Y lo que es más grave no es eso, este es el momento propicio para que el administrador se haga dueño de la situación; el administrador aprovecha esa debilidad perversa de los presidentes y sus acompañantes de turno, ante la incorregible aptitud tolerante y contemplativa del resto de propietarios que se muestran aborregadamente afectivos con la actuación de sus compañeros, condescendientes, insensatamente confidentes de sus acciones perversas ; por simpatía, por su lamentable falta de capacidad de criterio en las necesidades saludables del gobierno de la comunidad, gente que no sabe están siendo utilizados , sin criterio y sin ideas, es aquello a quienes les he bautizado como