Os escribo para contaros mi caso y pediros ayuda y asesoramiento.
Desde hace dos años trabajo en una escuela de negocios de Madrid que imparte Masters. Mi primera sensación fue que las personas que componían la plantilla eran muy jóvenes y veía tarjetas de visitas con muchísimos nombres de gente que no conocía. En mis tres primeros meses presencié el despido de tres empleados, y ésta ha sido la tónica habitual desde que estoy ahí. Con este ritmo de despidos, en los 33 años de vida que tiene la escuela probablemente habrá pasado por ella media España.
Poco a poco fui dándome cuenta del clima que existe en esta empresa que, irónicamente, presume de trato personal con los alumnos, cuando no lo tiene con los empleados.
Ahora, dos años después, la recapitulación es la siguiente: hay personas que no aguantan en la empresa más de tres meses, otras, que consiguen aguantar, son despedidas (sobre todo si se quedan embarazadas, son echadas el primer día nada más regresar de la baja maternal; esto encima resulta curioso, ya que el 90% de la plantilla somos mujeres) y encima acaban con graves problemas de estrés y ansiedad.
Actualmente se está insultando a las empleadas, se nos ridiculiza delante de compañeros, se nos critica a nuestras espaldas, nos gritan para intimidarnos, infravaloran nuestro trabajo, se nos desprecia y se nos intenta desmoralizar, recibimos invitaciones para abandonar la empresa, otras veces se nos trata con indiferencia, como si no existiésemos, se nos intenta enfrentar con el resto de empleados, se nos dan funciones inferiores a las que deberíamos tener asignadas, no se nos da la formación que están obligados a darnos por la ISO 9000:2001 que tiene el centro y por la que nos quitan un porcentaje en nómina...
Actualmente la empresa tiene un juicio pendiente por un despido que se hizo de manera procedente, al alegar que ese departamento desaparecía, pero que realmente se trata de un despido improcedente ya que lo único que ha cambiado del departamento es el nombre y la gente que lo ocupa.
Esta situación que vivimos, que cada vez es más desesperante, se trata de mobbing, pero desgraciadamente es muy complicado probarlo.
Podríamos irnos (probablemente sea lo que busque la empresa, ya que está en crisis y con una bajada de facturación de más de un 50%) pero todas tenemos gastos mensuales que hay que cubrir y si dimitimos, no hay paro.