Además, incurre en un delito por revelación de secretos al apoderarse de la historia clínica de su expareja.
Una mujer sevillana que fue condenada a penas que suman dos años y siete meses de cárcel por agredir a su exmarido y por apoderarse de su historia clínica para utilizarla en el proceso judicial se beneficia ahora del programa de recuperación para mujeres y niños víctimas de malos tratos, han informado a Europa Press fuentes del caso.
En la sentencia el Juzgado de lo Penal número 1 de Sevilla condenó a esta mujer a un mes y 15 días de prisión por lesiones en el ámbito familiar por unos hechos ocurridos el 15 de abril de 2008 en Carmona, cuando golpeó a su exmarido dándole un puñetazo a través de la ventanilla cuando éste se encontraba dentro de un coche.
La acusada, de este modo, causó a la víctima contusiones en el pómulo y el hombro, por lo que el juez de lo Penal la condenó a un mes y 15 días de cárcel y al pago de una indemnización de 87 euros por los tres días que tardó en curar de las lesiones y el daño moral causado, imponiéndole además la prohibición de aproximarse a menos de 300 metros de su expareja.
En la misma causa fue juzgado también su exmarido, que resultó absuelto por falta de pruebas de que le dijera «que la iba a quitar de en medio y la iba a matar» ni de que en otras ocasiones la hubiera amenazado o acosado.
La condenada recurrió la sentencia ante la Audiencia Provincial de Sevilla, que confirmó la pena y rechazó el recurso interpuesto por la procesada al entender que «carece de utilidad tratar de poner en entredicho la corroboración objetiva que el parte de lesiones aporta a la versión inculpatoria».
«Es obvio que ninguna pericia médica puede certificar que unas determinadas lesiones se hayan causado propinando un puñetazo desde la ventanilla de un automóvil, pero no es menos claro que las lesiones que presentaba la víctima, en especial la contusión en el pómulo, son perfectamente compatibles con ese mecanismo lesivo», argumentó la Sección Cuarta.
Revelación de secretos
Posteriormente, la Sección Séptima de la Audiencia la condenó a dos años y medio de cárcel y al pago de una indemnización de 2.164 euros por un delito de revelación de secretos al apoderarse de la historia clínica de su exmarido, aprovechando su puesto de trabajo como administrativa en un hospital sevillano, y usarla en el procedimiento judicial anterior.
La mujer ingresó en prisión después de que el Tribunal Supremo confirmase la condena contra ella, en la cual se considera probado que en marzo de 2010 aportó la historia clínica de su exmarido, en la que aparecían las asistencias médicas recibidas, a la causa penal en la que ella fue finalmente condenada por lesiones en el ámbito familiar.
La condenada había trabajado como secretaria en la subdirección médica del hospital, por lo que la sentencia consideró demostrado que ella misma o con ayuda de otros se apoderó de dichos datos, aunque no se haya demostrado el procedimiento exacto por el que llegaron a sus manos.
La mujer argumentó que alguien metió dicha historia clínica por debajo de la puerta de su abogado, pero el Supremo respondió que esa versión es poco verosímil y además es contradictoria con sus propias manifestaciones en el juicio a que fue sometida por malos tratos, cuando aseguró al juez que dicha documentación «se la facilitó gente buena que la quería mucho en el ambulatorio».
Centro de mujeres maltratadas
Asimismo, el Supremo recogió que, en cualquier caso, está fuera de duda que la acusada «utilizó esa documentación, sin estar autorizada para ello, en el procedimiento penal en cuestión» y que se trataba de «datos personales de carácter reservado». Al ponerlos al descubierto ante terceras personas, en este caso al utilizarlos en el primer proceso penal, la acusada incurrió en un delito de revelación de secretos por el que fue condenada a dos años y medio de cárcel y multa de 2.164 euros.
Pues bien, la acusada, a pesar de ambas condenas y pese a que su exmarido fue absuelto de todos los cargos, ha ingresado en un centro de atención, recuperación y reinserción de mujeres maltratadas al «reunir los requisitos establecidos en el programa de malos tratos», desarrollando desde julio de 2014 un programa de recuperación para mujeres y niños víctimas de malos tratos.