En los arrendamientos de vivienda como es este caso, el rendimiento neto que es la diferencia entre los ingresos (lo que paga el arrendatario) y los gastos deducibles deducibles, se reduce en un 60%. Por tanto, si obtuvieras unos beneficios de 1000 € se quedarían en 400 y tributarás por esta última cifra.
Si el arrendatario tiene una edad comprendida entre 18 y 30 años y unos rendimientos anuales netos superiores al IPREM (unos 7500 €), entonces la reducción es del 100%. Como tu futuro inquilino reune esas condiciones, todos los beneficios obtenidos serán deducibles y la tributación será cero.
SIEMPRE es más rentable tenerlo alquilado que vacío, lógica pura
Y, si además la edad el inquilino te permite aumentar las desgravaciones, todavía mejor.