El Tribunal Supremo (TS) ha confirmado la condena a 23 años de prisión impuesta a un hombre por matar a su mujer y ha rechazado imponerle el alojamientode sus dos hijos al estimar que les profesa afecto, pues tomó la precaución de retirar a los menores de la estancia donde cometió el crimen.
Así lo ha acordado la Sala de lo Penal del TS en una sentencia que añade que en este caso no procede imponer a Rafael S. la pena accesoria de alejamiento de sus hijos menores.
Según explica la resolución, a pesar de la autoría de su "horrenda acción" para con la madre de los niños se advierte explícitamente "el afecto que a éstos personalmente aún les profesa".
La resolución argumenta que el condenado no sólo tomó la precaución de retirar al hijo varón de la habitación donde cometió el crimen antes de ejecutarlo, sino que tras matar a su mujer llamó a su hermana con el único fin de "pedirle que fuera a recoger a los menores para evitar su presencia en un escenario tan dramático para ellos".
"Resulta evidente la ausencia de fundamento para acordar una pena accesoria que no persigue otra finalidad que la de la cautelosa protección de la víctima o de sus familiares frente a la animosidad que contra ellos pudiera aún mantener el autor del delito o, todo lo más, para evitar a aquellas el traumático encuentro con su agresor", añade la sentencia.
Golpes y cuchilladas
Los hechos tuvieron lugar el 4 de febrero de 2006 cuando Rafael S. tuvo una discusión con su mujer en la vivienda en la que residían en la localidad de San José de la Rinconada (Sevilla).
Según señala la sentencia, de la que ha sido ponente el magistrado José Manuel Maza, el procesado entró en el dormitorio en el que dormían su mujer y su hijo varón, al que trasladó a la habitación de su hija.
Tras ello, se colocó a horcajadas sobre su esposa -que estaba boca arriba durmiendo- y le golpeó con una figura de bronce, momento en el que ésta se despertó y recibió más de cuarenta cuchilladas.
La Audiencia Provincial de Sevilla condenó al acusado a 23 años de prisión y le prohibió residir en San José de la Rinconada durante más de diez años, así como que indemnizara a sus dos hijos con 200.000 euros, lo que confirma el Supremo.
pasará unos años en la cárcel y aunque no pone la edad de los hijos, probablemente ya serán lo suficientemente mayores como para decidir si quieren estar o no con la persona que mató a su madre.
Lo más importante de la noticia, que yo veo es que hay jueces que empiezan a implicarse más en que los exista una relacion paternofilial
En este caso es un hecho probado que el padre es culpable, pero en los casos que no lo son..¿y les prohiben ver a sus hijos?
Esperemos que los hijos tengan edad suficiente para comprender lo que ha echo ese asesino, porque sino sera muy enternecedor el recuerdo que el padre le inculque a los niños de la madre.