«Quiero volver a ver a mis nietas»
Una abuela lleva ante los jueces a su yerno, ahora transexual, para poder visitar a las niñas tras morir su hijaAl menos 150 abuelos están a la espera de un acuerdo o resolución judicial para recuperar su relación con los menores
M. GAJATE / L. DANIELE / VALLADOLID / MADRID
Día 19/01/2012
Tras la pérdida o el divorcio de un hijo muchos abuelos no vuelven a ver a sus nietos. Algunos incluso llegan al extremo de contratar detectives privados para poder localizar a los niños. Solo en la Asociación Abuelos Separados de sus Nietos tienen registrados 150 casos a la espera de un acuerdo amistoso entre las partes o de una sentencia judicial. Este último precisamente es el caso de Lourdes. Desde que murió su hija hace dos años lleva luchando en los tribunales de Valladolid por conseguir un régimen de visitas que le garantice poder ver a sus dos nietas ante la negativa de su ex yerno transexual. El caso quedó ayer visto para sentencia.
La mujer de 79 años reclama poder acceder a las niñas y mantener una relación que, afirma, está bloqueada por parte del padre de dos niñas de once y doce años, de las que tiene la custodia desde que su madre e hija de la demandante falleciera hace dos años. La abuela afirma que ha tratado por todos los medios de ponerse en contacto con ellas, incluso durante meses acudía a las puertas del colegio para poder hablar con las menores en el recreo a través de las verjas del centro. El progenitor alega que son las pequeñas las que «no quieren verla».
Divorcio y muerte
En enero de 2009 los padres de las niñas se divorciaron tras vivir en los últimos ocho años en el domicilio familiar en Valladolid con la abuela. Con la separación, la madre obtuvo la custodia y las dos menores se quedaron a cargo de la familia materna hasta que la madre falleció a los 48 años. Lourdes ha tenido en los últimos cuatro años la desgracia de ver morir a dos hijos y «ahora no puedo ver a mis nietas».
Lourdes reclamó la tutela de las dos menores, pero esta le fue concedida a su padre, y desde aquel lejano 2009 no h conseguido «que me permitan estar con ellas», afirma. Garantiza que ha llamado en infinidad de ocasiones y que le cuelgan el teléfono, por ello esta anciana, que reside en Zamora, se plantó un día en la localidad vallisoletana de Laguna de Duero donde van al colegio sus nietas para ver si el hueco de una verja le dejaba verlas jugar. El problema, según denuncia, es que «tienen miedo a su padre» y desde hace seis meses no ha vuelto a tenerlas cerca. Las visitas al colegio se saldaron con una denuncia, porque iba allí a «molestar», asegura el padre, que cambió de sexo hace unos años. De origen holandés, Menno V.D.M. niega que la abuela haya tratado de establecer contacto con ellas y no se opone a que las visite, simplemente reclama «condiciones» para estos encuentros, aunque advirtió que «las niñas tienen la última palabra», y ellas «no quieren».
Visto para sentencia
El informe del equipo psicosocial del juzgado de Valladolid, en el que coinciden la Fiscalía y el progenitor, señala como la mejor opción que abuela y nietas se reunan una vez al mes en un Punto de Encuentro Familiar de Aprome. Esta situación se repetiría durante tres meses hasta que se realice un nueva evaluación del régimen de visitas. Sin embargo, Lourdes no está conforme porque ve estas medidas «insuficientes». Así, reclama en su petición que su exyerno traslade a las menores cada quince días hasta su casa en Zamora. El caso quedó ayer visto para sentencia envuelto en una gran atracción pública por la sexualidad del padre de las niñas, condición que los abogados de ambas partes señalan que «nada» tiene que ver con el supuesto llevado a juicio, y que Menno lamentó que «no debería haber salido» a la luz.
El drama de Lourdes es un problema cada vez más frecuente en nuestra sociedad. Según la presidenta de la Asociación Abuelos Separados de sus Nietos, Guadalupe de la Fuente, esta organización recibe a diario cuatro o cinco llamadas de personas mayores que piden ayuda. «En la mayoría de los casos se trata de padres de hijos o hijas fallecidos cuyos cónyuges cortan toda relación con esa parte de la la familia», pero también y cada vez con «más frecuencia» son hijos que «extorsionan a sus padres con no poder ver a sus nietos si no les ayudan para cambiar de coche o comprarse una casa».
