Trabajo en un hotel de la costa blanca. Un hotel encantador con una puerta giratoria monísima.
No tengo muy claro que tipo de clientes va a los demás hoteles, pero a este vienen clientes con unos niños que sienten una atracción irresistible hacia la dichosa puerta. Imagínense lo grande que es el hotel, pues los niños tienen que jugar justo al lado de la puerta.
Hace unos días el cántaro se rompió. Mientras los padres disfrutaban en la calle de la agradable brisa marina, su hijo de apenas un año y medio se acercó a la puerta y lo atrapó. El dispositivo de seguridad actuó, menos mal. De lo contrario ahora tendríamos dos mitades. Pero el niño quedó atrapado sin posibilidad de moverse ni de salir.
Un cliente se percató y dio la voz de alarma. Los padres se dieron cuenta, dejaron su animada conversación y corrieron hacia la puerta. La emprendieron a golpes con la puerta, como si fuera la culpable de lo sucedido, y ahí se acabó todo.
Y ahora vienen mis preguntas. Si la cosa hubiera ido a más, quién era el responsable? El hotel, los padres, yo? Me incluyo como posible responsable ante la posibilidad que algún padre se le ocurra pensar que como yo estoy cerca de la puerta es mi cometido evitar que los niños se acerquen a la puerta.
según el Código Técnico de la Edificación, que quizá por moderno ni siquiera sea de aplicación a ese hotel:
DB SUA2 Sección SUA 2, de Seguridad frente al riesgo de impacto o de atrapamiento
2. Atrapamiento
2. Los elementos de apertura y cierre automáticos dispondrán de dispositivos de protección adecuados al tipo de accionamiento y cumplirán con las especificaciones técnicas propias.
Lo lógico sería que, si la puerta cumple con las especificaciones técnicas propias y ha superado las inspecciones técnicas correspondientes para el inicio de la actividad, el hotel y tú no debierais de resultar responsables.
distinto es que debamos aprender de las malas experiencias, y que, para reducir posibles daños en casos similares, el dispositivo de seguridad sea algo más sensible para reducir la presión del atrapamiento, y que exista un dispositivo de desbloqueo fácilmente accesible para permitir es desatrapamiento inmediato
¿y si se cae por la escalera mecánica del aeropuerto o de cualquier otro lugar?
En primer lugar permíteme agradecerte tu respuesta rápida, breve y concreta.
Yo quería ir más lejos. Esperaba una respuesta siguiendo la línea que pone a los padres como responsables de los actos de sus hijos. Si un padre no está atento a lo que su hijo hace y éste se ve atrapado por la puerta, son los padres los responsables.
Por cierto. El mecanismo de seguridad de la puerta funciona demasiado bien. El más leve contacto y la puerta se queda clavada.
sí, es un pensamiento lógico, pero no suficiente
como bien has sospechado inicialmente, la responsabilidad de los padres no exime de responsabilidad al hotel en la medida en que ha de eliminar los riesgos evitables y reducir los posibles daños de los riesgos no evitables. No digo que haya de eliminar la puerta giratoria, porque cada tipo de puerta tiene sus propios riesgos (¿quién no se pilló los dedos en una puerta?), sino que ha de analizar si puede mejorar la seguridad de esa puerta y, aclarado ya que la sensibilidad del mecanismo de bloqueo es suficiente, mantengo la sugerencia, no sé si obligación, de que exista un mecanismo de desbloqueo fácilmente accesible que permita el desatrapamiento inmediato.
yo tengo que cuidar de mis hijos, pero el mundo exterior no puede ser una jungla, y cada cual también ha de cumplir con la parte de la legislación que le es exigible
hace muchos años un hombre, que no un profesor de enseñanza reglada, me enseñó que siempre hay un torpe que se accidenta en todos y cada uno de los lugares en que aparentemente el nivel de riesgo es despreciable. Evidentemente, no siempre es el mismo torpe, pero uno u otro, un día u otro, aparecerá quien mete los dedos en el enchufe, y por ello los enchufes deben de estar protegidos, en general con un diferencial de sensibilidad adecuada al nivel de daños que por electrocución podrían causar según el lugar en el que están instalados. El control de la seguridad no termina con la instalación, sino que exige un seguimiento continuo con respuestas adecuadas a cada incidencia, siempre tratando de reducir futuros riesgos y daños.
Tu comentario del torpe me recuerda al señor que tropezó en una calle de Benidorm con uno de los soportes de una valla. Horas más tarde la empresa constructora se apresuraba a quitarlos todos. No me preguntes que utilizaron después para sujetar la valla. Lo cierto es que por esa calle transitan cada día miles de personas. Y por una hubo que quitar esos soportes.
En cuanto a lo del diferencial siempre se me quedará grabado en la memoria aquel niño que murió electrocutado en un colegio por culpa de una farola (500 mAh en vez de los 30 de uso doméstico).
No me malinterpretes. No pretendo crear una jungla. Estoy firmemente convencido que todos los mecanismos de seguridad son pocos. Pero creo que también deberíamos hacer hincapié en la educación. Con más educación habría menos torpes, menos gente que se salta los stop y los semáforos en rojo. Menos gente que tropieza con cosas. Más padres que están pendientes de sus hijos.
sí, estoy de acuerdo en que todo sería más fácil con más educación
respecto a los hijos, todavía no soy abuelo pero podría serlo por la edad de mis hijos
accidentes siempre los hay, y en bastantes casos es por simple descuido y no por comodidad o dejación de los padres
algunos de mis coetáneos siempre han tratado a sus padres de "usted", mientras que yo, en tanto los he tenido, he dado gran valor a los besos, siempre al marchar, al regresar, y en medio, y también he recibido alguna chaparreta. Eran otros tiempos, otros mundos y otras maneras. En los dedos anulares de ambas manos, a la altura de la falange del derecho y de la falangina del izquierdo, tengo lo que puede describirse como sendos pequeños cartílagos que no son otra cosa que la huella de una quemadura eléctrica a la edad de dos años. Y en la cara exterior del muslo derecho tengo también tres pequeñas huellas de una quemadura con aceite a la edad de cuatro años. Mi hijo, el mayor, se quemó un antebrazo (no fue cosa seria) a la edad de dos años, abriendo el grifo de agua caliente de un bidé, y tiene una pequeña cicatriz en la frente por un golpe recibido en la escuela primaria.
sí, yo también me alarmo del aparente pasotismo de algunos padres, pero hemos de procurar no meter en el mismo saco todo lo que no nos gusta. en el grupo de los que no ponen suficiente cuidado están los que cruzan la calle sin llevar a sus pequeños de la mano o, como poco y ante la falta de suficientes manos, sin enseñarles que han de cogerse al coche del bebé, al carrito de la compra, a la falda o al pantalón, pero nunca sueltos.
entre los irrespetuosos con los demás están aquellos que, estando ellos cómodos, les cae de lado que sus hijos estén molestando al vecino.
cada día, los críos ganan movilidad y curiosidad, y es imposible eliminar el riesgo aún tratando de prestarles atención.
prefiero pensar que quienes golpeaban la puerta giratoria eran unos padres nerviosos y angustiados porque no podían moverla para liberar a su hijo, pero que, pasado el susto, lamentan no haber prestado atención en el momento adecuado. Es posible que lo que yo prefiero pensar no se parezca en nada a lo que piensan ellos, que quizá despotricarán contra la puerta y contra el hotel porque parten de la absoluta convicción de que ellos son perfectos.