Lne.es » Avilés 12/03/2007
«Hay sectores, como el siderúrgico, a los que la conciliación laboral y familiar no les interesa» «La lucha de sindicatos y patronal por la igualdad es sincera, pero aún deben poner más empeño en su cumplimiento»
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Jaime Cabeza, ayer, en el palacio de Camposagrado de Avilés. ricardo solís
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JAIME CABEZA CATEDRÁTICO DE DERECHO DEL TRABAJO EN LA UNIVERSIDAD DE VIGO M. MANCISIDOR
Jaime Cabeza es catedrático de Derecho del Trabajo y de Seguridad Social en la Universidad de Vigo, en Galicia. Ayer participó en la jornada «Derecho al trabajo en igualdad de oportunidades y corresponsabilidad social», que organizó la concejalía de la Mujer del Ayuntamiento de Avilés en el palacio de Camposagrado con la colaboración de la Cámara de Comercio, la Federación Asturiana de Empresarios, la Unión de Comerciantes y los sindicatos CC OO y UGT. Cabeza centró su ponencia en cómo conciliar la vida laboral, personal y familiar, pero antes respondió a las siguientes preguntas.
-Parece que trabajo es antónimo de familia...
-Sí, en la ponencia hablaré del tiempo de trabajo y su dimensión como medida de conciliación de vida laboral, personal y familiar. El tiempo de trabajo, insisto en esto, hay que verlo como una herramienta clave para facilitar la atención de necesidades extralaborales y como instrumento de corresponsabilización de los hombres, que también son destinatarios de la ley. A estos hombres hay que recordarles que son tan responsables de las familias como sus compañeras mujeres.
-¿Cuáles son los retos de la ley de Igualdad?
-Hay que hacer un análisis crítico de la negociación colectiva, diferenciando sectores con presencia fuerte de los hombres de otros donde la mujer tiene más peso. Hay que poner de relieve retos de futuro donde los sindicatos y la patronal tienen una fuerte deuda con la sociedad; entre todos deben hacer efectiva esta ley, especialmente el principio de asignar y hacer reales las condiciones de trabajo con independencia de los sectores.
-¿Todas las empresas cumplen a rajatabla la conciliación de la vida laboral y familiar?
-Hay sectores donde la conciliación no importa, son sectores masculinizados; estamos en Avilés y el siderometalúrgico es un ejemplo claro de eso. Si comparamos éste con sectores como la asistencia domiciliaria, el comercio, la farmacia, la perfumería... las diferencias son abismales. Un mensaje que hay que lanzar es que para corresponsabilizar a los hombres hay que preocuparse de estos temas en convenios colectivos con fuerte presencia masculina. Creo que la conducta de las partes sociales debe ser ejemplar y que hasta hoy dejan mucho que desear las partes patronal y sindical.
-¿Qué preocupa ahora a los comités de empresa?
-Siempre digo que, cuando en el núcleo del conflicto esté el tema de la igualdad en un convenio como el siderometalúrgico, podremos decir que las cosas irán bien. Hoy el núcleo del conflicto es un sector masculinizado que no se detiene a estudiar cómo distribuir horas para conciliar la vida laboral, sino que analiza la problemática de las horas extra o cómo se incrementa el plus de tóxicos. Hay que cambiar muchas cosas.
-Culpa continuamente a los sindicatos y a la patronal del incumplimiento de la ley. ¿Cómo deben trabajar?
-Estos días estoy leyendo una biografía de Pablo Iglesias, fundador de UGT, y en la declaración fundamental, en el siglo XIX, ya se hablaba de igualdad de hombres y mujeres. Ha llovido mucho, no quiero hablar de UGT. CC OO tiene una historia más breve, pero intensa. La lucha por la igualdad de los sindicatos y la patronal es sincera, lo que pasa es que hay que hacerla efectiva. No obstante, los sindicatos son un poco culpables por no poner todo el empeño que deberían.
