado por el uso genérico del masculino para designar a los dos sexos
Tito Drago | 5/3/2012
Madrid-. Una resolución del pleno de la Real Academia Española (RAE) abrió la puerta en España a un intenso debate sobre el buen y mal uso del idioma, al hablar o escribir sobre mujeres y hombres.
El académico Ignacio Bosque redactó el polémico informe "Sexismo lingüístico y visibilidad de la mujer", aprobado por unanimidad por el pleno de la RAE y con duras críticas sobre nueve normas elaboradas por comunidades autónomas, universidades y sindicatos de toda España. En las nueve normas hay temas comunes, entre los que se destaca la crítica al uso genérico del masculino para designar a los dos sexos, como cuando se dice "en esa ciudad viven miles de hombres", en vez de "hombres y mujeres" o más claramente aun "personas".
Pero en el documento difundido el domingo 4, la RAE considera que "está firmemente asentada en el sistema gramatical español" la forma de designar a los dos sexos diciendo "miles de hombres". La academia tiene actualmente 42 miembros, solo tres mujeres. Desde su fundación, en 1713, solo ha habido cinco académicas.
Sobre el informe se manifestó la lingüista Silvia Agosto, profesora asociada del Departamento de Didáctica de la Lengua y la Literatura de la Facultad de Educación de la Universidad Complutense de Madrid y docente del Instituto de Educación Secundaria Mariana Pineda, también en la capital. "Es necesario adaptar los usos idiomáticos a una nueva realidad social. Si antiguamente no existían abogadas, arquitectas o doctoras, es lógico que se adapten los géneros de estos sustantivos", dijo.
En este tema, Agosto recordó un hecho que muy pocos tienen en cuenta en la actualidad: que hasta mediado el siglo XX prácticamente no había mujeres doctoradas en arquitectura, abogacía o medicina, lo que convertía en normal las expresiones arquitecto, abogado o médico. Pero la lingüista sí consideró que no es una buena solución duplicar las expresiones, como proponen varios de los manuales criticados.
Puso como ejemplo la expresión "los niños y las niñas", que consideró que "no solo no tienen sentido por la propia estructura de la lengua, sino que porque estas fórmulas son contrarias a uno de los principios básicos del lenguaje: la economía". "Si es posible dar un mensaje con menos palabras, ¿por qué usar más?", argumentó.
Agosto puntualizó que "las repeticiones generan problemas sintácticos y complican la redacción". Como ejemplo negativo puso el cambio de la frase "Los padres deben consultar a los maestros por el rendimiento de sus hijos" por: "Los padres y las madres deben consultar a los maestros y las maestras por el rendimiento de sus hijos y sus hijas". Y se preguntó: "¿Para qué usar una frase doblemente extensa para decir lo mismo?".
Según Bosque, si se aplicaran las directrices de las comunidades, sindicatos y universidades "no se podría hablar", pues para hacerlo hay que aplicar el uso genérico del masculino para los dos sexos ya que eso, según la RAE, "está firmemente asentado en el sistema gramatical español" y de otras muchas lenguas.
Bosque subrayó que "hay acuerdo general entre los lingüistas en que el uso no marcado (o uso genérico) del masculino para designar los dos sexos está firmemente asentado en el sistema gramatical del español". Y puso como ejemplo textos de escritoras como las españolas Soledad Puértolas, Maruja Torres, Rosa Montero o Almudena Grandes, o la uruguaya Carmen Posadas y la mexicana Ángeles Mastretta, entre otras, en los que ninguna de ellas "sigue las directrices contra el supuesto sexismo verbal".
El académico planteó también el caso de los animales, y se preguntó: "¿Debemos entender tal vez que es correcto discriminar a las hembras en expresiones tan comunes como los perros, los gatos, los lobos o los jabalíes, o hemos de interpretar, por el contrario, que no es preciso que el género aquí tenga correspondencia con el sexo?". Además, criticó a los gobiernos de las comunidades y a las centrales sindicales por proponer que en vez de decir "los ciudadanos" se diga "la ciudadanía", o en lugar de "los becarios", "las personas becarias".
PÉREZ-REVERTE: «ESTABA SIENDO INTOLERABLE EL MATONISMO DE LAS ULTRARRADICALES FEMINAZIS»
El académico responde en Twitter a los críticos con el informe de la RAE contra las guías de lenguaje no sexista.
El académico Arturo Pérez Reverte, firmante del informe de la RAE «Sexismo lingüístico y visibilidad de la mujer» elaborado por Ignacio Bosque, incendió su cuenta de Twitter respondiendo a tuits sobre el texto académico que «acuchilla» lingüísticamente nueve guías de lenguaje no sexista. He aquí una selección de sus comentarios:
«No fue fácil llegar a ese texto. Pero Ignacio Bosque, amén de sabio, es un monstruo de rigor e inteligencia. Nadie lo habría clavado como él»
«Pero ha costado. Todavía hay algún colega académico que opina que la RAE no debe nunca afrontar asuntos conflictivos»
«Estaba siendo intolerable el matonismo casi indiscutido de las ultrarradicales feminazis. Cada vez más crecidas con la impunidad»
«Porque también el feminazismo orgánico, oficial, es un negocio del que trincan pasta muchos. Y sobre todo, muchas»
«A ver quién es el imbécil que llama misógina o machista a Margarita Salas, a Carmen Iglesias, a Soledad Puértolas, a Inés Fernández Ordóñez...»
