Claudia, ¿no te parece un maltrato separar a 100.000 niños cada año de sus padres y abuelos?.
¿Te parecería un maltrato si esos mismos niños fuesen separados de sus madres?. ¿Te parecería un maltrato si te separasen de tus hijos (si los tienes)?.
Y, en efecto, ese tipo de violencia cometido contra nuestros hijos y nosostros NO SE ESTUDIA Y NO SE EVITA, a pesar de lo fácil que sería ponerle remedio, como han hecho en otros países más civilizados que el nuestro.
No se trata de poner en una balanza qué es más grave, si el asesinato de 70 mujeres o la horfandad artificial de 100.000 niños. Se trata de ponerle rápido remedio a ésta última mediante una ley que reconozca legalmente la custodia compartida y tratar así de reducir también los casos de violencia doméstica. No digo que todos los casos de violencia doméstica sean debidos a esto, pero no tengo duda de que con una ley de divorcio más justa e imparcial se evitarían muchos males posteriores.
¿el peor maltrato es "quitarle" los hijos a su padre?
A ver, no os confundais, el peor maltrato es que tu pareja o ex esposo TE MATE.
Y teneis valor para decir que porqué NO SE ESTUDIAN LAS CAUSAS de la violencia.
Los asesinatos no tienen ninguna justificación. Da igual la causa por la que el asesino ha perdido los papeles y HA MATADO a su pareja. Y no digais que siempre es por los hijos porque eso si que es una mentira como una casa.
Si la solución a los problemas o a la desesperación en el asesinato... que mal iríamos.
Por no hablar del maltrato a los niños cometido por sus madres con la complicidad del sistema judicial, cuando son separados de sus padres y familia paterna tras las separaciones. Un maltrato del que jamás se habla en las estadísticas de violencia doméstica, siendo el más grave de los malos tratos, por la crueldad que supone separar a un niño de uno de sus progenitores y por afectar a seres completamente indefensos.
Es cierto: cada año mueren en España 60 ó 100 mujeres a manos de sus (ex)parejas, en parte -pero no exclusivamente- debido a las razones explicadas por Luuis. Y existen numerosos organismos públicos y colectivos feministas dispuestos a contabilizar cada una de esas muertes. Ni una se les escapa. Otra cosa es que demuestren igual interés en realizar un análisis profundo de la causa de muchas de ellas.
Pero no es menos cierto (ni grave) que cada año más de 100.000 niños se ven cruel e injustamente apartados de sus padres y familia paterna.
A estos niños, ningún organismo oficial les presta atención alguna. Para las feministas, este sufrimiento no cuenta en absoluto.
Tampoco cuenta en absoluto, ni para los organismos oficiales ni para las feministas (antaño defensoras de la Igualdad), el sufrimiento de otros tantos padres separados que son tratados peor que perros durante y después de su separación.
Nada de extraño que el índice de suicidios de divorciados sea 11 veces superior al de mujeres divorciadas, mientras que, para los varones en general, el índice de suicidios es "sólo" 4 veces superior al de las mujeres (indicativo también de la presión y discriminación a que la sociedad somete al varón).
Remítase, Joan, a estas estadísticas, que sí existen (y realizadas por organismos públicos).
Sepa usted que sus hijos varones, si los tiene, tienen 4 veces más probabilidades de suicidarse que sus hijas (si las tiene), por el mero hecho de ser varones y de haber nacido en una sociedad donde, por ser varones, se les exige que satisfagan una serie de requisitos que en ocasiones se ven incapaces de cumplir.
Y sepa también que si sus hijos varones están divorciados tienen 11 veces más posibilidades de quitarse la vida que sus hijas, por el mero hecho de ser varones y vivir en una sociedad que los discrimina como hombres y como padres.
Remítase a las estadísticas, Joan, a las pocas estadísticas que los organismos públicos no pueden evitar realizar en torno a la discriminación y violencia a que es sometido el varón en nuestra sociedad.
Eso sí es violencia de género, aunque muchos se empeñen en no catalogarla como tal.
Además, muchos hombres maltratados (tengan o no hijos), siguen conviviendo con su maltratadora, pues la ley contra los malos tratos ni les ayuda, ni les protege, ni les incita a denunciar.
