Muchos mensajes dan vueltas sobre lo mismo. Acabo de leer el de "carta de un bufete de abogados", y como otros muchos, va sumando nuevos problemas.
A todos aquellos que tienen problemas para darse de baja, a quienes les reclaman las facturas una vez que han conseguido darse de baja, a quienes les cargan llamadas no efectuadas, a quienes reciben cartas "amenazantes" de los despachos, y a todos aquellos que sufren el abuso de estas empresas.
En primer lugar, no desesperen. Y cuando se tranquilicen, con la dcocumentación que tengan vayan a las Oficinas Municipales de Información al Consumidor, ol Organismo de Consumo de su Comunidad y Provincia (en algunos municipios no hay OMIC). Allí les dirán que no son los únicos que tienen ese problema, les informarán sobre los pasos a seguir, y presentarán en su nombre la correspondiente reclamación.
Ellos no son competentes, solamente hacen de intermediarios, pero tienen la ventaja de que al ser Administración, no se cansan, ni desesperan, ni se pasan horas llamando a un 902. La Oficina que yo conozco funciona así: el particular expone su problema, que queda recogido por escrito, y se envía, junto con los documentos que disponga (faxes enviados a las compañías, relación de llamadas efectuadas si éxito, facturas...) al departamento de atención al cliente correspondiente. Dependiendo de la compañía, se ponen en contacto con el cliente personalmente o responden a la OMIC diciendo que han inicado los trámites para solucionar el problema (mentira, pero da lo mismo). Se suele enviar una segunda carta, y normalmente las empresas responden de manera satisfactoria (devuelven el dinero cobrado indebidamente, entre otras cosas).
Así que ya lo saben. De nuestras llamadas a atención al cliente no queda constancia. Nuestros faxes van al limbo de la telefonía, pero la Administración funciona (tarda, pero funciona)