«Por eso el texto magnífico de Bosque es un zapatazo en la boca a los que ceden al chantaje y al miedo al qué dirán»
José Ramón, por una parte está bien que vengan a exigir cuentas sobre los despilfarros realizados con fondos de la comunidad. Han sido descomunales y en todos los campos. Algunos se pensaban que era maná llovido del cielo. Tan cierto es esto como que con dichos fondos se ha comprado mucho más, que se ha subvencionado una bajada de pantalones inmensa de todos los españoles, para enriquecimiento de unos pocos. Si algo tengo muy claro es que sobre mi no recaerá esa devolución si lo puedo evitar. Que lo devuelvan quienes lo robaron, vale que me hicieran meretriz por mucho bigote que porte pero poner la cama, eso nunca.
Así es, Terabithia, así es. Y esas guías, nunca vi hoja parroquial alguna ni catecismo falangista en semejantes ediciones de lujo, papel matte o heavyweight de calidad suprema y a todo color, son mal menor. Más se va en alimentar al rebaño de mangurrinos y mangurrinas de género, y no sólo los nacionales, que esto es ya transfronterizo y con cargo a los presupuestos generales del estado español, es decir, a su bolsillo y al mío, aunque el mío lo tengo ya muy raído de tanto que le meten mano, 18% de IVA incluido. Lamentablemente no se fabrican pantalones antisistema, es decir, sin bolsillos, calzoncillos sin bolsillos sí, pero hasta estos te los roban en este país. Y uno, aunque pobre y de clase baja, no es corto de entendederas, y algunas luces porta, que Dios tuvo a bien premiarle con unas bien grandes. Por lo cual le estoy muy agradecido, pues si me hubiera dado 20 millones de euros y ningún entendimiento, familiarmente entendederas, de poco me habrían servido aquellos sin las otras.
Las guías en cuestión, con cargo al erario público, ese que no es de nadie y, por tanto, no sujeto a auditoría, palabro políticamente incorrecto, alguna, se me antojan como ediciones de lujo de un moderno Mein Kampf, paridas no por el bigote de Hitler sino por el vello púbico de más de una degenerada de género. Especie no autóctona pero contaminadora de nuestro ecosistema, cual Cortaderia selloana, planta que estará harta de verla, Terabithia, sí, las famosas espigas de ornamento en floristería y que hoy son plaga en todos los campos españoles. Eso es el fewminismo de género, una planta a erradicar.
Pero si de perejiladas lingüísticas venimos a hablar ya lo venia a explicar Don Arturo Pérez Reverte en uno de sus artículos, 2008 del año de nuestro señor, siglo XXI español por más señas, siglo que me temo no será de los de oro, y que llevaba por título, el artículo, “Miembras y carne de miembrillo”.
Así pues, uno se encuentra ante el dilema existencial, en semejantes bretes nos andamos, de mandar a tomar por donde amargar los pepinos o se rompen los cestos a la madre patria, que nunca fue madre, a lo sumo madrastra, que lo vio nacer o aguantar mecha. Y mecha me queda poca para aguantar tamañas violaciones de derechos humanos. En realidad, si sigo vivo, es porque oportunamente traslade mi cuerpo allende Los Pirineos en su día. Hoy en día espero fertilizar con mis restos mortales otras tierras, las españolas ni de coña.
"...Más recientemente, la Sentencia del T.J.U.E. de 21 de diciembre de 2011, ha obligado al estado Español a devolver los fondos indebidamente cobrados por organizaciones que cobraban en función del número de denuncias de malos tratos que habían tramitado, a quienes se les daban fondos sin cumplir los requisitos legales y sin fiscalización alguna.
Veremos en que acaba todo esto, ya que son mas de 5 mil millones de euros, que no sé de dónde los vamos a sacar con lo que está cayendo, ya que se supone que las organizaciones feministas lo son sin ánimo de lucro, y la verdad, la pregunta es fácil ¿Dónde ha ido a parar tanto dinero?..."
Una pregunta al hilo de lo expuesto ¿Cuanto dinero nos ha costado a los ciudadanos y ciudadanas de este país ,la multitud de guías lingüísticas no sexistas hechas ?.
Guía sobre comunicación socioambiental con perspectiva de género. Consejería de Medio Ambiente, Junta de Andalucía, ISBN-978-84-96776-78-4, sin fecha.
CCOO
Guía para un uso del lenguaje no sexista en las relaciones laborales y en el ámbito sindical. Guía para delegadas y delegados. Secretaría confederal de la mujer de CCOO y Ministerio de Igualdad, Madrid, 2010.
GRAN
Guía de lenguaje no sexista. Unidad de Igualdad de la Universidad de Granada, Universidad de Granada, sin fecha.
MAL
Antonia M. Medina Guerra (coord.): Manual de lenguaje administrativo no sexista. Asociación de estudios históricos sobre la mujer de la Universidad de Málaga y Área de la mujer del Ayuntamiento de Málaga, 2002.
MUR
Guía de uso no sexista del lenguaje de la Universidad de Murcia. Unidad para la Igualdad entre mujeres y hombres, Universidad de Murcia, 2011.
UPM
Manual de lenguaje no sexista en la Universidad Politécnica de Madrid. Madrid, Unidad de Igualdad, Universidad Politécnica de Madrid, sin fecha.
