"...Lo que más llama la atención en el SAP
es la ausencia de ambivalencia en el odio del menor, es uno odio
similar al de un fanatismo terrorista. Frente a este odio, el menor
suele considerar al progenitor alienador como una persona sin ninguna
tacha, una víctima vulnerable a la que tiene que defender..."
Sección: Salud Mental, Implicaciones Legales y Forenses
SÍNDROME DE ALIENACIÓN PARENTAL: NIÑOS MANIPULADOS
TRAS LA SEPARACIÓN Dña. Victoria Trabazo Arias, Editora y Coordinadora
Sección
Las últimas estadísticas señalan que en España una pareja se rompe
cada cuatro minutos, ya no resulta extraño tener en nuestro círculo
más cercano alguna pareja que se ha separado, nuestro vocabulario se
amplía con términos como "pensión alimenticia", "custodia compartida",
"régimen de visitas", etc. Detrás de esta realidad se encuentran
diversas historias, en los mejores casos los progenitores han podido
llegar a un entendimiento para que sus hijos superen el trauma de la
separación, en otros muchos este entendimiento no se ha podido dar
dando lugar a un gran sufrimiento tanto para los menores como para los
adultos implicados.
Una de las situaciones más traumáticas es cuando se observa en un
menor el Síndrome de Alienación Parental (SAP). El SAP definido por
Richard Gardner en 1985 es "un trastorno caracterizado por el conjunto
de síntomas que resultan del proceso por el cual un progenitor
transforma la conciencia de sus hijos, mediante distintas estrategias,
con objeto de impedir, obstaculizar o destruir sus vínculos con el
otro progenitor", es decir, uno de los progenitores manipula al menor
con el fin de que éste rehace al otro.
Es importante señalar que el SAP se diagnostica en los menores cuando
esta manipulación ya se ha producido, es decir, no es suficiente que
el progenitor alienador lleve a cabo una conducta de manipulación,
sino que es necesario que esta conducta realmente tenga efecto.
Lamentablemente esto hace que la intervención psicológica para reparar
el daño sea muy complicada ya que nos encontramos con menores
convencidos de que su odio hacia el progenitor alienado está
totalmente justificado.
El SAP aparece en un menor tras un proceso que puede variar en el
tiempo según los casos, cuánto más tiempo pase el progenitor
manipulador con su hijo, más tiempo tendrá para desarrollar su campaña
de injurias y desacreditación. Lo que más llama la atención en el SAP
es la ausencia de ambivalencia en el odio del menor, es uno odio
similar al de un fanatismo terrorista. Frente a este odio, el menor
suele considerar al progenitor alienador como una persona sin ninguna
tacha, una víctima vulnerable a la que tiene que defender. Además,
cuando al menor se le sugiere que puede haber sido en algún modo
manipulado, se defiende asegurando que siempre ha pensado así y que
nadie le ha dicho lo que tenía que pensar.
En numerosas ocasiones este odio que siente el menor, y que carece de
todo sentimiento de culpa, se extiende a todo el entorno del
progenitor alienado como pueden ser os abuelos, los primos, amigos, el
domicilio del progenitor o la nueva pareja.
El progenitor alienado recibe este ataque por parte de su hijo
inicialmente con gran estupor y posteriormente, cuando va viendo cómo
pasa el tiempo y la manipulación aumenta, con gran frustración e
indefensión. La lentitud de las decisiones judiciales contribuyen en
muchos casos a aumentar esta sensación al no encontrar medios para
parar este proceso manipulativo.
En la mayoría de los casos en los que son varios los menores
implicados la manipulación se extiende a todos ellos con el fin de que
hagan un frente común hacia el progenitor alienado.
El SAP tiene serias consecuencias a largo plazo. En los casos en los
que la intervención es efectiva, por un lado el menor tiene que
enfrentarse a un fuerte sentimiento de culpa por su enfrentamiento con
uno de sus progenitores y por el otro tiene que reconocer que la
persona en la que confiaba ciegamente lo ha utilizado.