Pues eso, dé gracias a que estamos en un Estado de derecho, etc....y que no le han sacado a rastras de su domicilio a las cuatro de la mañana....por lo demás, lo ilícito de su intervención seguro que ha sido examinado por el ministerio fiscal, que no lo ha debido ver tan claro....al haberse cumplido, prima facie, los requisitos de esa "intromisión" en sus derechos.
En cuanto a los dioses togados, de vez en cuando cae alguno, no lo crea...y así debe ser.
Al final mi amigo al que han acusado de un delito, ha tenido acceso a las diligencias, donde documentalmente queda acreditada la intervención ilícita de mi teléfono a través de:
1º. Oficio policial de solicitud de intervención de mi teléfono, sin que figure un solo dato de mi identidad y domicilio, o relación con mi amigo,
2º.- Oficio policial dando cuenta del resultado negativo de la intervención, ya que mi "amigo" no mantenía conversaciones de matiz delicitivo, sin transcripciones de conversaciones, eso sí, remitiendo al juzgado una cinta con las conversaciones registradas y grabadas, carentes de interés.
3º.- Auto y mandamiento judicial de intervención teléfonica.....que se apoya en las argumentaciones policiales..que el juez da por buenas; no realiza ninguna comprobación, y autoriza lo que no debe autorizar.
¿ Y si en vez de mi teléfono hubiera sido el de su padre? ¿ O su hermano?
Menos mal que tenemos una Constitución, un Código penal, una Ley de Enjuicimiento Criminal...y algún que otro buen abogado.....pero ¿quien se atreve a meterse con esos dioses togados?...que siempre encuentran justificación a sus actos.