UGT
Guía sindical del lenguaje no sexista. Madrid, Secretaría de Igualdad, Unión General de Trabajadores, 2008.
UNED
Guía de lenguaje no sexista. Oficina de Igualdad, UNED, sin fecha.
VAL
Igualdad, lenguaje y Administración: propuestas para un uso no sexista del lenguaje. Conselleria de Bienestar Social, Generalitat Valenciana, 2009.
* Este informe, redactado por Ignacio Bosque, ha sido suscrito por todos los académicos numerarios y correspondientes que asistieron al pleno de la Real Academia Española celebrado en Madrid el jueves, 1 de marzo de 2012. A saber:
Académicos de número de la RAE
D. Pedro Álvarez de Miranda, D. Luis María Anson, D. José Manuel Blecua, D. Ignacio Bosque, D. Juan Luis Cebrián, D. Luis Mateo Díez, D. Antonio Fernández de Alba, D. Pedro García Barreno, D. Eduardo García de Enterría, D. Juan Gil, D. Pere Gimferrer, D. Luis Goytisolo, D. Salvador Gutiérrez Ordóñez, D.ª Carmen Iglesias, D. Emilio Lledó, D. José María Merino, D. Francisco Nieva, D. José Antonio Pascual, D. Arturo Pérez-Reverte, D. Álvaro Pombo, D.ª Soledad Puértolas, D. Francisco Rodríguez Adrados, D.ª Margarita Salas, D. Gregorio Salvador, D. José Manuel Sánchez Ron, D. Darío Villanueva.
Académicos correspondientes
D. Humberto López Morales (secretario general de la Asociación de Academias de la Lengua Española)
D. Francisco Arellano (Academia Nicaragüense de la Lengua)
D.ª Norma Carricaburo (Academia Argentina de Letras)
D.ª Ana María Nafría (Academia Salvadoreña de la Lengua)
D. José Rodríguez (Academia Filipina de la Lengua Española)
D. Bernard Sesé (Francia)
D. Norio Shimizu (Japón).
11. Se explica en AND-60 que “esta guía, más que mostrar pautas gramaticales […], es un intento de iniciar pequeñas vías de reflexión en la ciudadanía”. Seguramente es así, aun cuando el hecho de que la Junta de Andalucía explicara en su momento que se multaría a los anunciantes que no respetaran en sus textos las directrices lingüísticas de esa institución la convierte quizá en algo más que “un intento de reflexión en la ciudadanía”. Las páginas precedentes constituyen también un intento de mover a la reflexión, pero en un sentido diferente. El propósito último de las guías de lenguaje no sexista no puede ser más loable: contribuir a la emancipación de la mujer y a que alcance su igualdad con el hombre en todos los ámbitos del mundo profesional y laboral. Intuyo que somos muchos —y muchas— los que pensamos que la verdadera lucha por la igualdad consiste en tratar de que esta se extienda por completo en las prácticas sociales y en la mentalidad de los ciudadanos. No creemos que tenga sentido forzar las estructuras lingüísticas para que constituyan un espejo de la realidad, impulsar políticas normativas que separen el lenguaje oficial del real, ahondar en las etimologías para descartar el uso actual de expresiones ya fosilizadas o pensar que las convenciones gramaticales nos impiden expresar en libertad nuestros pensamientos o interpretar los de los demás.
No deja de resultar inquietante que, desde dependencias oficiales de universidades, comunidades autónomas, sindicatos y ayuntamientos, se sugiera la conveniencia de extender —y es de suponer que de enseñar— un conjunto de variantes lingüísticas que anulan distinciones sintácticas y léxicas conocidas y que prescinden de los matices que encierran las palabras con la intención de que perviva la absoluta visibilidad de la distinción entre género y sexo. La enseñanza de la lengua a los jóvenes constituye una tarea de vital importancia. Consiste, en buena medida, en ayudarlos a descubrir sus sutilezas y comprender sus secretos. Se trata de lograr que aprendan a usar el idioma para expresarse con corrección y con rigor; de contribuir a que lo empleen para argumentar, desarrollar sus pensamientos, defender sus ideas, luchar por sus derechos y realizarse personal y profesionalmente. En plena igualdad, por supuesto.
...
En la mayor parte de las guías que cito se recomienda omitir, siempre que sea posible, los artículos masculinos para evitar el uso no marcado de este género. Para la Universidad de Granada (GRAN-7) es sexista la frase Los jóvenes y los ancianos están siempre de acuerdo, de forma que el sexismo desaparecería suprimiendo el artículo: Jóvenes y ancianos están siempre de acuerdo. La Universidad de Murcia recomienda (MUR-4) no usar expresiones como Va dirigido a los estudiantes de último curso, y aconseja emplear en su lugar Va dirigido a estudiantes de último curso. Pero, como es obvio., el profesor de Lengua Española debería aclarar en sus clases que la supresión del artículo da lugar unas veces a secuencias anómalas, y otras muchas a notables cambios de sentido. El que dice Conozco a los especialistas en esta cuestión está diciendo que los conoce a todos, mientras que, si dice Conozco a especialistas en esta cuestión, está diciendo que conoce a algunos (que podrían, como antes, ser hombres o mujeres). Las gramáticas del español suelen explicar estas diferencias con detalle.