El tipo de maltratador/a más peligroso comete sus mayores crímenes cuando la víctima se intenta separar de él, es decir cuando ya no puede ejercer el control y el maltrato sobre la víctima. Hay muchos hombres que no se separan de su maltratadora por temor a perder a sus hijos que casi en el 98% de los casos se le asignan a la madre. Para estos hombres intentar separase es como cometer un delito, que la mayor parte de las veces pagan muy caro. En verdad, aunque estos hombres consigan separarse, siguen "encadenados" a sus maltratadoras, pues están obligados a trabajar para ellas pagando pensiones incluso después de haber quedado insolventes, y sobre todo están sometidos a los caprichos de su ex que puede poner denuncias falsas con total impunidad (uno de los malos tratos más graves) y que decide si puede o no ver a los niños. Esto provoca que muchas maltratadoras puedan seguir machacando día tras día la autoestima de sus ex-parejas, mientras que los equivalentes masculinos de estas maltratadoras no pueden seguir machacando a sus víctimas y acaban por cometer agresiones más contundentes (intento de asesinato).
EL PEOR MALTRATO POSIBLE es quitarle a alguien sus hijos y convertirle en un familiar lejano-cajero automático. Mientras sigamos con una ley de separaciones y divorcios que enfrenta a las parejas generando ganadores y perdedores (siendo los hijos los que más pierden), en lugar de fomentar el diálogo e intentar que la separación no afecte a los niños, jamás conseguiremos hacer nada contra el maltrato.
Si fueran las mujeres las que perdieran sus hijos, su casa, y su dignidad en las separaciones, habría mucho más maltrato violento contra sus ex, tanto por parte de algunas mujeres maltratadoras que aumentan la gravedad de las agresiones (al no poder ejercer el maltrato contra su pareja), como por parte de bastantes más mujeres (no maltratadoras habituales) que, desesperadas y destrozadas, llegarían a cometer auténticas barbaridades. De cualquier modo, y aún en el último caso, estas barbaridades serían injustificables y sólo conseguirían arruinar la vida del que las perpetra y de su familia (además de otras personas en la misma situación que serían prejuzgadas negativamente por la sociedad). Las únicas soluciones posibles son la custodia compartida, los equipos imparciales de mediación familiar antes, durante y después de la separación, y la actuación policial y terapéutica para los maltratadores/as habituales que no toleran el no poder mantener su dominio sobre la pareja.
http://www.adiospapa.org/autores/pizzey.htm (al final del texto)
"Uno de mis principales mensajes es que la violencia doméstica no es una cuestión de género. Tanto los hombres como las mujeres pueden ser violentos, pero la violencia de las mujeres se expresa de modo diferente y de forma más insidiosa que la violencia de los hombres. Lo que realmente me preocupa es que los TRIBUNALES DE FAMILIA han sido creados partiendo del criterio de que los hombres son los instigadores de todos los problemas que surgen en la familia. En ellos, no se suele admitir que las mujeres puedan ser violentas y cometer abusos sexuales. La maternidad es sacrosanta y se considera un insulto poner en tela de juicio la función de una mujer en la familia.
Todos sabemos que la mayoría de los hombres y las mujeres pasan por divorcios muy traumáticos y toman medidas para proteger el bienestar de sus hijos como mejor saben. El problema surge cuando uno de los miembros de la pareja, o a veces ambos, padecen algún tipo de trastorno de la personalidad. Cuando los hombres son violentos y peligrosos es bastante fácil obtener protección para las mujeres y los niños. En la mayoría de los países existe actualmente una multitud de organismos que prestarán ayuda y protección a la mujer. Pero cuando el trastorno de personalidad lo padece la mujer, incluso aunque ésta tenga lo que yo llamaría una personalidad "maligna", se le concede la misma protección y ayuda que a una mujer no violenta, debido a que no se reconoce su trastorno. Una mujer que grita, se pone histérica y amenaza a su pareja o al juez es tratada como una MADRE QUE SUFRE. Un hombre que muestre el MISMO COMPORTAMIENTO será considerado violento, peligroso y tal vez encarcelado por desacato al tribunal.
Además de reeducar profesionalmente a los jueces y los funcionarios de bienestar social, tenemos que insistir en que, cuando una madre padece un grave trastorno de personalidad, su pareja y sus hijos han de recibir la MISMA PROTECCIÓN LEGAL que se concede sistemáticamente a todas las mujeres. Tengo alguna experiencia de vuestros tribunales españoles, y la falta de comprensión de la dinámica familiar me parece realmente preocupante."