Francisco Serrano, magistrado y titular del Juzgado de Familia número 7 de Sevilla. «La peor dictadura es la que se disfraza de democracia», sostiene el juez vapuleado por saltarse la corrección política en materia de «violencia machista»
Contra el estigma del falso maltratador
Con once años de carrera a sus espaldas, el magistrado Serrano alza la voz para denunciar que la vigente ley está llevando a que muchos hombres carguen injustamente con el «estigma del maltratador», lo que le ha supuesto enfrentarse al Observatorio de la Violencia Doméstica del CGPJ.
POR BLANCA TORQUEMADA Publicado Viernes , 05-03-10 a las 07 : 37—Batalla usted contra las injusticias desatadas por la Ley de Violencia de Género...
—No estoy en la crítica por la crítica, sólo pido un enfoque global. Porque, además de que todo se ha distorsionado en contra del hombre, ¿qué pasa con la infancia? Debemos evitar que los niños sean víctimas del comportamiento irracional de sus padres.
—Pero la sociedad acata que no se mida a hombres y mujeres con el mismo rasero.
—Yo el ejemplo que pongo es el de Galileo. Cuando inventó el telescopio, le dijo al inquisidor: «Mire usted por él y comprobará que Júpiter tiene satélites». Y el del Santo Oficio le contestó: «No hay nada que mirar porque ya la ciencia demostró que no los tiene».
—¿Se niega lo evidente?
—Nos están vendiendo una realidad sesgada, que parte de la base de que la mujer es inferior y maltratada. Y la dictadura de lo políticamente correcto hace que se ignore la experiencia empírica.
—La que a usted le sobra, después de veinte mil sentencias.
—Claro. Y luchando desde muchísimo antes de esta ley en favor de las mujeres que verdaderamente sufren malos tratos y de los derechos de los niños. Vengo pidiendo desde hace años que se fomente una jurisdicción especializada en Derecho de Familia y repitiendo que la mejor medida es la preventiva, no la quirúrgica. Hay que favorecer la mediación y las custodias compartidas.
—¿Nos ocultan datos?
—En lo que va de año ha habido siete asesinatos de mujeres por sus parejas... ¡Y cinco de hombres!
—Los últimos ni me suenan.
—Sin embargo, los de mujeres han sido portada. Hay víctimas de primera y de segunda. Y eso lo justifican construyendo una realidad predeterminada... y falsa. Como la de la macroencuesta según la cual hay en España dos millones de mujeres maltratadas.
—¿Dónde tiene trampa?
—En las propias preguntas formuladas. Son de esta naturaleza: «¿Le impide ver a la familia, o tener relaciones con amigos, vecinos, etc.?», «¿decide las cosas que usted puede o no hacer?». Si cuestiones de ese tipo se les plantean a los hombres, también se llegaría a la conclusión de que hay muchos maltratados, ¿no?
—Desde luego, no parece muy científico.
—Por eso urge redefinir qué son un hombre maltratado y una mujer maltratada. ¡Si hasta se niega que exista el síndrome de la alienación parental, el de los niños inducidos por uno de sus progenitores a odiar al otro, cuando yo, como juez de familia, lo veo constantemente por mi trabajo! Lo único que pido es que me dejen valorar y juzgar cada caso con independencia.
—¿Proliferan en ese caldo de cultivo las denuncias falsas?
—Sí. Y el Observatorio de la Violencia de Género sólo contabiliza aquellas en las que la mujer termina por reconocer que lo que denunció no se corresponde con la realidad.
—A la cárcel sólo llegarán aquellos vándalos que han dado una paliza a sus mujeres.
—En absoluto. No alcanza ni el 2 por ciento la proporción de condenados que van a la cárcel por agresiones físicas. Hay gente cumpliendo condena por episodios de insultos recíprocos y leves forcejeos. Es un auténtico apartheid.
—Pero ningún partido se moja.
—Conocen de sobra estos problemas, pero no reaccionan por la dictadura de la corrección política y por electoralismo, por atraer el voto de las mujeres. Y a medio plazo se equivocan, pues hay muchas madres, hermanas y nuevas compañeras sentimentales de las víctimas de todo esto que también votan.