¿Es todo esto demasiado sutil? ¿Se le está diciendo al profesor que en sus clases de Lengua debe prescindir de los matices y que ha de anular cuantas diferencias sintácticas o léxicas sean necesarias para que prevalezca la visibilidad? Me parece que el conflicto de competencias al que aludía al principio no es tanto un problema legal cuanto una cuestión de responsabilidad profesional. También es, por consiguiente, un problema de conciencia.
10. Llama la atención el que sean tantas las personas que creen que los significados de las palabras se deciden en asambleas de notables, y que se negocian y se promulgan como las leyes. Parecen pensar que el sistema lingüístico es una especie de código civil o de la circulación: cada norma tiene su fecha; cada ley se revisa, se negocia o se enmienda en determinada ocasión, sea la elección del indicativo o del subjuntivo, la posición del adjetivo, la concordancia de tiempos o la acepción cuarta de este verbo o aquel sustantivo.
Nadie niega que la lengua refleje, especialmente en su léxico, distinciones de naturaleza social, pero es muy discutible que la evolución de su estructura morfológica y sintáctica dependa de la decisión consciente de los hablantes o que se pueda controlar con normas de política lingüística. En ciertos fenómenos gramaticales puede encontrarse, desde luego, un sustrato social, pero lo más probable es que su reflejo sea ya opaco y que sus consecuencias en la conciencia lingüística de los hablantes sean nulas. Así, el hecho de que tothom (literalmente, ‘todo hombre’) signifique ‘todos, todo el mundo’ en catalán no parece molestar a las catalanas. El indefinido omne (de lat. hominem) se usaba en castellano medieval con el sentido de ‘uno, cualquiera’. Esta forma de crear indefinidos pervivió en alemán y en francés, entre otros idiomas. El indefinido alemán man (‘alguien, uno’) se pronuncia como el sustantivo Mann (‘hombre’), y no se diferenciaba de él en la lengua antigua. Cualquier alemán, hombre o mujer, reconoce que hay relación entre man y Mann cuando dice, por ejemplo, Das sagt man (‘Eso dicen’). Es algo mayor la diferencia de pronunciación entre el francés on (‘uno, alguien’) y homme (‘hombre’), pero su origen es también el sustantivo “hombre” (latín hominem). Esta forma de fosilización recibe entre los lingüistas el nombre de gramaticalización.
No queda claro cuál habría de ser, aplicando la lógica de la visibilidad, la reacción de las mujeres alemanas o francesas ante estos hechos, ni tampoco ante qué institución deberían presentar su protesta por tener que aceptar tamaña injusticia sintáctica. Como es obvio, si no se sienten discriminadas por estos fenómenos —como, en efecto, sucede— es porque comprenden que los significados de las palabras se modifican en su evolución, incluso aunque sus antiguos sentidos sean parcialmente reconocibles en la actualidad. Si no hay discriminación en estos usos es, simplemente, porque las etimologías no revelan el significado actual de las palabras, y también porque la historia de cada lengua no es la historia de las disposiciones normativas que sobre ella se hayan dictado, sino la historia de un organismo vivo, sujeto a una compleja combinación de factores, entre los que destacan los avatares de los cambios sociales y las restricciones formales fijadas por el sistema gramatical. Como es obvio, no existe institución ante la que haya que manifestarse para exigir que el sustantivo sol, el nombre del astro rey, deje de ser masculino en español, a la vez que luna es femenino, y demandar que las cosas sean exactamente al revés, como sucede en alemán.
9. Nadie pone hoy en cuestión que la labor que llevan a cabo los profesores de Lengua en la Enseñanza Media constituye una parte esencial de la educación de nuestros jóvenes. Entre sus múltiples tareas está la de conseguir que adquieran cierta soltura en el uso del idioma, distingan matices léxicos y gramaticales, y sean capaces de hablar y escribir con corrección. El profesor de Lengua deberá decidir, como es lógico, qué normas explica en sus clases. Habrá de pensar si recomienda a sus alumnos que escriban l@s niñ@s (como se sugiere en AND-37), l@s actores/as normalmente involucrad@s (como se propone en UGT-33) y alumn@s o funcionari@s (como se recomienda en UPM-17), o deberá, por el contrario, pedir a sus alumnos que eviten estas expresiones, tal como recomienda la RAE, junto con todas las gramáticas normativas y los manuales de estilo de los medios de comunicación.
En la guía de Comisiones Obreras se explica (CCOO-65, nota 24) que la arroba es un signo “que no es reconocido en este uso no sexista por los dispositivos lectores que emplean las personas con discapacidad visual”. A pesar de ello, constituye “un recurso posible y efectivo cuando no se quiere marcar el género”. De hecho, parece sugerir que se emplee también en rótulos, y propone el ejemplo Acceso Delegad@s. Solo una de las nueve guías que cito recomienda evitar la arroba como signo lingüístico en todos los contextos. Aun así, no propone sustituir L@s niñ@s vendrán a clase con ropa cómoda (MAL-88) por el equivalente con los niños, sino con las niñas y niños o con los/as niños/as.
