La desatención como maltrato infantil
Bienestar Social edita dos guías para recordar, tanto a los padres como a los profesionales, las formas de desprotección que sufren los niños
VIOLETA SANTIAGO/SANTANDER
El maltrato más frecuente que sufre un niño no tiene nada que ver con los duros castigos físicos o el abuso sexual, que son los casos que más alarma causan en la sociedad cuando trascienden la esfera de lo privado. La forma de desprotección que se da con más asiduidad es la desatención continuada, es decir, la falta de soporte emocional y material. La Administración regional sabe que estas situaciones se dan en todos los estratos económicos y que son muy numerosas las situaciones de riesgo en la infancia que permanecen «invisibles». Detrás se encuentra un modelo familiar «que admite la violencia para resolver los conflictos».
Así lo aseguró ayer la consejera de Sanidad y Bienestar Social, Rosario Quintana, al presentar dos guías elaboradas por la Dirección General de Políticas Sociales del Gobierno. La primera, 'Cómo promover el buen trato a nuestros hijos e hijas' va dirigida a las familias, a las que se invita a la reflexión sobre la relación que establecen con sus descendientes. La segunda -'Los malos tratos a la infancia'- ha sido realizada pensando en los profesionales que trabajan en el ámbito de la infancia, para enseñarles a detectar un posible maltrato.
En ésta, Bienestar Social anima a notificar a los departamentos pertinentes (los servicios sociales de los ayuntamientos o el de Atención a la Infancia del Gobierno) estas situaciones, ya que se considera que cualquier desprotección que sufra un menor tiene graves consecuencias en su etapa como adulto.
Julio Soto, director general de Políticas Sociales, indicó que el maltrato no sólo es reconocible cuando se llega a momentos extremos. Maltrato es la dejación de responsabilidades y no facilitar al menor la red de seguridad y afecto que le corresponde. «Todos sabemos que es difícil ejercer de padre cuando llega el momento», indicó. De ahí que animara «a los que tienen problemas a pedir ayuda en el seno de la familia, del sistema educativo o del sanitario».
Seguros y queridos
Las guías (40.000, en total) han sido distribuidas en centros educativos, centros de salud, ayuntamientos, hospitales e instituciones relacionadas con la infancia. En ambas se recuerda que los niños no sólo requieren cuidados físicos y materiales (buena alimentación, suficientes horas de descanso), sino también de personas con las que establecer relaciones afectivas positivas y estables.
Además, es fundamental que se sientan seguros y queridos, para lo cual es necesario pasar tiempo con ellos, y ponerles normas y límites evitando el castigo físico como disciplina.
EFECTOS DEL MALTRATO
Los niños que han sufrido algún tipo de maltrato (negligencia, escaso apoyo emocional, maltrato físico o abuso sexual) suelen desarrollar problemas como los siguientes:
- Baja autoestima: Están menos preparados para aprender que otros y rinden menos académicamente.
- Depresión y ansiedad.
- Dificultad para vincularse afectivamente: No tienen fácil para entender sus propias emociones.
- Trastornos de la alimentación: También se detecta que tienen más probabilidad de caer en el consumo de drogas.