Bueno, mi mensaje de ayer llegó demasiado tarde. No tuve ninguna respuesta, así que supongo que será un tema difícil. Os cuento, mi amiga, ha firmado el contrato de venta del piso en el que vivía con su marido y su hija, pero a la hora de firmar el contrato de la compra del nuevo piso su marido se ha echado atrás. Ella en su día le propuso separarse porque se había acabado el afecto que se tenían, pero parece que a él no le ha hecho mucho gracia, aunque por la vida extra-matrimonial que lleva no es por lo mucho que quiere a mi amiga. Tengo varias preguntas que no sé si podrá alguien respondérmelas. Todavía no están ni separados, tienen una hija de 4 años y los dos trabajan. ¿En qué situación se encuentra ahora mi amiga?al vender el piso y negarse su marido a firmar el nuevo contrato no tienen piso, pero tienen el dinero,¿quién se hace responsable del gasto que supone la no firma del nuevo contrato? ¿tiene derecho mi amiga a que su marido le pague un alquiler?¿puede comprar mi amiga el piso a su nombre con el dinero de los dos al no estar todavía separados?si lo compra ¿qué dinero tendría que pasarle su marido, sólo la manutención de su hija o parte del crédito del piso? ya sé que son muchas preguntas, pero os agradecería que me orientáseis un poco. Hasta ahora ella había intentado llevarlo todo amistosamente, incluso se ha fiado del abogado de su marido, pero su marido no tenía pensado lo mismo. A malas, ¿qué puede reclamar mi amiga? muchas gracias si alguien puede decirme algo.
Marina, el marido de tu amiga ha estado bastante habilidoso dado que viendo venir la separación judicial y la posibilidad de que el uso de la vivienda familiar le fuera otorgado a tu amiga en razón la custodia de los hijos (art. 96 CC) convence a tu amiga para la venta y, una vez vendido, se niega a invertir el dinero obtenido en una nueva vivienda. (lo que por otra parte es lógico)
Tu amiga podrá separarse, podrá pedir la custodia de los hijos, podrá solicitar una manutención por los hijos, PERO, se ha quedado sin el uso de vivienda y además por decisión propia ya que ella decidió vender al igual que él.
En fin, una vez más reitero que en las separaciones conviene dejarse asesorar por un abogado propio y no por el del prójimo.