Se puede llegar, partiendo de una ruina económica, superando los gastos de rehabitación el 50% del valor total de la edificación, terminar declarandose una ruina inminente alegando que el edificio esta fuera de ordenación por uso.
La ruina económica no implica demolición de un edificio si la propiedad no lo desea, aunque el edificio este fuera de ordenación por uso ya que al no estar ordenado el sector, no esta fuera de alineaciones.