El hombre, del Goierri, fue acusado de maltratador y se enfrentaba a la cárcel.
Un certificado emitido por una clínica demostró que la mujer faltó a la verdad, que las interrupciones de los embarazos habían sido voluntarias y no como consecuencia de agresiones.
En la vista, el juez llegó a pedir disculpas al acusado en nombre de la Administración de Justicia. Ahora, la mujer se enfrenta a un proceso como imputada por un presunto delito de acusación y denuncia falsa.