Mis padres tienen unos vecinos que, solo por mala fe, están intentando que mis padres hagan unos cambios en la fachada a los que según las escrituras no está obligado: cambiar su contador del gas, que ahora está en la misma caja que el que ellos tienen en la fachada que va a la calle, y ponerlo en la parte de nuestra fachada que da a un patio interior. Cabe decir que la caja es propiedad de la compañía del gas y lo único que les "molesta" es que un tubo de poco más de un metro pasa por la parte de la fachada (común) que da a su casa.
El hecho es que, como no se atreven a llevarlos a juicio, pues perderían y tendrían que pagar las costas (según su abogado), lo llevaron a un acto de conciliación que terminó con avenencia. Mi padre, débil de carácter, por evitarse más juicios y problemas, y puesto que esos vecinos ya amenazaron físicamente a varias personas (incluida mi madre) firmó que llevarían a un técnico (en el acta figura su nombre y apellidos) que evaluaría si se pueden hacer, y haría los cambios que piden.
La familia mostramos nuestro desacuerdo, y él me dio poderes a mi para llevar a cabo este asunto. Me gustaría, pues, saber si ahora se debe llevar al término el acuerdo, o si podemos desdecirnos, puesto que considero lo siguiente:
- En el acto de conciliación, los vecinos alegaron que era muy peligroso tener dos contadores en una misma caja. Esa caja fue instalada por un técnico cualificado de Gas Natural, y ha pasado todas las revisiones reglamentarias. Por tanto, la supuesta peligrosidad es una invención... que condicionó en parte que mi padre accediera a que viniera un técnico.
- El técnico, del cual dan nombres y apellidos, ya había hablado previamente con los demandantes. Además, identifico un conflicto de intereses, puesto que el mismo que evaluará si los cambios se pueden hacer (que poder, se pueden, aunque no sea obligatorio) será el que los realice, según el acta. El técnico, que no es de la compañía de gas, tiene incentivos económicos para evaluar a favor de los demandantes.
- Mi padre, un hombre de 70 años sin estudios ni mucha cultura, fue al acto de conciliación sin saber qué le pedirían, y allí mismo firmó sin haber sido asesorado adecuadamente por su abogado.
Por tanto, me gustaría saber si ahora podemos decirles que no cambiaremos el dichoso contador.