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«Mi mujer me maltrata y la jueza me da la razón pero no tengo a mi hijo»
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«mi mujer me maltrata y la jueza me da la razón pero no tengo a mi hijo»
http://www.elcorreodigital.com/vizcaya/20081110/alava/mujer-maltrata-jueza-razon-20081110.html
Es poco habitual que un hombre denuncie a su mujer por malos tratos. Y menos frecuente aún que quiera hacerlo público. Éste no es el caso de Eusebio Dos Santos, un trabajador portugués afincado desde hace catorce años en Vitoria. El pasado sábado, la titular del juzgado número 1 de Instrucción de Vitoria dictó a su favor un auto con medidas cautelares de protección. En concreto, ha impuesto a su pareja, una mujer de nacionalidad ecuatoriana, la prohibición de que se le acercarse a menos de 200 metros. Además, le ha ordenado que no se comunique con él, verbalmente, por escrito, ni por teléfono, ni a través de cualquier otro medio telemático.
La jueza adoptó esta resolución a raíz de la denuncia por malos tratos presentada por el hombre. Ahora, Eusebio quiere la custodia de su hijo. «Mi niño está en peligro con su madre», contaba ayer a EL CORREO. «De hecho -añadió- el niño está en tratamiento por sus continuos gritos».
La tortuosa relación de Eusebio con la joven latinoamericana arrancó hace casi seis años. A los seis meses de conocerse comenzaron los problemas pero, incomprensiblemente, siguieron adelante y hace quince meses tuvieron un hijo. Según el relato del hombre, los episodios de injurias, amenazas e, incluso, agresiones que ha sufrido le han llevado en más de una ocasión a los servicios de urgencias. La mayoría de las veces con cuadros de ansiedad, otras con golpes. «Me ha llegado a morder», dice y muestra un parte médico que da fe de ello.
Parte policial
El pasado viernes, la violencia volvió a protagonizar la rutina diaria de la familia. Con los nervios destrozados y el cuerpo lleno de golpes y arazaños, Eusebio fue a su médico de cabecera, quien le aconsejó acudir a los servicios sociales. Y de aquí al juzgado, en donde aportó un atestado policial con fotos de las agresiones.
El hombre se lamenta de no haber contado con la asistencia jurídica de un abogado porque el «letrado que debía acompañarme como víctima no apareció». Cree que, de haberla tenido, habría conseguido también protección para su pequeño.
La respuesta de su pareja a la firme decisión tomada por Eusebio de apartarla definitivamente de su vida ha sido una denuncia por maltrato, aún sin resolver. Los dos volverán hoy a verse las caras en el juzgado. El hombre tiene la confianza de que «se haga justicia».
«Yo lo quiero es que me den la custodia de mi niño. Los servicios sociales saben que yo soy un buen padre. He criado a otro hijo de catorce años que tengo de una anterior relación. No puede ser que yo sea el maltratado y ella se quede con el niño. Si hubiera sido al revés, yo estaría ya en la cárcel».
Es poco habitual que un hombre denuncie a su mujer por malos tratos. Y menos frecuente aún que quiera hacerlo público. Éste no es el caso de Eusebio Dos Santos, un trabajador portugués afincado desde hace catorce años en Vitoria. El pasado sábado, la titular del juzgado número 1 de Instrucción de Vitoria dictó a su favor un auto con medidas cautelares de protección. En concreto, ha impuesto a su pareja, una mujer de nacionalidad ecuatoriana, la prohibición de que se le acercarse a menos de 200 metros. Además, le ha ordenado que no se comunique con él, verbalmente, por escrito, ni por teléfono, ni a través de cualquier otro medio telemático.
La jueza adoptó esta resolución a raíz de la denuncia por malos tratos presentada por el hombre. Ahora, Eusebio quiere la custodia de su hijo. «Mi niño está en peligro con su madre», contaba ayer a EL CORREO. «De hecho -añadió- el niño está en tratamiento por sus continuos gritos».
La tortuosa relación de Eusebio con la joven latinoamericana arrancó hace casi seis años. A los seis meses de conocerse comenzaron los problemas pero, incomprensiblemente, siguieron adelante y hace quince meses tuvieron un hijo. Según el relato del hombre, los episodios de injurias, amenazas e, incluso, agresiones que ha sufrido le han llevado en más de una ocasión a los servicios de urgencias. La mayoría de las veces con cuadros de ansiedad, otras con golpes. «Me ha llegado a morder», dice y muestra un parte médico que da fe de ello.
Parte policial
El pasado viernes, la violencia volvió a protagonizar la rutina diaria de la familia. Con los nervios destrozados y el cuerpo lleno de golpes y arazaños, Eusebio fue a su médico de cabecera, quien le aconsejó acudir a los servicios sociales. Y de aquí al juzgado, en donde aportó un atestado policial con fotos de las agresiones.
El hombre se lamenta de no haber contado con la asistencia jurídica de un abogado porque el «letrado que debía acompañarme como víctima no apareció». Cree que, de haberla tenido, habría conseguido también protección para su pequeño.
La respuesta de su pareja a la firme decisión tomada por Eusebio de apartarla definitivamente de su vida ha sido una denuncia por maltrato, aún sin resolver. Los dos volverán hoy a verse las caras en el juzgado. El hombre tiene la confianza de que «se haga justicia».
«Yo lo quiero es que me den la custodia de mi niño. Los servicios sociales saben que yo soy un buen padre. He criado a otro hijo de catorce años que tengo de una anterior relación. No puede ser que yo sea el maltratado y ella se quede con el niño. Si hubiera sido al revés, yo estaría ya en la cárcel».