-¿Cuándo será una realidad la igualdad?
-Siempre digo que mis nietos y bisnietos no verán un mundo igualitario, pero el avance es significativo y estamos aumentando la velocidad. El mensaje que hay que lanzar es que, ante todo, es un tema social, pero como horizonte la igualdad está lejísimos, a años luz. La brecha salarial, veinticuatro puntos porcentuales por debajo, es la que es y no es casual, está en el seno de las organizaciones laborales, organizadas a partir de un modelo de trabajador que es un hombre. La mujer, a día de hoy, es una trabajadora atípica.
-Una utopía, por tanto.
-Cuando el mundo de las relaciones laborales pueda constituirse independientemente de si el trabajador es hombre o mujer, la maternidad no será un problema en las empresas, la corresponsabilización será un hecho, no habrá brecha salarial y existirá empleo paritario... ¡Qué lejos estamos de eso todavía!
Lne.es » Sociedad y Cultura 12/03/2008
Medicina tiene el 74% de alumnas, pero sólo el 12% de catedráticas
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Madrid, Efe
Aunque un 74 por ciento de los estudiantes de Medicina son mujeres, sólo un 12,2 por ciento de éstas llegan a ser catedráticas en Ciencias de la Salud, informó ayer la directora del Instituto de Salud Carlos III, Flora de Pablo. La profesora clausuró el ciclo «Salud y mujer: una perspectiva integral». De Pablo denunció que «la legislación de igualdad de oportunidades se ha incumplido de manera flagrante en España las pasadas décadas».
La doctora agregó que el escaso número de catedráticas llama aún más la atención al observar que del total de personas licenciadas en Medicina el 43 por ciento son mujeres.
Estas cifras continúan descendiendo en torno a los puestos de mayor prestigio, ya que, de un total de 28 facultades de Medicina, sólo cinco cuentan con una decana al frente -Barcelona, Clínica Universitaria de Navarra, Cádiz, Sevilla y San Pablo-CEU-, y de 72 universidades que hay en España únicamente seis tienen una rectora.
Resaltó que en el ámbito hospitalario sólo hay un 18 por ciento de mujeres gerentes y un 10 por ciento de jefas de servicio. «Se están perdiendo talentos femeninos debido al poco apoyo con que cuentan».
Los que hablan de la conciliación familiar y laboral que se hagan empresarios. Mi hermano es soldador autónomo y tiene que ir los fines de semana a trabajar que es cuando cierran la empresa y puede revisar todas las máquinas, o el dueño de una tienda o un negocio que sabe que los clientes mayoritariamente van a partir de las seis de la tarde, dificilmente cambiaría el horario de trabajo sabiendo que va a ganar menos o se va a quedar sin clientes.
Lne.es » Economía 16/03/2008
La Igualdad no es igual en la empresa La FADE considera que la ley para evitar la discriminación laboral femenina limita la libertad de empresa y será una fuente de conflictos judiciales
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Dolores González.
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La ley de Igualdad, aprobada hace un año, ha tenido un efecto nulo en los consejos de administración de las grandes empresas españolas, donde apenas se sientan 26 mujeres, frente a 500 consejeros varones de las compañías cotizadas en el Ibex. En Asturias, más de un centenar de compañías, todas ellas con más de 250 empleados, están obligadas a elaborar un plan de igualdad que luego habrá de incorporarse al convenio colectivo. Los sindicatos aplauden esta iniciativa, mientras que la patronal recela de la norma, cree que cercena la libertad de empresa y puede convertirse en una fuentes de conflictos judiciales. Oviedo, José Luis SALINAS
Más de un centenar de empresas asturianas, todas ellas con más de 250 empleados, tienen ante sí la obligación de cumplir con la ley de Igualdad, cuyo principal objetivo es fomentar la incorporación de las mujeres a puestos de trabajo tradicionalmente ocupados por hombres y a los puestos de dirección, además de reducir la llamada «brecha» salarial entre empleados y empleadas, que en Asturias es del 35,9 por ciento a favor de los hombres, la más alta de España. Algunas empresas de la región ya están desarrollando los planes de igualdad, que habrán de incorporarse al convenio colectivo, para actuar como protocolos de actuación en caso de discriminación. No obstante, la patronal asturiana FADE mira con recelo esta normativa, cree que limita la libertad de empresas y, además, puede convertirse en una fuente de conflictos laborales.
