El siguiente artículo de Pilar Cernuda lo dice todo.
Bochorno
Si un ministro de Interior no es capaz de garantizar que se puedan reunir un grupo de personalidades en una ciudad española, ese ministro tiene que irse a su casa. Y que no venga con la historia de que más vale prevenir que lamentar, porque no es de prevención de lo que se habla, sino de dejación de funciones, de ineficacia. Con toda certeza los embajadores españoles en los países de la Unión sintieron un profundo bochorno al informar a los gobiernos ante los que nos representan que España cancelaba la cumbre de ministros de Vivienda en Barcelona porque no podía ganrantizar su seguridad. Tiene miedo España a los grupos antisistema, vaya por Dios; la muchachada ha ganado la batalla a la Policía Nacional, Policía Municipal, Guardia Civil y Mossos de squadra.
Hace 15 años, con ETA matando cada lunes y cada martes, este país organizó unos Juegos Olímpicos y una Expo universal que concentraron en Barcelona y Sevilla a centenares de jefes de Estado y de Gobierno, y a nadie del Gobierno de Felipe González se le ocurrió renunciar a la organización de los eventos por miedo a la banda terrorista. Rubalcaba, sin embargo, se ha arrugado, y esa mancha quedará para siempre en su historia, hasta ahora inmaculada de debilidad. En los cargos que ha tenido siempre ha demostrado un coraje personal y político muy superior a la media, pero llega una cumbre de ministros de Vivienda y se viene abajo. Vaya tanto el que se apuntan los profesionales de los desórdenes públicos. Nunca hasta ahora habían conseguido mayor éxito, jamás se había cancelado una reunión internacional por miedo a sus alborotos.
Para más inri, el mismo día que se anunciaba la cancelación del encuentro en Barcelona eran agredidos por los independentistas habituales los dirigentes del PP que participaban en un acto electoral. Casi una hora estuvieron encerrados Acebes y Piqué en un recinto antes de que los sacara la Guardia Civil. Por cierto, sin que se escuchara ni una palabra de condena del presidente de Gobierno, que a pocos kilómetros de allí participaba también en un acto de apoyo a Montilla, y que no se dignó a pronunciar ni una frase de solidaridad con los dos políticos del PP cuando le informaron del altercado; aunque no debería sorprender ese silencio, está por ver que los socialistas de Zapatero hayan expresado alguna vez su solidaridad con los populares en los muchos asaltos a sus sedes, o los insultos y amenazas que sufren en multitud de actos públicos.
Llega además esta noticia de la cancelación a los pocos días de que se ceda ante un etarra en huelga de hambre, lo que sin duda envalentona a los suyos. Más motivos para la desazón.
Ya me hubiera gustado ver la cara de nuestros embajadores en el extranjero comunicarle a esos gobiernos que al no poder garantizarles su seguridad, se suprimía tal evento. Algunos gobiernos se preguntarán que si España es ya un país bananero. Le queda poco, eso sí.
Ya lo es fontanero. Cuando el sistema judicial y el político son uno ... las garantías constitucionales se las pasan por el forro.
Los embajadores son de la misma cuerda pues los van cambiando a medida que cambia el gobierno, así que no creo que se hayan despeinado por esta tontería de nada.