Estudios recientes señalan que los niños de padres separados abandonan prematuramente el hogar, tienden a padecer problemas de baja autoestima e, incluso, en ese colectivo aumenta un 45% los casos de chicas que contraen matrimonio antes de cumplir los 20 años de edad frente al 15% de aquéllos que conviven con ambos cónyuges.
Cada lunes, los miembros de la Asociación de Padres de Familia Separados de Sevilla (Apfs) se reúnen en el Centro Cultural Ateneo Andaluz de Dos Hermanas (calle Chapi s/n) para difundir el valor que la figura paterna tiene en el desarrollo psicosocial de su hijo, que raras veces se demuestra en el ámbito judicial.
El encuentro sirve de punto de referencia para separados y divorciados que sienten desigualdad de condiciones respecto a su cónyuge frente a la justicia en una separación con hijos. La Apfs -que actualmente congrega a más de 22.000 socios desde su formación en 1993-asegura que quiere pasar «de las palabras a los hechos» al considerar que poco han cambiado la dinámica en los últimos quince años y que sus reivindicaciones no han sido atendidas. Ofrecen al interesado asesoramiento legal y apoyo psicológico para que «luchen por los derechos que le corresponden como padres y como personas y para evitar que se nos discrimine social y judicialmente».
Reconocen que si bien se ha promulgado una normativa que concede a los padres las calificaciones escolares de sus hijos, la aplicación de un gravamen especial en la declaración de la renta, la aprobación legal de la custodia compartida o la concesión del divorcio directo, hay «otros aspectos» que aún no se han tenido en cuenta.
Piden así la creación del Instituto de la Familia, en sustitución del Instituto de la Mujer, y que se potencien los «puntos de encuentro» completamente imparciales y dirigidos a la atención de hijos que tienen problemas para comunicarse con alguno de sus padres. De otro lado, consideran necesaria la creación de juzgados de familia en las grandes ciudades, acompañada de la implantación de la mediación familiar obligatoria para la consecución de la custodia compartida.
Demandan igualmente la construcción de centros de acogida para hombres maltratados, y el establecimiento de pisos de acogida para hombres obligados a abandonar el domicilio conyugal por sentencia judicial de separación. Advierten de que la mayoría superan la edad para acceder a ayudas para la vivienda y que las opciones de un piso de alquiler por sorteo es reducida. «Según Emvisesa, mi nivel de ingresos es demasiado elevado, pero lo son más aún mis gastos. A la pensión de alimentos, hay que sumarle el pago del 50% de la hipoteca de una vivienda que se le otorga en régimen de usufructo a la que fuera mi pareja, más el del alquiler de mi vivienda actual. Si Emvisesa considera mis ingresos elevados para subvencionarme, los bancos, mucho más realistas, me excluyen como cliente hipotecario por considerarme incapaz de cumplir con los pagos de cualquier préstamo», relata un padre separado.
Lamenta que «en mi piso, el espacio para mis hijas es mínimo, frente al mal llamado hogar familiar que curiosamente, financio en parte. Mi necesidad económica es padecida también por ellas, que aprenderán a identificar a la madre con prosperidad y comodidad y al padre como unos incómodos momentos».
La asociación considera en esta línea, que debe darse una reforma legislativa en la que se contemple, desde la aplicación efectiva «y sin trabas» de la custodia compartida por defecto en todos los casos de separación contenciosa hasta la liquidación de los bienes gananciales en el momento del divorcio, la desaparición de las pensiones compensatorias o la pensión de viudedad para la última esposa. De igual forma, entienden que la reforma debe incluir la persecución penal del impedimento del régimen de visitas, así como la persecución de oficio de las denuncias falsas y la creación de Juzgados de guardia o Puntos de Encuentro para incumplimientos de entrega en los regímenes de visitas, pero sobre todo, que los abuelos tengan el pleno derecho de estar con sus nietos.