Asunto: Perro diagnosticado y en tratamiento por insuficiencia cardíaca que es llevado a otra consulta veterinaria para una segunda opinión.
Tiene tos y alteraciones respiratorias. El veterinario, tras la exploración y la explicación de detalles por su dueño, decide administrarle un inyectable y prescribir dos medicamentos más que su dueño debe administrarle cada 12 horas (además de los dos que ya tomaba desde hacía un mes prescritos por el anterior veterinario).
Transcurridas poco más de 24 horas, el animal muestra signos de agravamiento de su enfermedad y muere repentinamente.
El dueño atribuye el desenlace a la nueva medicación administrada al perro y se plantea demandar al veterinario por una mala práctica profesional.
¿Podríais aconsejarme sobre la forma de conseguir pruebas para aportarlas con la demanda? La medicación prescrita está recogida en documento escrito, pero no así el inyectable que le suministró en la consulta y del que se sospecha que pudo ser el desencadenante.
¿Cómo se valora económicamente este daño moral producido al dueño? Gracias.