Si un miembro de la mesa electoral recibe coacciones para rechazar candidaturas en unas elecciones sindicales, debe actuar de inmediato.
Avisar a la mesa electoral. Informar a los demás miembros para que quede constancia y se tomen medidas.
Denunciar a la Inspección de Trabajo. Puede intervenir si hay presiones ilegales en el proceso electoral. Conviene aportar pruebas.
Acudir a la Autoridad Laboral. El Estatuto de los Trabajadores garantiza elecciones sin coacciones. Se puede presentar una denuncia oficial.
Llevar el caso a los tribunales. Si la presión viene de la empresa o de otra candidatura, se puede denunciar en el Juzgado de lo Social por vulneración de la libertad sindical. Si la coacción es grave, podría ser un delito según el Código Penal.
Informar al sindicato. Si el afectado pertenece a uno, debe comunicarlo para que actúe en su defensa.
Es clave actuar rápido, dejar pruebas y no ceder ante presiones.
Pues está claro no? Denunciar y si el resto de la mesa es conocedora pues denunciar todos, si no lo hacen van a caer ante la presión y los interventores tendrán que impugnar el porqué del rechazo de esas candidatura rechazadas
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