Buenas noches:
Quisiera exponerles mi caso. Resulta que un vecino ha dejado la puerta de su jardín abierta y un perro que tiene ha accedido a la puerta de su casa y la ha abierto. El perro estaba vagando por la calle y yo lo he llevado a su casa cuando me he percatado que estaba la puerta abierta. He picado al timbre pero no había nadie. He metido al perro y he cerrado cuando para mi sorpresa he visto que éste podía abrir la puerta. Se ha vuelto a escapar y esta vez he entrado dentro y he dejado al perro en el jardín. Para hacer esto he tenido que entrar en su casa y se me ha roto un vasito porque no veía nada.
He salido enseguida y he cerrado la casa. ¿Se considera allanamiento de morada? Se lo he comentado a mi pareja y me ha dicho que sí y que me puedo meter en un lío. Me gustaría que me dieran su opinión. Muchas gracias.
Técnicamente, sí. Pero es cuestión de ir mañana a explicárselo al vecino.
De hecho, si el perro tenía algún valor, y al no existir dolo ni intereses espúreos en tus actuaciones, podría considerarse un cuasi-contrato por devolverle el perro (esto no viene a cuento, ni te debe interesar a tí para nada, es sólo una suposición teórica)....
De hecho le dejé una nota diciendo quién era, y que si volvía a dejar al perro (que es de gran tamaño) suelto, porque no dejó cerrada su casa con llave (además las ordenanzas municipales prohíben soltar a los perros, hay que llevarlos atados); lo denunciaría a la guardia civil. No sé si me pasé ya que yo tengo perros y gatos y los llevo siempre atados. Además ya me han matado algunos gatos precisamente por tener a los perros grandes sueltos por ahí y por eso me dió mucho coraje. ¿Actué bien? Gracias por sus respuestas por anticipado.
Gracias por el consejo, aunque no sé si al final hablaré con él ya que desde que vino a vivir al vecindario no he hablado nunca con él y me da un poco de corte. De todas maneras estoy más tranquilo. Gracias de nuevo.
Yo de ti no hubiera mezclado las advertencias de que lo ibas a denunciar con la información de que habías entrado en su casa sin su consentimiento cuando él no estaba, a no ser que hubiera sido para apagarle un conato de incendio que no es el caso.