La elección del profesor de Lengua afecta, desde luego, a otros muchos aspectos. Deberá decidir si recomienda que sus alumnos escriban Los/las trabajadores/as, como hace la UGT (UGT-11) o si les enseña a evitar este uso. Cuando explique en clase los sustantivos colectivos y los abstractos ¿deberá tener en cuenta que no equivalen siempre a los plurales? La Universidad de Murcia (MUR-4) proporciona una lista de “términos que hacen referencia tanto a hombres como a mujeres”. En esta lista aparecen alumnado, profesorado y clientela, pero también adolescencia, licenciatura, coordinación, infancia, niñez, ingeniería, vejez y jefatura, términos que se proponen como sustitutos de los nombres de persona. La Universidad Politécnica (UPM-12) recomienda usar las tutorías en lugar de los tutores; la Generalitat Valenciana hace equivaler (VAL-23) el alcalde a la alcaldía, y la Universidad de Granada (GRAN-6) entiende que este tipo de sustituciones “facilitarán la escritura sin romper la estética del texto”. MAL es la única guía que actúa con cierta cautela: “Estos listados son orientativos y no deben interpretarse como soluciones válidas en todos los contextos” (MAL-52).
No es preciso, desde luego, ser lexicógrafo para intuir que la niñez no equivale a los niños, y, en general, que, si existen contextos en que alguno de estos sustantivos abstractos equivalga a un colectivo de persona, están sumamente restringidos. En ciertos casos, los nombres colectivos de persona (ninguno de los cuales “visibiliza a la mujer”) no designan en español dos grupos de individuos de distinto sexo. Así, el que dirige un colegio podría tal vez usar la expresión mi profesorado para aludir al conjunto de profesores y profesoras que trabajan en él, pero el que quiere referirse al conjunto de profesores y profesoras que ha tenido en su vida no podrá usar mi profesorado, pero sí mis profesores. En UPM-12 se hace notar que, como es sexista la presencia del artículo los en los interventores, habrá que sustituir esa expresión por quienes intervengan. Poco parece importar a los autores de la guía el que las dos fórmulas no sean necesariamente equivalentes.
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8. Un buen paso hacia la solución del “problema de la visibilidad” sería reconocer, simple y llanamente, que, si se aplicaran las directrices propuestas en estas guías en sus términos más estrictos, no se podría hablar. Mucho me temo, sin embargo, que las propuestas no estén hechas para ser adaptadas al lenguaje común. Unas veces se dice expresamente en las guías, pero otras queda tan solo sobrentendido: se supone que los cambios que se solicitan han de afectar únicamente al lenguaje oficial. Se aplicarían, pues, a los textos legales o administrativos (lengua escrita) y a los discursos públicos, las declaraciones, las ruedas de prensa y otras manifestaciones de la lengua oral. Dicho de una manera más clara: se ve como algo enteramente natural que la autoridad, el responsable o el gestor que desdobla usuarios y usuarias o ciudadanos y ciudadanas se olvide de su desdoblamiento cuando ya no esté delante de un micrófono o de una cámara. Una vez abandone la tribuna o el estudio de grabación, dirá que “va a cenar con unos amigos”, sin intención de excluir a las mujeres, o que “tiene que ir al colegio a recoger a sus hijos”, sin que hayamos de suponer que no tiene hijas. Hablará, en una palabra, como todo el mundo.
No me parecen insignificantes las implicaciones que conlleva la aceptación de este sorprendente cambio de registro. Precisamente ahora que se trabaja para que el lenguaje de los textos jurídicos se acerque en alguna medida al español común, las propuestas para “visibilizar a la mujer” en el idioma parecen encaminarse en el sentido opuesto. Se trata, al parecer, de lograr que el lenguaje oficial se diferencie aún más del real. A los tan denostados eufemismos de los políticos y los economistas, que enmascaran o edulcoran, como sabemos, tantos aspectos de la realidad, parece que ha de agregarse ahora un nuevo código artificial, ajeno al lenguaje común, constituido por nuevos circunloquios, restringidos —como antes— al mundo oficial. A la vez, se acepta paradójicamente su propia artificiosidad al reconocer implícitamente que no tienen aplicación en la lengua de todos los días.
Pero existen razones para la esperanza. Observo, por ejemplo, que la Junta de Andalucía no sigue tan estrictamente en su Boletín Oficial (BOJA) las normas antisexistas que proponen sus consejerías. Abro al azar el BOJA y leo: "Emplácese a cuantos aparecen como interesados en el expediente, a fin de que puedan personarse en legal forma como demandados en el plazo de nueve días ante el órgano jurisdiccional" (BOJA, 7 de enero de 2009, pág. 55). A estas tres infracciones en tan pocas líneas se suman otras muchas en otros números del BOJA, y aun en este que cito.
En el mismo sentido, el título del informe nº 247/2012 de la Federación Regional de Enseñanza de Comisiones Obreras de Madrid (Sector Universidad) contiene dos supuestas infracciones a las pautas que estipula este sindicato: Los defensores universitarios dan la razón a los trabajadores. En sus páginas aparecen asimismo varios usos del masculino en su uso no marcado, y no encuentro en ellas ni un solo grupo nominal desdoblado (ya no somos los únicos en defender […]; la atención a los estudiantes; el legítimo derecho de los empleados públicos, etc.). Lo mismo cabe decir de los documentos de la UGT (un ejemplo, entre otros muchos, es la Carta de derechos de los trabajadores en paro del 2-12-2010). No he sido capaz, por otra parte, de encontrar un solo documento de CCOO o de UGT en el que aparezca la expresión desdoblada empresarios y empresarias.