El divorcio también puede ser una causa de conflicto, cuyos principales perjudicados suelen ser los niños y sus abuelos. Por eso, esta asociación reclama que un mediador oriente a los progenitores para evitar convertir a los niños en «armas arrojadizas».
SOCIEDAD
El padre transexual de Valladolid deberá permitir a la abuela materna ver a sus nietas dos horas al mes
El régimen de visitas establecido se prolongará durante los tres próximos meses y después podrá ampliarse o revocarse
EP / VALLADOLID
Día 24/01/2012 - 19.48h
FERNANDO BLANCO
El padre transexual de Valladolid que tendrá que deberá permitir que sus hijas vean a su abuela materna
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El Juzgado de Primera Instancia 10 de Valladolid ha acordado que las dos niñas que se encuentran bajo guardia y custodia de su progenitor transexual (hace dos años cambio de sexo y actualmente es una mujer), vean a su abuela materna dos horas durante el primer domingo de cada mes, al menos, en los tres próximos meses.
La resolución judicial coincide así con el informe emitido por el equipo psicosocial de los juzgados de Valladolid, que consideró conveniente que las niñas, de 11 y 12 años y huérfanas de madre se encontrasen con su abuela el primer domingo de cada mes, de 12.00 a 14.00 horas, en la sede del Punto de Encuentro Familiar (Aprome), según informaron fuentes jurídicas.
El régimen de visitas establecido se prolongará durante los tres próximos meses, y a partir de entonces será necesario emitir un nuevo informe del equipo psicosocial para estudiar la posible ampliación del mismo o su revocación.
FERNANDO BLANCO
La abuela de las pequeñas
Tras conocer el fallo, el abogado de la abuela, Lourdes C.V, de 79 años, ha anunciado su decisión de no recurrir y su propósito de ponerse en contacto con su homólogo de la parte contraria a fin de agilizar los trámites para que su clienta pueda ver ya a las niñas el próximo día 4 de febrero.
La anciana, residente en Zamora capital, había invocado ante la juez su derecho a ver a sus dos únicas nietas los fines de semana alternos, de viernes a domingo. Para ello propuso que se estableciese un régimen "progresivo y adaptativo", con visitas de dos horas de duración en sábados alternos cuya duración se fuese incrementando paulatinamente, hasta gozar de un fin de semana completo en compañía de las niñas cada dos semanas.
El conflicto suscitado entre la anciana y su exyerno se remonta al 29 de marzo de 2009, fecha de la muerte repentina de su hija y madre de las pequeñas, tras lo cual éstas quedaron bajo guardia y custodia del padre, que para entonces ya se encontraba separado de su pareja. Desde entonces, la anciana sostiene que su exyerno, el holandés Menno V.D.M, sometido en 2010 a una operación de cambio de sexo que le ha convertido en mujer, no le deja ver a sus nietas ni incluso hablar con ellas por teléfono. "¡Si mi hija levantara la cabeza se volvía a la tumba!", exclamó la abuela el pasado día 18 de enero, momentos antes de la celebración del juicio.
El origen de la mala relación
Por su parte, el progenitor de las niñas, también el mismo día del juicio, se mostró conforme con el régimen de visitas propuesto por el equipo psicosocial, rechazó haber impedido a sus hijas ver y contactar con su abuela y, además, acusó a la anciana de ser la responsable de su separación, "ya que se metió en casa sin permiso" y, además, se inmiscuyó en la educación de las menores.
"¡Al final, tuve que decir a mi esposa: o tu madre o yo!", declaró Menno V.D.M, que también quiso dejar claro que su condición de transexual no tenía que haber trascendido públicamente porque no tiene nada que ver con la materia que se estaba dilucidando y tampoco entorpece la tarea de guardia y custodia que ejerce desde la muerte de su mujer.
"Precisamente, el informe del equipo psicosocial establece que mi condición supone un beneficio para poder desempeñar las dos figuras, de padre y madre, y no me cabe ninguna duda de que mi forma de educar a mis hijas es buena", ha enfatizado Menno, que ha confesado que no desea volver a tener más contacto personal con su exsuegra, a la que incluso ha acusado de robar a sus hijas sus juguetes y distintas pertenencias.