-Ahora lo que hay es un verdadero lío, no existe una ley común para todo el territorio nacional. En 2005 se habló por primera vez de la custodia compartida, pero solo la pone como opción, no como preferente. Después, cada comunidad autónoma ha empezado a legislar a su manera. Creo que se necesita una ley nacional que hable sobre la custodia compartida como primera opción, como algo obligatorio, porque es lo más natural. Y dejar la custodia monoparental para casos excepcionales.
-¿Cuáles serían esos casos?
-Ahí nos metemos en un terreno más complicado, por ejemplo el de los malos tratos. A una persona maltratadora o con graves problemas psicológicos de violencia no se le puede dar una custodia. Este argumento, lógico y natural, se está utilizando muy mal por la ley de violencia de género que tenemos, que defiende a la mujer, pero no al hombre. Y, desgraciadamente, muchas mujeres se han aprovechado de ello, con el posterior perjuicio para sus hijos y sus ex parejas. Con los malos tratos no se juega, sobre todo, por las propias maltratadas.
-¿Qué opina de aquellos que opinan que esta custodia no es beneficiosa para los niños por el cambio continuo de hogar?
-Hay muchas formas de aplicar la custodia compartida. Yo, por ejemplo, la tengo semanal, además de los quince días de vacaciones en verano. Aunque parezca extraño, es todavía más extraño vivir con tu madre e ir cada quince días a casa de tu padre, un lugar que no conoces de nada y donde no te da tiempo a adaptarte. Ahí sí que son «niños maleta», porque no tienen nada en casa del progenitor que no es custodio.
-¿Qué consejos daría desde su experiencia con respecto a la custodia compartida?
-Ante todo hay que tener buena voluntad y mucha madurez, porque al final parece que los niños pequeños son los padres con tanta pelea, sin saber perdonar o pasar página. Un divorcio no tiene por qué ser una tragedia, hay que asumir lo que te pasa en la vida con un poco de madurez y pensar sobre todo en los que están más indefensos, que son los menores.
Madrid, 1969
Sobrina de la escritora Carmen Laforet, estudió Historia en la Universidad Complutense de Madrid. Madre de dos hijos, desarrolla su actividad profesional en el Ministerio de Cultura, en el departamento de Cooperación Internacional. En el mundo literario ha recibido diversos premios de relato corto, como el Premio Carmen Conde de Relato, además de ser finalista en el Premio Ana María Matute. Escribe artículos y es colaboradora en varios programas de radio. Además, en coautora del ensayo «El buen adiós: cómo mirar serenamente al final de la vida (2009) y del libro «Con la vida en los talones: historias de coraje y superación (2010). Su último trabajo es «Amores compartidos», sobre la custodia compartida. En la actualidad, está terminando su primera novela.
laopinóndezamora.es » Zamora
ESCRITORA
Perfil : Silvia Laforet
«La custodia compartida debe ser la primera opción, porque es lo natural»
«Muchas mujeres aprovechan indebidamente la Ley de Violencia de Género para perjudicar a sus parejas»
La escritora Silvia Laforet.
Foto Emilio Fraile
B. BLANCO GARCÍA La escritora Silvia Laforet defiende, desde la propia experiencia, la custodia compartida como la mejor opción para los hijos, una vez que la pareja se divorcia.
-¿Cómo surge la idea de escribir un libro sobre este tema tan personal?
-Surge de mi propia experiencia. Me divorcié hace cinco años y desde el primer día decidimos la custodia compartida de nuestros hijos. En el mercado había algún libro sobre este tema, pero no hablaba de temas reales, sino de leyes o aspectos psicológicos y además escritos por personas que ni siquiera tenían hijos. Pensé que podía ser enriquecedor aportar mi punto de vista. Además, mucha gente me preguntaba, con curiosidad o con mala idea, cómo habíamos llegado a este tipo de custodia. Y este libro es una forma de contestar a todas las dudas.
-¿Quiénes son los destinatarios de este libro?
-En España hay 150.000 divorcios al año, así que ahí tenemos 300.000 personas sufriendo, además de sus hijos. Pero no solo ellos sufren, sino también desde los abuelos hasta los cuñados, pasando por los propios amigos de la pareja. Acaba afectando a toda la familia.
-¿Por qué considera que la custodia monoparental es machista?
-Creo que perpetúa actitudes machistas. Tenía su sentido cuando se aprobó la Ley del Divorcio hace treinta años, porque la mujer estaba en casa y no trabajaba, era otra vida y otra sociedad. Podía tener un sentido, aunque sigo defendiendo que los niños siempre necesitan a su padre. Ahora la sociedad ha cambiado y las mujeres no pueden seguir asumiendo en solitario todas esas obligaciones, que son un privilegio, pero también conlleva mucha logística y carga, mientras que el hombre lo único que hace es visitar de vez en cuando a sus hijos y pasar un rato con los niños. Eso no es igualdad, sino todo lo contrario.