Es de suponer que los que redactaron todos estos textos, y otros análogos emitidos por las mismas instituciones que patrocinan las guías de lenguaje no sexista, probaron antes la versión alambicada de sus escritos, y —quizá después de algunas dudas—, optaron, con buen criterio, por sacrificar la visibilidad a la naturalidad y a la eficacia.
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Consideremos, a título de ejemplo, el caso de los animales. ¿Debemos entender tal vez que es correcto discriminar a las hembras en expresiones tan comunes como los perros, los gatos, los lobos o los jabalíes, o hemos de interpretar, por el contrario, que no es preciso que el género tenga aquí correspondencia con el sexo? Los que elijan esta última opción ¿habrían de argumentar tal vez que los animales no tienen dignidad, y que este es el factor que determina la visibilidad morfológica? De nuevo, ¿cuál es el límite?
A los que respondan que no conviene llevar las normas o las reglas gramaticales a sus extremos, habría que recordarles que las normas gramaticales no tienen extremos. Se formulan de cierta manera y se aplican en función de ciertos criterios léxicos, morfológicos o sintácticos que deben expresarse con claridad. Se dice en algunas guías (por ejemplo, en CCOO-24) que los críticos del desdoblamiento léxico (ciudadanos y ciudadanas, etc.) construyen deliberadamente ejemplos recargados con el solo propósito de ridiculizar, a menudo en periódicos o en blogs, a quienes proponen dicho recurso visibilizador. Pero los fragmentos de la constitución de la República Bolivariana de Venezuela que oportunamente cita Ignacio M. Roca en el Boletín de la Real Academia Española (tomo 89, 2009, pág. 78), no constituyen ejemplos inventados por periodistas o escritores:
«Sólo los venezolanos y venezolanas por nacimiento y sin otra nacionalidad podrán ejercer los cargos de Presidente o Presidenta de la República, Vicepresidente Ejecutivo o Vicepresidenta Ejecutiva, Presidente o Presidenta y Vicepresidentes o Vicepresidentas de la Asamblea Nacional, magistrados o magistradas del Tribunal Supremo de Justicia, Presidente o Presidenta del Consejo Nacional Electoral, Procurador o Procuradora General de la República, Contralor o Contralora General de la República, Fiscal General de la República, Defensor o Defensora del Pueblo, Ministros o Ministras de los despachos relacionados con la seguridad de la Nación, finanzas, energía y minas, educación; Gobernadores o Gobernadoras y Alcaldes o Alcaldesas de los Estados y Municipios fronterizos y de aquellos contemplados en la Ley Orgánica de la Fuerza Armada Nacional.»
«Para ejercer los cargos de diputados o diputadas a la Asamblea Nacional, Ministros o Ministras; Gobernadores o Gobernadoras y Alcaldes o Alcaldesas de Estados y Municipios no fronterizos, los venezolanos y venezolanas por naturalización deben tener domicilio con residencia ininterrumpida en Venezuela no menor de quince años y cumplir los requisitos de aptitud previstos en la ley.»
De hecho, tales desdoblamientos múltiples se proponen a menudo como ejemplos en estas mismas guías. La de la UNED considera que no debe decirse Los funcionarios interinos que hayan trabajado entre el 8 de julio y el 7 de enero […], sino (UNED-5) Los funcionarios y funcionarias interinos e interinas que hayan trabajado entre el 8 de julio y el 7 de enero […]. También propone (UNED-8) como modelo de redacción frases como […] foros y chats, para que el/la estudiante pueda comunicarse con el equipo docente, los/las tutores/as y los/las compañeros/as…, así como En estos centros las tutoras y los tutores actuarán como guías y asesores de las alumnas y los alumnos (UNED-10), con aparente discriminación de las asesoras. En MAL-70 se sugiere como pauta El/la avalado/a está obligado/a a comunicar a el/la avalista dicha circunstancia.
7. Los lectores curiosos e interesados que lean con atención las guías de lenguaje no sexista se formularán un gran número de preguntas lingüísticas, pero me temo que buscarán inútilmente las respuestas entre sus páginas (de nuevo, con la posible excepción de MAL). El lector de estas guías habrá aprendido, en efecto, que es sexista decir o escribir El que lo vea (MUR-4) en lugar de Quien lo vea; que también lo es la expresión Los futbolistas (AND-37) en lugar de Quienes juegan al fútbol; que no debe hablarse de los requisitos exigidos para acceder a plazas de Profesores no Asociados (UNED-5), sino de los requisitos exigidos para acceder a las plazas de Profesorado no Asociado; que un periodista no debe escribir Los españoles irán a las urnas el próximo domingo, sino La población española irá a las urnas el próximo domingo (VAL-24), y que en la redacción de los convenios colectivos deben evitarse expresiones como permiso para acudir a la consulta del médico (CCOO-52), puesto que este uso discrimina a las médicas.
Una vez que haya asimilado todas estas directrices, el lector se preguntará probablemente si es o no sexista usar el adjetivo juntos, masculino plural, en la oración Juan y María viven juntos. Como este adjetivo “no visibiliza el femenino”, en este caso el género del sustantivo María, es de suponer que esta frase es sexista. Tal vez el que la construyó debería haber dicho …viven en compañía para no ser discriminatorio con las mujeres. Pero, ¿qué hacer si el predicado fuera …están contentos, …están cansados o …viven solos? ¿Deberían tal vez usarse en estos contextos adjetivos que no hagan distinción en la concordancia de género, como alegres o felices, o locuciones que no la requieran, como en soledad? De nuevo, ninguna respuesta.
