Según el Estatuto de los Trabajadores, si no hay hospitalización ni reposo domiciliario prescrito, no le corresponde el permiso retribuido. Aquí no hay mucho que rascar: la norma es clara como el agua. Sin embargo, los convenios colectivos a veces hacen un guiño y amplían los supuestos, así que convendría echarles un vistazo, no sea que haya alguna letra pequeña que le juegue a su favor.
Ahora, hablando claro y sin rodeos: si la empresa no tiene manga ancha o el convenio no le ampara, tocará tirar de días de asuntos propios, vacaciones o algún apaño con el jefe. Porque, las cosas son lo que son, y el Estatuto no regala permisos “por si acaso”. Así que si toca apoyar a su hermana, que es lo más importante, habrá que buscar una solución que no choque con la ley ni con el bolsillo.