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cuando ya no te quieren

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Cuando ya no te quieren
11/02/2008 14:08
Cuando ya no te quieren

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Varios centros de menores gallegos acogen a niños rebotados de adopciones frustradas ·· La Administración reconoce que "es un fracaso para todos" ·· Los padres suelen argumentar que no pueden con ellos

ANA CONDE (AGN) • SANTIAGO Lunes 11.02.2008

Las estadísticas dicen que entre el 1,5 y el 2% de las adopciones, tanto nacionales como internacionales, acaban en fracaso en España. Y Galicia no es ajena a esta dura realidad, aunque se trate de un tema del que nunca se habla por resultar incómodo a la Administración y a la sociedad.
"El fracaso existe y es nuestra gran pesadilla", reconocen fuentes del sistema gallego de menores, que aseguran que los casos de ruptura familiar suponen una mancha porque "son historias en las que fracasamos todos.

En los casos de adopción frustrada se dan dos circunstancias: una ruptura muy importante de las expectativas de los padres, que se esperaban un hijo más cariñoso y fácil; y luego un menor dañado por su propia historia, lo que supone dificultades de control y adaptación. Cuando se produce la ruptura, el menor vuelve a ser tutelado por el sistema de protección. Los padres argumentan que no pueden con ellos y los devuelven.

Aunque el porcentaje de fracaso aún es residual en la comunidad, cada adopción frustrada implica un gran drama por ser una forma de abandono que se produce precisamente en menores que ya han sido víctimas de un abandono previo.

En Galicia son imposibles de contabilizar los fracasos al no haber registros oficiales. Sin embargo, AGN pudo confirmar la existencia de esta realidad al tener acceso a los datos de ocho centros de menores, de los 66 que hay en la comunidad, que en la última década acogieron a 25 menores rebotados de adopciones frustradas. El fracaso también es significativo, a la luz de estas estadísticas, en los casos de acogimiento por parte de familiares. Se registraron 34 situaciones de este tipo.

EXPERIENCIA

Rechazo y abandono del hogar

En el caso de Natalia Montánez, fue ella quien rechazó a sus padres adoptivos. A los 11 años ingresó en un centro de menores y con casi 17 tuvo la suerte de encontrar a una familia. "Por mi experiencia familiar anterior sentía desprecio hacia mis nuevos padres, y no quería ser adoptada", relata la joven, que apenas aguantó en su nueva casa un año. "Cuando iba a cumplir los 18 me largué". Sin embargo, los tres años que pasó "viviendo por mi cuenta" descubrió lo mucho que le había aportado su nueva familia y decidió volver a casa .


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