¿Será o no sexista el uso de la expresión el otro en la secuencia Juan y María se ayudan el uno al otro en lo que pueden? Como esta expresión tampoco visibiliza el femenino en la concordancia, cabe pensar que esta frase también es sexista. Si a un hombre o una mujer se le escapa la frase Ayer estuvimos comiendo en casa de mis padres, ¿estará siendo sexista? Seguramente sí, se dirá, puesto que el sustantivo padres designa aquí al padre y a la madre conjuntamente. Como se sabe, el español no posee un término particular para estos usos, a diferencia del inglés, el francés o el alemán, entre otras lenguas. Así pues, el sustantivo padres tampoco visibiliza a la mujer, a pesar de que la abarca en su designación. Pero, si hay que evitar estas expresiones, por sexistas, tampoco podremos usar los reyes, mis tíos o sus suegros para designar parejas (ni tus primos para referirse a grupos), ya que la anulación de la visibilidad de la mujer se extiende a todas ellas. ¿Debería entonces pedirse a la RAE que expulsara estas voces de su diccionario (padre: 9. pl. El padre y la madre, DRAE) y de su gramática (Nueva gramática, § 2.2l)?
Hace unas semanas pregunté a mis alumnas de sintaxis de la Universidad Complutense si aceptaban la oración Nadie estaba contenta. Ninguna contestó afirmativamente. Como antes, una opción es pensar que la RAE debería darla por buena, fomentar su uso y contribuir con ello a la visibilidad de la mujer en el lenguaje. Otra opción, que algunos consideramos preferible, sería entender que la irregularidad de esta frase no está en la sociedad, sino en la sintaxis. Nos parece natural, en efecto, ¿Quién estaba contenta? porque interpretamos un complemento partitivo tácito (¿Quién de ellas?), mientras que rechazamos Nadie estaba contenta porque este complemento se rechaza igualmente en ese caso (es decir, no decimos Nadie de ellas).
Aun cuando dejáramos de lado estas cuestiones sintácticas sutiles, seguiría siendo pertinente la simple pregunta de dónde fijar los límites ante el “problema de la visibilidad de la mujer en el lenguaje”. Si la mujer ha de sentirse discriminada al no verse visualizada en cada expresión lingüística relativa a ella, y al parecer falla su conciencia social si no reconoce tal discriminación, ¿cómo establecemos los límites entre lo que su conciencia debe demandarle y el sistema lingüístico que da forma a su propio pensamiento? Si no estamos dispuestos a aceptar que es la historia de la lengua la que fija en gran medida la conformación léxica y sintáctica del idioma, ¿cómo sabremos dónde han de detenerse las medidas de política lingüística que modifiquen su estructura para que triunfe la visibilidad?
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Margarita Salas pronunció la conferencia inaugural del curso 2005-2006 en la Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales. Se titulaba Experiencias de una vida dedicada a la investigación científica. En este texto, accesible en Internet, Salas explica las dificultadas sociales que tuvo que vencer en sus primeros años de investigadora. Hace en él una encendida defensa de la igualdad profesional y laboral de hombres y mujeres, y en particular de la necesidad de que la mujer acceda a puestos de responsabilidad en el mundo de la universidad, la política, la empresa y la investigación con igualdad de deberes y derechos respecto de los hombres. Solo a los redactores de las guías que menciono les sorprenderá que se incluya a sí misma en la referencia del sustantivo masculino científicos (“Yo creo que los científicos tenemos la obligación de hacer una difusión de la ciencia asequible, pero rigurosa”); que no intente excluir a las mujeres cuando habla de “los 40 doctorandos que se han formado en mi laboratorio”; que no pretenda dejar fuera a las niñas cuando explica que “un aspecto muy importante para la participación de la mujer en el mundo profesional es que haya facilidades para el cuidado de los niños”, ni tampoco a sus amigas cuando, al final de su conferencia, agradece a sus amigos su apoyo y su amistad a lo largo de su vida.
Se me ocurre preguntar ahora a los responsables de las guías mencionadas qué quiere decir exactamente que este texto abunda en rasgos de sexismo lingüístico. La pregunta se podría aplicar igualmente a los textos de decenas, seguramente centenares, de escritoras, periodistas, científicas o artistas, entre otras muchas representantes de la cultura, el arte o la ciencia, firmemente comprometidas con la defensa de los derechos de la mujer, además, por supuesto, de a los innumerables textos de varones que compartan esos mismos principios e ideales, y que tampoco aplican las recomendaciones lingüísticas de las guías de lenguaje no sexista.
6. La RAE y la ASALE explican (Nueva gramática de la lengua española, Madrid, Espasa, 2009, § 2.2) que el desdoblamiento en la coordinación al que he hecho referencia puede tener sentido en ciertos contextos, como en No tiene hermanos ni hermanas y en otros ejemplos que allí se proporcionan. También se aclara que existen otros recursos lingüísticos que pueden deshacer fácilmente los casos de posible ambigüedad o de falta de precisión en la referencia a grupos de personas. Pero lo que en estas guías se entiende, de manera poco justificada, es que hay siempre discriminación en las expresiones nominales construidas en masculino con la intención de abarcar los dos sexos. Proponen, pues, que debe sustituirse Los afectados recibirán una indemnización (VAL-26) por Los afectados, hombres y mujeres, recibirán una indemnización, ya que las mujeres afectadas que lean la primera variante entenderán (o quizá tendrán que entender, quieran o no, en función del despotismo ético al que me he referido) que no corresponde a ellas el resarcimiento que se anuncia.
