La inteligencia artificial (IA) está revolucionando el panorama laboral, y pocas profesiones generan tantas esperanzas de desaparición como la de los abogados. En un contexto donde la percepción social de los juristas está plagada de críticas relacionadas con la corrupción, la ineficiencia y la falta de empatía, la IA emerge como una alternativa que podría eliminar los problemas asociados con esta profesión.
Esperanzas de la sociedad: el fin de los abogados
La idea de que la IA sustituya a los abogados no solo responde a los avances tecnológicos, sino también a un deseo colectivo de dejar atrás las prácticas y estigmas asociados con esta profesión. La imagen del abogado como alguien que manipula la ley para beneficiar a los más poderosos, que encarece la justicia y contribuye a su lentitud, ha calado profundamente en la sociedad. Por ello, no es extraño que muchas personas vean con buenos ojos la posibilidad de un sistema legal gestionado por inteligencia artificial.
Razones detrás de este deseo
1. Corrupción y favoritismo
El sistema judicial español ha estado bajo escrutinio por su falta de independencia y los numerosos casos de corrupción. La percepción de que los abogados son parte de un engranaje donde la justicia se compra y se vende ha alimentado un rechazo generalizado hacia la profesión.
2. Inaccesibilidad de la justicia
Los honorarios elevados y la complejidad del lenguaje jurídico han creado una brecha entre la ciudadanía y el acceso a un asesoramiento legal de calidad. Muchas personas ven en la IA una solución que permita democratizar la justicia y eliminar barreras económicas.
3. Ineficiencia del sistema
Los procesos judiciales en España son lentos, y los abogados, en muchos casos, se perciben como contribuyentes a esta lentitud al utilizar estrategias dilatorias. La IA, en cambio, podría procesar datos y resolver disputas legales en tiempo récord, acabando con el colapso de los tribunales.
4. Falta de empatía y deshumanización actual
Aunque la profesión legal debería proteger los intereses de las personas, en la práctica muchos ciudadanos sienten que los abogados priorizan sus propios beneficios económicos sobre el bienestar de sus clientes. Paradójicamente, una IA bien diseñada podría ser vista como más "humana" al actuar sin prejuicios ni intereses personales.
La IA como salvadora del sistema legal
Imparcialidad: Las decisiones basadas en IA se fundamentan en datos y patrones objetivos, reduciendo la posibilidad de favoritismos o manipulaciones.
Velocidad: Procesar grandes cantidades de información y emitir resoluciones rápidas permitiría reducir la sobrecarga judicial.
Costo reducido: Herramientas de IA como los "chatbots legales" ya están ofreciendo servicios gratuitos o de bajo costo, democratizando el acceso al derecho.
¿Qué queda para los abogados?
Aunque muchos defienden que la empatía y el juicio humano son insustituibles, los avances tecnológicos ya han demostrado que en la mayoría de los casos rutinarios, como redacción de contratos o resolución de disputas menores, la IA puede ser más eficiente. En consecuencia, es posible que los abogados solo se mantengan en los casos más complejos o éticamente delicados, reduciendo drásticamente su número y su rol en la sociedad.
Conclusión: Un futuro sin abogados
La esperanza de que la inteligencia artificial sustituya a los abogados refleja el deseo colectivo de un sistema legal más accesible, rápido y transparente. Mientras los abogados actuales enfrentan críticas por su papel en un sistema percibido como corrupto e ineficiente, la IA se presenta como una alternativa más justa. La pregunta no es si la IA os dejará sin trabajo, sino cuándo lo hará, y con ello, si finalmente la justicia será lo que siempre debió ser: igualitaria y al servicio de todos.
¿Y qué delito ha cometido, aparte de expresar una serie de opiniones más o menos fundadas con las que se puede estar más o menos de acuerdo?
Sólo pregunto.
Expresar opiniones, por muy polémicas o incluso exageradas que sean, no es delito, hombre. Aquí en España tenemos libertad de expresión, que está en la Constitución, y mientras no insultes, calumnies o incites al odio, puedes decir lo que te dé la gana. ¿Que el texto no gusta? Pues se discute, se rebate, pero de ahí a hablar de denuncias... ¡venga, hombre! No nos volvamos locos.
Esto no va de meter denuncias a lo loco, va de debatir y de tener un poquito de sentido común. Si no, acabamos todos denunciándonos por cualquier cosa y entonces sí que nos haría falta la IA para vaciar los juzgados. ¿No crees?
Bueno yo creo, si es que me preguntas a mí que el sistema jurídico o judicial da pena. Espero que decirlo no sea delito. Si lo es ruego a los administradores borren el mensaje cuanto antes.
Ahora bien, la AI lo único que va a hacer es ponerlo peor. La AI como las IT en general no se han creado para facilitarnos las cosas, es decir para hacernos más libres y más iguales, sino para controlarnos mejor. Pretenden convertirnos en máquinas y no lo somos. No somos máquinas, somos seres humanos con todas nuestras complejidades.
Eso creo yo.
¿Que crees tu?
Esto está escrito con IA dedicado a ti con amor. Querido abogado piensa en cambiar de trabajo ...
Muchos abogados han perdido humanidad. Se centran más en el dinero, en complejidades innecesarias y en mantener un sistema que a menudo es elitista y excluyente. En este contexto, la inteligencia artificial, por paradójico que suene, puede resultar más justa, democrática y económica.
Una IA no discrimina, no se cansa y no cobra honorarios desorbitados. Puede analizar casos con rapidez y ofrecer soluciones accesibles para todos, algo que los abogados tradicionales muchas veces no hacen. Es más, si los abogados no empiezan a replantearse su trabajo, dedicándose a tareas donde realmente puedan aportar un valor humano, podrían verse pronto sustituidos por estas tecnologías. Quizá es hora de que algunos consideren cambiar de oficio.