En Estados Unidos lo que se considera sagrado, mucho más que el respeto a la bandera, es la libertad de expresión. Es perfectamente legal quemar banderas, por ejemplo (ratificado por el Tribunal Supremo en 1990). Si la mayoría de la población de allí siente apego por su bandera, y su himno, pues genial (igual es que algo han hecho para que sea así), pero quien no la sienta tiene también reconocido su derecho a no hacerlo. Entiendo que lo que estás planteando tú es que, o bien a la gente deba tener el apego que tú quieres que tenga (porque tú quieres, lo cual sí que es quijotesco), o que se les prohíba, que significaría todo lo contrario al sistema legal y de valores que estás poniendo como ejemplo.
Lo de quijotesco efectivamente es aplicable en este caso, pero para lo común de las Españas como es tu ejemplo, sobre todo.
Igual lo que habría que hacer es dejar de poner el carro delante del caballo, y tener una bandera o un himno con el que la gente se identifique, más que tener uno impuesto con el que desde antes de haberse elegido ya había importantes capas sociales, incluso mayoritarias en ciertos territorios, que no lo reconocen como propio, más que indignarse porque no aprecien lo que nunca ha apreciado y se les ha impuesto sin alternativa, heredado de una guerra civil y únicamente "elegido" en un referéndum que se votó como "o esto o nada".
Efectivamente, tomemos ejemplo en esto de los EEUU y prioricemos la libertad de expresión.
Estados Unidos, nos da un ejemplo claro a los españoles. Se compone de 50 estados, cada uno con su bandera propia, pero a nivel nacional, nadie discute la bandera de Estados Unidos, como una única bandera de todo el país.
Deberíamos tomar ejemplo todos los españoles y sobre todo, los de las autonomías que todos conocemos, donde la exhibición de la bandera de España, se toma como un insulto a los habitantes de esas autonomías, por parte del resto de los españoles.
Y no digamos del himno nacional.
Todo esto parece esperpéntico. Somos un país de quijotes.