Nadie considera controvertida la propuesta de extender la formación de pares morfológicos a los nombres de profesiones y cargos (ingeniero-ingeniera, etc.), hoy universalmente aceptada. Aun así, no parecen admitir estas guías que una profesional de la judicatura pueda elegir entre ser jueza o ser juez, ni que una licenciada en Medicina pueda escoger entre ser llamada médica o médico, a pesar de que se ha constatado en múltiples casos que existen preferencias geográficas, además de personales, por una u otra denominación.
En la guía que patrocina la Junta de Andalucía se critica a la RAE (AND-40) porque en su edición de 1984 todavía aparecían sustantivos sin desdoblar en el Diccionario Académico. No negaré que las críticas retrospectivas tienen sentido como parte de la historia de las ideas sociales (entre ellas, las lingüísticas), pero tampoco que a algunos parece molestarles que la RAE actualice sus obras con el curso de los años, ya que esta modernización los va privando de argumentos para criticarla.
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En su ya antiguo libro ¿Es sexista la lengua española? (Barcelona, Paidós, 1994), Álvaro García Meseguer analizaba pormenorizadamente estas confusiones. Explicaba (pág. 58) por qué son claramente sexistas frases como Hasta los acontecimientos más importantes de nuestra vida, como elegir nuestra esposa o nuestra carrera, están determinados por influencias inconscientes, ya que introducen una marcada perspectiva androcéntrica en una afirmación general sobre los seres humanos. Justificaba asimismo por qué es sexista —acaso más llamativamente aún (pág. 60)— uno de los versos de la famosa canción Libertad sin ira, popularizada en España en los años de la Transición por el grupo Jarcha: Gente que solo busca su pan, su hembra, su fiesta en paz. Este autor añadió muchos más ejemplos de esta confusión en El español, una lengua no sexista (trabajo publicado en Internet), y otros lingüistas han insistido en ella. Explicaba García Meseguer que son sexistas, y por tanto discriminatorias, frases como Los ingleses prefieren el té al café, como prefieren las mujeres rubias a las morenas, pero también aclaraba que no lo es, en cambio, formar construcciones genéricas con artículos determinados o cuantificadores en masculino, como en Todos los que vivimos en una ciudad grande.
Aplicando el verbo visibilizar en el sentido que recibe en estas guías, es cierto que esta última frase “no visibiliza a la mujer”, pero también lo es que las mujeres no se sienten excluidas de ella. Hay acuerdo general entre los lingüistas en que el uso no marcado (o uso genérico)del masculino para designar los dos sexos está firmemente asentado en el sistema gramatical del español, como lo está en el de otras muchas lenguas románicas y no románicas, y también en que no hay razón para censurarlo. Tiene, pues, pleno sentido preguntarse qué autoridad (profesional, científica, social, política, administrativa) poseen las personas que tan escrupulosamente dictaminan la presencia de sexismo en tales expresiones, y con ello en quienes las emplean, aplicando quizá el criterio que José A. Martínez ha llamado despotismo ético en su excelente libro El lenguaje de género y el género lingüístico (Universidad de Oviedo, 2008). No debe olvidarse que los juicios sobre nuestro lenguaje se extienden a nosotros mismos.
5. Algunos de los responsables de las guías que comparo responderían a la pregunta que acabo de formular afirmando que la autoridad que se les reclama no es académica, ya que procede de su sensibilidad ante la discriminación de la mujer en el mundo moderno. El argumento es insostenible, puesto que califica arbitrariamente de sexista al grupo —absolutamente mayoritario— de mujeres y hombres con una sensibilidad diferente. Si “el uso del masculino con valor genérico implica un trato lingüístico discriminatorio” (CCOO-24), ¿cómo han de reaccionar las mujeres que no perciben en él tal discriminación? En efecto, ¿qué se supone que ha de pensar de sí misma una mujer que no se sienta excluida de la expresión Se hará saber a todos los estudiantes que… por mucho que la Generalitat Valenciana (VAL-28) le diga que la están discriminando? Las guías que analizo son poco flexibles en este punto. Pareciera que se quiere dar a entender que la mujer que no perciba irregularidad alguna en el rótulo Colegio Oficial de Psicólogos de Castellón, y que (a diferencia de VAL-37) no considere conveniente cambiarlo por Colegio Oficial de Psicólogos y Psicólogas de Castellón, debería pedir cita para ser atendida por los miembros de dicha institución.
He tenido la oportunidad de revisar recientemente una selección de textos de Soledad Puértolas, Maruja Torres, Ángeles Caso, Carmen Posadas, Rosa Montero, Almudena Grandes, Soledad Gallego-Díaz, Ángeles Mastretta, Carmen Iglesias y Margarita Salas, y puedo asegurar que ninguna de estas mujeres sigue las directrices contra el supuesto sexismo verbal que se propugnan en las guías que estoy comentando. Como sería absurdo cargar de citas este artículo, voy a mencionar un solo ejemplo, que me parece ilustrativo.
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