-¿La custodia compartida responde, en cierto sentido, a ese cambio social?
-Hay que evolucionar, si lo hace la sociedad, también lo tienen que hacer las leyes y las actitudes. Si las parejas de hoy en día comparten las responsabilidades como padres y existe una igualdad, no tiene por qué romperse cuando hay un divorcio. Tiene que seguir exactamente igual. Pero, sobre todo, se trata de un derecho de los niños, porque necesitan a su padre y a su madre por igual, las dos referencias y los dos modelos. Porque por muy iguales que seamos en derechos y capacidades, no lo somos en sensibilidades y formas de actuar y eso enriquece a los niños, que necesitan a los dos para su normal desarrollo.
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«ese feminismo falso es insultante para la dignidad de la mujer»
«Ese feminismo falso es insultante para la dignidad de la mujer»
El juez Serrano recibe el homenaje de la Plataforma Ciudadana por la Igualdad
El obispo auxiliar y el presidente del Consejo de Cofradías conversan con el juez Serrano en su homenaje
Miércoles, 30 de Noviembre, 2011
El nombre que llevaban las mesas en las que se celebró la cena no era inocuo. Equidad, libertad de expresión, infancia... La defensa de determinados valores fundamentales fue el bastión que exhibieron quienes, a pesar de las denuncias ante la Fiscalía, decidieron dar la cara por el juez de Familia Francisco Serrano, condenado por prevaricación por el TSJA tras decidir cambiar el turno de custodia de un niño para que saliera en una cofradía, que era su deseo. Desde el obispo auxiliar,Santiago Gómez Sierra, al consejo de cofradías en pleno, pasando incluso por el presidente de la Federación de Tenis, José Luis Escañuela, enfrascado estos días en la final de la Copa Davis, arroparon a Serrano en un acto al que asistieron políticos, periodistas y, sobre todo, abogados y profesionales de la carrera judicial. El Hotel Inglaterra se abarrotó en la convocatoria de la Plataforma Ciudadana por la Igualdad. Pero guardó un silencio rotundo cuando tomó Fernando Otero, de la Plataforma convocante, la palabra. «Esto es un reconocimiento a don Francisco Serrano por su defensa del interés superior del menor y por su lucha contra el maltrato». Guadalupe de la Fuente, presidenta de los abuelos de padres separados, emitió la primera sentencia: «Serrano es un hombre justo, para mí es un referente en esta batalla por la igualdad». Un poema de Blas de Otero alivió el ambiente. «Nos queda la palabra. Después otro de Hierro, y otro de Goytisolo. Y el de León Felipe: «Yo sé que la angustia del hombre la ahogan con cuentos». Cuentos viejos que quedaron asfixiados por la prosa comprometida del protagonista: «Yo vengo a hablar de igualdad, pero de igualdad de verdad. Igualdad con respeto a la diversidad, a la individualidad, contra los clones, porque las únicas sociedades en las que se busca clonar a los ciudadanos son las totalitarias». La primera reflexión de Serrano halló el asentimiento unánime de los asistentes, que siguieron sus palabras casi religiosamente: «Actualmente hay una discriminación a la mujer por el hecho de ser mujer. Yo defiendo a las mujeres maltratadas. Siempre defiendo a los más débiles, que son los niños, que tienen derecho a vivir con felicidad con su padre y con su madre. Reivindico la felicidad para los niños de padres separados, cuya mejor opción es la custodia compartida. Y propugno la eliminación de los conflictos, porque los conflictos son la principal fuente de violencia».
Entonces confesó su estado personal: «Estoy pasando una etapa difícil, una travesía del desierto. Pero como juez lo que intento es evitar el conflicto. Primero me ignoraron, después se rieron de mí, después me atacaron. Entonces gané. Esto lo dijo Gandhi. El pleito del que hay que estar más orgulloso es de aquel que se puede evitar, no el que se ha ganado. Hay que evitar el conflicto», repitió antes de su alegato final. «Como juez siempre he procurado defender el interés de los más débiles. Cuando no había Ley de Violencia, aplicaba medidas de alejamiento a maltratadores, que hay muchos todavía que incluso ni han salido a la luz. Entonces no había ni asomo de una ley que era necesaria, pero que tenía que haber sido pactada por expertos. Aquí la política que se aplica es la de Stalin, la ciencia sometida al poder político, a la ideología, a ese pensamiento único que nos hace esclavos. Ese fanatismo está perjudicando a las familias, a nuestros hijos, que ante todo quieren paz con su padre y con su madre. Y lo que más restringe a la mujer y la limita es el empeño por relegarla a las labores domésticas de crianza de los hijos. Ese feminismo falso que dice que la mujer por el hecho de ser mujer es la más débil es insultante para la dignidad de la mujer». El aplauso todavía mantiene su eco en la Plaza Nueva...