Hace unos años, no muchos, los comentarios que hace Don Francisco, o yo mismo, suscribo los de él, no se los creían muchas personas, estaba ahí el algo habrá hecho, o la simple incredulidad de que eso no podía pasar en un estado de democrático y de derecho. Los despedía con una palmada en la espalda, tranquilo, llegarás, sin gastar energía alguna en superarte. Nueve meses después me los encontraba viviendo en un camping. ¡Cómo te comprendo ahora!, me decían.
Hoy en día, por lo menos, observo que no sólo cada vez hay un mayor número de personas que saben que son ciertos esos comentarios, sino que ya los ilustran con su propia experiencia personal, sea directa o indirecta. Es lógico, el número de víctimas no para de crecer, no sólo son las víctimas directas, hombres que ven violados sus más básicos derechos, sino que detrás de un hombre hay un gran número de personas que son víctimas colaterales, las más visibles, quizás, sus padres, los abuelos de esos hijos castrados de la figura paterna. Las menos visibles, pero las más importantes, son los hijos. Digo no visibles porque los efectos no se ven a corto plazo, aunque ya se empiezan a notar los mismos. Muchos españolitos, menores hoy, están condenados a ser carne de presidio o carne de psiquiatra, indefectiblemente ya.
Sin contar que el fracaso escolar no sólo es producto de un sistema educativo que está considerado como el segundo peor de Europa, sino producto también de crecer en un ambiente donde la figura paterna, tan importante como la materna, brilla prácticamente por su ausencia. Es la consecuencia de las actuales políticas de estado que derivan de la aplicación a la sociedad española de la ideología de género. Los totalitarismos, y su expresión práctica son las dictaduras, evolucionan. Al evolucionar se vuelven más perversos. Y no olvidemos nunca que un totalitarismo es una forma especial de delinquir y los delitos que se cometen al amparo del mismo son los más perversos, tanto que sus consecuencias finales adquieren la forma de holocausto. Para consumar un holocausto hoy en día no hace falta un horno crematorio, sino llevar a cabo algo mucho más diabólico, sin precedentes en la historia de la humanidad, privar a los menores de la figura paterna. Fomentar desde el propio estado la destrucción de la familia, partiéndola, desmembrándola, es el objetivo de las nuevas mafias de género. Antes se metía a la familia entera en un horno crematorio, punto final. Hoy no, hoy lo rentable es convertir a todo quisque o quisqui en zombie, en un muerto en vida, muy manejables. El zombie puede seguir produciendo, con dos se hace yunta y una buena yugada.
Y recuerdo que si la democracia no es el sistema político perfecto se admite, en general, como el mejor. De la misma manera que la familia ha demostrado ser una unidad básica de agrupación social que ha garantizado nuestra supervivencia como seres humanos desde la noche de los tiempos. No sólo física, responde a necesidades psíquicas también. Nuestros políticos necesitan aprender una gran lección: los experimentos en ingeniería social, en su casa y con gaseosa. La ideología de género se la guarden en sus bolsillos y, recuerden, ustedes están a nuestro servicio no nosotros al servicio de ustedes. Sin perjuicio de que la constitución les permita abrir templos donde, los creyentes y creyentas, puedan adorar a la Diosa del Género y de la Igualdad. Me parece perfecto siempre que circunscriban tales practicas a tales recintos, que deben cumplir con la normativa municipal, vamos que sus cánticos y el chasquido de sus cilicios no molesten al resto de mortales. Léanse en tales templos el evangelio según Valerie Solanas y predíquese lo del género, donde uno tiene derecho a ser, contra toda realidad biológica, hombre, mujer, seta, hongo o hermafrodita, a tiempo completo o parcial y hasta compaginando vida social, familiar, laboral y sexual. Fuera de ese contexto, fuera de esos templos, a lo que no tiene derecho ningún político es a obligar a todos los ciudadanos a la práctica del sexo anal, pues hay algo más sagrado que la constitución, el orificio donde se viene a hacer efectivo el evento, según ellos de carácter festivo y constitucional. Me parece muy bien que cada uno crea ser lo que quiera, incluso Napoleón, serlo efectivamente es otra cuestión, y menos pretender que todos lo seamos por decreto ley, con embudo por sombrero y turuta de pregonero. Al final todos seremos peces, unos por formar cardumen de besugos y besugas, eso si, de género, el resto como pescaditos, fritos.
