Antes de nada, disculparme por abrir un nuevo tema que tal vez podría incluirse en el hilo de algún tema previo, pero, según he visto, aquellos donde podría tener colación llevan meses inactivos o no inciden sobre el aspecto concreto de mi caso.
La cuestión es la siguiente:
Esta mañana, como de costumbre, dos compañeros y yo nos dirigíamos desde nuestros lugares de residencia habituales a la localidad donde desempeñamos nuestro trabajo (Lorca). Nos trasladamos siempre en uno de nuestros vehículos, rotándo cada semana el propietario que conduce para ahorrar gastos y ganar comodidad. El caso es que es frecuente que, a la entrada de la ciudad, se realicen controles policiales, habiéndo sido obligados ya varias veces a someternos a ellos, siempre con total cooperación por nuestra parte y sin contratiempo alguno (salvo las lógicas molestias derivadas de la situación que, sinceramente, ya empiezan a cansar por lo reiterado).
Esto nos causa alguna que otra molestia adicional pues, otros compañeros de trabajo, al no ser obligados a realizar el control y pasar por allí a una hora parecida, suelen mofarse de nosotros... Pero hasta aquí, nada que no sea demasiado insoportable.
El caso es que hoy (la cuarta vez que nos obligan a detenernos, y la segunda en lo que va de mes y, por extensión, de año), además de, como en ocasiones precedentes, haber sido obligados a identificarnos, a abandonar el vehículo (que ha sido registrado de forma pormenorizada y dejado algo desordenado) y a consentir que registren nuestras bolsas de trabajo, donde llevamos nuestras herramientas y la comida, pues pasamos todo el día fuera, hemos sido también obligados a un cacheo exhaustivo que ha concluido con la introducción de los dedos entre los pies y los zapatos y, lo más desagradable, con el requerimiento de abrir nuestros pantalones para que nos examinaran el interior de los calzoncillos, y todo esto a la vista de cualquier conductor o viandante. No hemos protestado en ningún momento y no ha surgido incidencia alguna, además de que hay que decir que los agentes han sido siempre correctos y educados... Lo que no evita que, de algún modo, nos hallamos sentido vulnerados y humillados.
Entiendo que los agentes cumplen con su trabajo y que, quizás, para ellos sea todavía más desagradable tener que registrar a alguien de forma tan minuciosa, pero según me he estado informando creo que estábamos en nuestro derecho a negarnos a que el cacheo llegase al punto de inspeccionar visualmente nuestros genitales...
No puedo sino sentirme algo indignado, por mucho que sepa que lo hacen por el bien general de los ciudadanos, pero me gustaría saber, entre otras cosas, el porqué de tanta reiteración para con nosotros (somos trabajadores en torno a los 30 años completamente normales, no más ni menos sospechosos de nada que cualquier otro) y, sobre todo, si el cacheo ha estado dentro de lo normal o se han excedido. Es una sensación increíblemente incómoda que se está repitiendo demasiado (algunos compañeros nos han vuelto a ver en el momento del cacheo y en una actitud ciertamente vejatoria, en tanto y cuanto no había ningún motivo para sospechar, creo yo), y nos gustaría saber qué podemos hacer, si es que podemos...
Y es que, en concreto, me molesta que se presuponga tanto de mí cuando soy una persona totalmente contraria al consumo de drogas. Aunque, claro está, el caso es que tampoco han tenido nunca el detalle de decirnos por qué nos paraban ni de qué se sospechaba de nosotros, así que no sabemos si el asunto era por contrabando de estupefacientes, posesión de armas, terrorismo o propagación de enfermedades venéreas.
En fin, ha sido muy desagradable, y nos gustaría que alguien nos aclarase si hemos sido víctimas de un abuso o de si tenemos que resignarnos a airear nuestras partes pudendas cada cierto tiempo, pues no podemos prescindir de nuestro trabajo.