Mi pareja, a la que llamaré Carla, tiene chipada a su nombre una perra.
Carla, hace un año, unos pocos días antes del confinamiento, pasó de vivir con sus padres, su hermana y su perra, a vivir conmigo y con mi madre en otra población, quedándose la perra con sus padres.
Su hermana no traga a Carla, así que su madre, al preveer una situación complicada confinados todos en casa, me pidió que acogiera a Marta una temporada, y que cuando su hermana se marchase a Barcelona (si pasaba el confinamiento), ya que estudia allí, si Carla quería podía volver a casa nuevamente.
Mientras tanto, y para no desestabilizar al animal, que también tiene mucho apego con el resto de familiares, se optó porque permaneciera en la casa de sus padres.
Lo que sucede es que, con el paso de los meses, la situación se ha complicado, ya que su hermana, al no marcharse de vuelta a Barcelona, se ha dedicado a frustrar la vuelta de Carla a casa poniendo a los padres de su lado, así que mi pareja, ante esta situación y sopesándolo juntos, decidimos que lo mejor era que pasase a vivir permanentemente conmigo.
¿Qué ocurre? Pues que los padres, que a mí me tragan poco porque les dije lo malas personas que eran, han estado dando largas estas últimas semanas a la hora de permitir a Carla que se llevara a la perra, escudándose en que yo voy a tratar mal al animal o que ellos han pagado durante este tiempo los gastos del animal.
Si bien es cierto que ellos se han hecho cargo del animal, eso fue porque le dijeron a mi pareja que no se preocupara, que la perra era suya pero que ellos, mientras su hermana impidiese la buena relación en casa y tuviese que vivir conmigo, se harían cargo del animal hasta cuando ella quisiese llevárselo.
Decir que ellos ni han denunciado a mi pareja por abandono del animal, ni tienen ninguna prueba sobre la que puedan decir que el animal se lo había dejado Carla, ni nada por el estilo.
Así que, en este momento, nos encontramos con esta postura por parte de los padres:
- El perro se queda con nosotros, así que si Carla quiere volver y convivir con nosotros y con su hermana (ahora ya no importa la convivencia con su hermana, ya que Carla es la que tiene que adaptarse) perfecto, pero sino no se lo vamos a dar para que viva con su novio porque los cuidados hasta ahora se los hemos dado nosotros.
Con todo esto, y a fin de evitar (si no hay más remedio se hará) un proceso judicial, les pregunto:
- ¿Sería posible que Carla, cuando supiese que no hay nadie en casa, y teniendo en cuenta que en ningún momento le han impedido volver al piso a recoger sus cosas, fuese y se llevara a la perra sin dar ninguna explicación ya que el animal está a su nombre y es la propietaria?
- En caso afirmativo, ¿a qué se podría o nos podríamos exponer por parte de sus padres?
Su pareja se puede llevar el animal cuando quiera. A todos los efectos es ella la propietaria, y no puede considerarse que un propietario que posee a su animal esté cometiendo una ilegalidad.