El miedo provocado por la cantidad de asesinatos de mujeres por parte de sus parejas ha creado una espiral de alarma social, justificada por lo grave del problema. Esto ha sido atajado por parte del gobierno con una ley poco eficaz, que ha dado como consecuencia la multiplicación de falsas denuncias por parte de mujeres sin escrúpulos que pretenden sacar mejoras en el proceso de separación y divorcio. Los juzgados, atascados como están, no pueden hacer frente a tanta denuncia y cuando está no resulta probada acaba por archivarse, sin mayores consecuencias para las denunciantes pero con el perjuicio irreparable de los perjudicados, que arrastran el estigma psicológico, cuando no la duda sistemática a su honorabilidad que queda igualmente sin reparar. La posición de los jueces ante la alarma social y para curarse en salud, lo primero que hacen en segundos es dictar una orden de alejamiento y ya se demostrará si es cierta la causa. A esto ha contribuido la prensa de manera irremediable. Ningún juez quiere ser tachado de negligente ¡por si acaso! y a ese exceso de celo y de sobreprotección de sus propias espaldas anteponen su tranquilidad a la de muchos infelices que lo sufren. Habría que ver si se están respetando los derechos de cualquier ciudadano, al que se le priva de su presunción de inocencia de manera tan radical, en esa Ley Integral sobre la Violencia de Género, que discrimina positivamente. ¿Y la demás violencia de toda índole no entra dentro de este parámetro? Las consecuencias de esta ley se van a ver y se están viendo actualmente. La policía conoce la situación, los jueces, fiscales y abogados, también, pero no es políticamente correcto que se manifieste públicamente. Sólo la voz de la Juez Decana de Barcelona tuvo la valentía, y sigue teniéndola, de denunciar esta situación y lo que de ello se deriva. Este que suscribe es un afectado por esta falsa denuncia que destruye el ánimo y la salud, y eso que aún no había entrado en vigor la ley susodicha. Fuí denunciado falsamente por mi ex mujer y un abogado sin escrúpulos el 25 de Febrero del 2003 en el Juzgado nº 1 de Antequera por "reiteradas palizas y reiterados malos tratos" contra mi ex mujer. Primeramente la Juez Sustituta, bisoña, de cuyo nombre no quiero acordarme por ahora, me aplicó una orden de alejamiento injustificada, ya que mi mujer declaró que yo no le había pegado nunca. Y ahí concluyeron sus pesquisas. Esta situación duró seis meses, al cabo de los cuales el Juzgado me quitó la orden de alejamiento que fue recurrida a la Audiencia de Málaga. Mientras mi mujer había estado llamándome todos los días varias veces, conminándome a que aceptara unas condiciones de separación en el que el reparto de bienes era totalmente inaceptable para mi, o de otro modo que "se lo llevara el Diablo todo!". Y con ese martirio continuo y diario pase mi infierno, con una depresión de la que aún no me he podido librar y la tensión arterial subida a 22 y una lesión arterial, con lo que me hice asiduo del Hospital de Antequera casi a diario. Con la lentitud que caracteriza a nuestra justicia, sólo al cabo de un año me llegó la resolución de las Diligencias Previas de la Audiencia de Málaga, aunque parece ser que desde el 25 de noviembre ya estaba resuelto el archivo de la causa. No fueron muy diligentes a la hora de tranquilizarme, ¡cosas de la administración de Justicia española! En esta resolución se confirma la falta de pruebas. Pero lo más imperdonable es que para toda la argumentación de la causa, fueron aportadas pruebas médicas falsas, testigos falsos. Y frente a estas irregularidades escandalosas, yo disponía de las grabaciones que se me ocurrieron hacer de las llamadas habidas de mi ex mujer, en las que se desmontaba todo el tinglado e incluso mi mujer aseguraba que el primer abogado que puso la denuncia fue el causante de ella. Este tuvo que dejar la causa cuando en el Juzgado mi ex declaró que yo jamás le había pegado. Lo que no importó a otro colega seguir con lo mismo, sabiendo, como se demuestra en las grabaciones que todo era falso. Eso sí, las peticiones en el reparto de bienes eran desproporcionadas, seguramente por aumentar la minuta de este gran adalid de la justicia y la ambición de mi ex. Todas las pruebas en mi poder las ofrezco y están disponibles para prensa de cualquier medio y por si sirve para que a ninguna persona más vuelva a pasarle lo mismo. ¿De qué me sirve todo eso? Esto no me lo cura nadie. Y mientras sigo atento a todos lo que sufren por las mismas causas. Atentamente, Francisco Aroca Jiménez D.N.I: 75 671 681 W
Este articulo fue publicado por la asociación de fiscales hace unos 8 años, cuando de hablaba de esto y te tomaban poco mas o menos que de loco, hoy con todas las pruebas guardadas bajo llave sigo esperando el día de la Justicia, mucho me temo que voy a morir en el intento.
Hoy mas que nunca sufro las consecuencias del daño causado Ictus cerebral, tensión arterial severa, depresión y algunas cosas mas por la gracia de las políticas degeneradas de la trupe política Española pero eso si sigo con la lucha sin cuartel contra la tiranía y el totalitarismo de genero-genera