Asociación para el bienestar familiar del menor
comisión de detección de denuncias e informes falsos.
Rafael montero ruiz
tel 666 15 19 53
continua el escándalo de las falsas denuncias
la psicóloga clínica mari paz ruiz tejedor opina que más del 60% de denuncias de abusos sexuales a menores cuyos padres se encuentran en procesos de separación son falsas.
Esta afirmación fue realizada en la ponencia que mari paz ruiz tejedor presentó en el xii simpósium de la sociedad española de psiquiatría forense, que se celebró los días 16 y 17 de abril del 2004.
La ponencia llevó por titulo. Credibilidad / incredibilidad y repercusiones civiles de las acusaciones de maltrato de abuso sexual infantil.
Rafael montero .
Asociación para el bienestar familiar del menor.
Cuando fracasan otros comportamientos alienadores, como los secuestros, hay mujeres que recurren a tan infame mecanismo para liquidar al papá
María Guisella Steffen Cáceres - gsteffen7@hotmail.com
Licenciada y Magíster en Ciencias de la Educación con mención en Orientación, Relaciones Humanas y Familia
(28/06/04)
LA INVESTIGACIÓN REALIZADA y la experiencia clínica me han permitido percibir que la falsa denuncia de abuso sexual es engendrada silenciosamente en la mente y accionada por la conducta alienadora de algunos progenitores custodios (por lo general mamás a cargo de la custodia) y/o de parejas consensuadas.
Esta es una estrategia tirana destinada a distorsionar el significado de los dichos y experiencias infantiles, amparada en la cercanía del contacto con el niño y con el objetivo terminal de exiliar del corazón de un hijo al progenitor no custodio (al que no vive con el niño, por lo general el papá), para ser habitado solamente por una sola figura vincular (por lo común la mamá).
Este tipo de denuncias se propagan intencionalmente en el proceso post-separación conyugal y lamentablemente se fomentan, porque frente a esta confabulación que esclaviza a algunos padres, co-existen interpretaciones imperfectas y fidedignas, enlazadas con el principio del interés superior del niño y que devienen desde los distintos marcos de la alienación profesional.
El cuadro sintomático de la alienación profesional se refleja en aquellos expertos orientados a la salud mental (psiquiatras, psicólogos, psicopedagogos) que perseveran en errores conceptuales y clínicos y se encarna en la resolución práctica ejercida por abogados, cuando implica el uso indebido de buenos dispositivos jurídicos. Ello a su vez se traslada a otros ejecutores participantes (asistentes sociales) todos expertos y que en simbiosis, aceptan la veracidad de la artificiosa declaración de las falsas denuncias de abuso sexual.
Estos profesionales, que interpretan de forma errónea e imperfecta el interés superior del niño, proceden precipitadamente, con escasa reflexión, potenciando el nefasto clima interaccional de la familia disuelta.
En este contexto, al ignorar al presunto acusado (por lo general el papá), lo condenan irremisiblemente a presidio moral, social, familiar y laboral, al eludir una intervención sistémica entre sus miembros, con lo cual coadyuvan a la pérdida de una figura parental.
Afortunadamente, existen muchos especialistas de la psiquiatría y psicología con una interpretación fidedigna del significado del concepto aquél del interés superior del niño. En efecto, tales expertos mantienen prudencia profesional, lo que significa evitar líneas inductivas para neutralizar el riesgo de la sugestión.
A su vez, dichos expertos poseen una comprensión profunda respecto de los devastadores efectos del falso recuerdo de abuso sexual en los niños, y conducen con criterio inteligente el frágil sentido de la realidad infantil.
Es innegable la existencia del horrendo abuso sexual contra los niños y el traumático recuerdo que persiste, dado que se quebranta de por vida, no solo la inocencia de la niñez, sino la esencia de la persona. Este atentado debe ser implacablemente penado.
Sin embargo, el altivo semblante de la vileza plasmado en la falsa denuncia de abuso sexual se ha convertido en una aguda pandemia y requiere ineludiblemente:
a) La formación y actualización de los profesionales de la salud mental, que trabajen como peritos a nivel de tribunales de menores.
b) La realización de un debate social a través de los medios de comunicación, en función de los problemas éticos emergentes y su vinculación con la obstrucción del vínculo.
c) Una jurisprudencia en esta temática, de modo de resguardar los derechos del niño en el lineamiento práctico y no desde el concepto teórico, para preservar aquello que es innegociable en la vida del hijo, la presencia socioafectiva del padre y de la madre.
Si como sociedad y familia no encaramos esta lúgubre realidad, reflexionemos seriamente frente a estas preguntas:
¿Qué tipo de persona logra repatriarse desde el abuso social?
¿Qué tipo de hijo retorna del minado campo de la falsa denuncia?