La mujer que agredió a un taxista de Siero es agente de policía nacional
El atestado está ya en manos del Juzgado de Instrucción número 2 de Pola de Siero, con la denuncia del conductor y de dos de las mujeres implicadas
La mujer que agredió a un taxista de Siero es agente de policía nacional
Una de las tres jóvenes que agredió en la madrugada del lunes en Pola de Siero a un taxista en Pola de Siero ejerce como agente de la Policía Nacional en un destino fuera de Asturias, según pudo confirmar ayer este diario. Fue esta chica quien roció por dos veces al conductor con un spray de defensa personal y la que exhibió una placa de Policía para reclamarle la devolución de 30 euros.
El atestado con la denuncia del taxista, así como de dos de las implicadas, que también decidieron denunciar los hechos, se encuentra ya en manos del Juzgado de Instrucción número 2 de Pola de Siero, que deberá valorar ahora la existencia de una posible falta. También existen partes facultativos por ambos lados de atención en el Centro de Salud.
Al margen de la vía judicial, el Cuerpo Nacional de Policía ha abierto «una información rutinaria» para esclarecer la actuación de la agente en el incidente, un procedimiento «que se hace siempre» en estos casos, según informaron ayer fuentes de la Jefatura Superior de Policía de Asturias.
El incidente fue presenciado por dos testigos: un vecino de Pola de Siero, que transitaba en aquel momento por delante de la parada de la calle de Ildefonso Sánchez del Río, y el taxista J. R. P., que estaba de servicio aquella noche y que, cuando regresó a la parada de realizar una carrera, se encontró con su compañero en el suelo y las tres mujeres agrediéndole. «Una de ellas le estaba pegando con el paraguas, que estaba ya roto, y la otra con el mango», subrayó. Este profesional salió a ayudar a su compañero y a tratar de separarles. Este testigo ratificó ayer que una de las chicas sacó la placa de Policía e identificándose como tal, exigía que le devolviera 30 euros.
Otra de las jóvenes le preguntó que por qué él llevaba un taxímetro y el compañero agredido no, a lo que el testigo le respondió que ningún taxista de Pola de Siero lo utilizaba y que lo que ella pensaba que era un taxímetro, en realidad se trataba de un Sistema de Posicionamiento Global (GPS).
Aquella noche se encontraba también de servicio el presidente del gremio de taxistas del municipio, José María Antuña, quien llegó al lugar en el último momento. «Es lo más denigrante que vi en mi vida; no sé qué podrían tener metido en el cuerpo para hacer esa atrocidad y actuar con esa fijación», declaró ayer.
Antuña señaló que el colectivo de taxistas de Pola no había hablado aún de la posibilidad de emprender algún tipo de acción colectiva, aunque casi prefiere que el tema quede ya en manos del juez. «Lo que tenemos muy claro es que esas mujeres tendrán terminantemente prohibido volver a coger un taxi en la Pola; no se merecen que estemos aquí sin dormir para que nos hagan algo así sin motivo», dijo.
Antuña comentó que era bastante frecuente recibir insultos por parte de algún cliente o que haya alguno que intente marchar sin pagar, pero considera que lo ocurrido en la madrugada del lunes ya supera todos los límites tolerables.
«El precio correcto»
El presidente de los taxistas manifestó que la tarifa de diez euros por un viaje nocturno entre Pola de Siero y Noreña -que fue lo que trató de cobrar el taxista agredido- «es el precio correcto» y reiteró que ningún profesional del municipio utiliza taxímetro, que es un sistema más propio de los servicios urbanos. Antuña comentó, por último, que tanto la Policía Nacional como la Local habían llegado muy pronto a la parada «y tuvieron un comportamiento muy correcto en todo momento».
Los hechos se produjeron a las 4.30 de la madrugada del domingo al lunes, cuando cuatro chicas solicitaron un viaje en taxi entre Pola y Noreña. Al llegar a la villa condal, las pasajeras mostraron su disconformidad con los 10 euros de tarifa y se entabló una fuerte discusión, que finalizó con el taxista marchando sin cobrar la carrera.
Pero los incidentes más graves se produjeron cuarenta minutos más tarde, cuando las mujeres regresaron en coche particular a la parada de Pola de Siero y tres de ellas comenzaron a agredir a J. M. A. L., de 62 años, con un paraguas y un spray de defensa personal, que dejó aturdido al conductor y con problemas respiratorios. Fue entonces cuando la agente de la Policía mostró la placa y acusó al taxista de robarles 30 euros.