Las responsables del área de la mujer de CC OO y UGT confían en los efectos que podrá tener la nueva ley en cuanto a la incorporación de los planes de igualdad a los convenios. Ana Muñiz, de UGT, asegura que «la gente sólo se queda con las medidas para conciliar la vida laboral con la familiar, pero los planes de igualdad, que deben incluirse en los convenios, son mucho más ambiciosos, suponen un paso más para superar el cambio de mentalidad en lo referente a la desigualdad de géneros». Algo se está moviendo en la empresa asturiana en este sentido. Según los datos que manejan las centrales sindicales, el 33 por ciento de los convenios firmados durante el pasado año en la región ya incluía planes para acabar con estas diferencias.
No obstante, esta normativa, que obliga a las grandes empresas a desarrollar planes de igualdad, no acaba de convencer a la patronal asturiana. «Se trata de igualar ratios, y lo importante es distinguir entre desigualdad y discriminación. Que una empresa esté afectada por una desigualdad estadística entre hombres y mujeres en la plantilla no es por discriminación», asegura el secretario general de la Fade, Alberto González, quien subraya que buena culpa de estos desequilibrios en cuanto al peso de hombres y mujeres en un determinado sector la tienen la sociedad y las pautas de comportamiento cultural.
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El 86 por ciento de las 185.500 asturianas que trabajan lo hace en el sector servicios, el 7 por ciento en la industria, el 4 por ciento en la agricultura y tan sólo cerca de un 3 por ciento en la construcción. La escasa presencia de féminas en los principales motores económicos de la región -la industria y, en menor medida, la construcción- es una de las principales causas que esgrimen los sindicatos para justificar los bajos salarios que perciben las asturianas en comparación con sus compañeros. Los empresarios del metal y la construcción señalaron recientemente que la baja ocupación de las mujeres en estos sectores se debe a que las féminas ven estos oficios «poco atractivos».
Alberto González, de la FADE, afirma que «lo que debe prevalecer es la libertad de empresa; una ley no puede decirte cómo debes organizar una compañía o a qué personal debes contratar». El secretario de la patronal asturiana pone un ejemplo de los efectos perversos que pueden derivarse de la nueva ley: «Con la nueva normativa un empresario que tenga en su consejo de administración a su mujer y a sus dos hijas, ¿qué debe hacer ahora, despedir a una de ellas para conseguir la paridad? Con la nueva ley puede llegar a caerse en absurdos semejantes». Desde la FADE se augura además que esta ley de Igualdad puede convertirse, al trasladarse al día a día de las empresas, en una fuente de conflictos laborales que acaben en los tribunales.
Los sindicatos lo ven al revés. «A las empresas les viene muy bien desarrollar estas normas para la proyección de su imagen», asegura la responsable del área de la mujer de CC OO, Dolores González. «El primer problema que tenemos las mujeres es en el acceso al empleo. Hay mucha discriminación», añade.
Ana Muñiz, de UGT, asegura que una de las prioridades es analizar por qué dentro de los cargos de dirección de las empresas asturianas y españolas ahora hay tan pocas mujeres y, además, los sueldos son inferiores. «Lo único que queremos es un trato igualitario: a igual trabajo, mismo salario». A la misma tesis se apunta Dolores González, de CC OO: «Las retribuciones deben realizarse en función de las categorías, y aún debemos conseguir que sean iguales las de mujeres y las de los hombres, o, lo que es lo mismo, que una limpiadora cobre lo mismo que un peón, que pueden ser oficios similares».