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Agresion policial

144 Comentarios
Viendo 21 - 40 de 144 comentarios
08/08/2009 21:41
Vale te referías al foro entero no al hilo.


Y que coste que estoy de acuerdo con que se sancione al que se baña en las fuentes publicas lo que no estoy de acuerdo es la forma de querer solucionar los problemas creando de un pequeño problema un gran problema .


No se va a tirar por suelo toda la labor policial pues de hecho los policías en general son bien vistos por los españoles , los que pueden echar por tierra esa imagen son las ovejas negras que hay dentro de ese colectivo que a las que no se pueden defender nunca a los que los propios compañeros deberían perseguir con la mayor de las sañas.

Yo por mi parte tengo gran aprecio a la mayor parte de los policías pues me han ayudado mas veces que me han perjudicado desde un policía municipal de Madrid que había sido camionero me ayudo a sacar un camión de una calle muy estrecha de Madrid pasando por policías nacionales a los que vi parar a unos porteros que estaban pegando una paliza a un chaval y también a la guardia civil que hacen una gran labor en la carretera poco reconocida.

Pero también hay algunos miembros del CNP y policías locales con no mas de veinticinco años que a la mínima ya están a la defensiva en el que pareces que eres delincuente mientras no se demuestre lo contrario.


Y me consta que es un problema conocido por los veteranos
08/08/2009 21:41
LA ESCUELA DE LOS GOLPES DUROS

Nunca olvidaré ese primer día ante la puerta del puesto de policía de Jacksonville. Me encontraba incómodo, y tenia la impresión de que todo el mundo me miraba, con mi flamante uniforme azul y todo aquel cuero que crujía. Si durante mi” aprendizaje escolar había adquirido la convicción de que era capaz de desempeñar mi papel, ahora había perdido toda confianza en mi mismo, y permanecí bajo la lluvia mirando las otras siluetas vestidas de azul que entraban a paso rápido. Al cabo do algunos minutos hice de tripas corazón y penetre en el puesto de policía comenzando así mi nueva carrera de funcionario de la policía urbana.

Aquel primer día me parece ahora muy lejos.

En el momento en que escribo he hecho más de cien patrullas. Aunque soy todavía un bisoño, son tantos los acontecimientos que se han producido en estos seis meses que ya nunca seré ni ese hombre, ni ese científico que se presento ante el puesto de policía ese primer día. Aunque sea difícil indicar, aun resumidamente en un corto artículo, los muchos cambios que se produjeron en mi, durante ese período, quisiera comunicar a mis colegas policías a mis compañeros del mundo universitario algo de lo esencial de lo que llamaré mis “lecciones de la calle”.

Siempre había pensado que los policías exageran mucho el número de insultos de palabras y malos tratos de que son víctimas en servicio. Las primeras horas pasadas en la calle, como policía, me encontraba en un estado de felicidad que no debía durar mucho. Como profesor de Universidad, estaba acostumbrado a ser tratado con respeto y deferencia por todos. Me imaginaba un poco ingenuamente que encontraría ese mismo respeto en mi nuevo papel de policía. Después de todo, yo era representante de la ley; todos, gracias a mi insignia y a mi uniforme, podían ver que estaba consagrado a la protección de la sociedad. Ciertamente esto me daba derecho a cierto respeto y a cierta cooperación por parte del público; al menos así lo creía yo. Muy pronto me percaté de que mi insignia y mi uniforme, más bien que protegerme contra el gamberrismo y la violencia, no hacían sino atraerme, como un imán, hacía numerosos individuos que odiaban lo que yo representaba.

No me había impresionado la advertencia que me había dado la primera tarde un veterano. Un “sargento” que al saber que yo tenía que empezar a trabajar en una patrulla me había dicho moviendo la cabeza: “Tenga cuidado, profesor. A veces es muy duro”. Pronto comprendí lo que quería decir.

La primera tarde, algunas horas después del comienzo de mi patrulla, se envió a mi colega y a mí a un bar del centro para restablecer el orden. En el establecimiento encontramos a un borracho de fuerte complexión que discutía con el encargado del bar y se negaba a marcharse.

Teniendo yo una gran experiencia con los presos y los enfermos mentales, me apresuré a hacerme cargo de la situación. “Perdón, señor, dije con una sonrisa amable al borracho, ¿tiene la bondad de salir para hablar conmigo un momento?”. El hombre, asombrado, me miro con ojos redondos e inyectados de sangre durante algunos instantes y se puso a rascarse el mentón, no afeitado desde hacía varios días. Después, de repente, sin preámbulo, ocurrió la cosa. Se precipitó contra mí, no alcanzándome felizmente en el rostro, y me golpeó en el hombro derecho, ¿Qué había hecho yo para provocar tal reacción? Antes de que me hubiera repuesto de mi sorpresa me golpeó de nuevo, arrancando esta vez la cadena de mi silbato sujeta a la hombrera. Después de una breve lucha, logramos encerrar al borracho, que continuaba gritando y jurando en la parte trasera de nuestro automóvil de patrulla. Durante unos momentos traté de cobrar aliento, con el cabello en desorden, contemplando los daños sufridos por mi nuevo uniforme; completamente estupefacto, mire a mi colega, que se contento con sonreír y darme una palmada afectuosa en la espalda.
08/08/2009 21:41
LA TEORIA FRENTE A LA PRACTICA

“Hay algo que no va bien”, pensaba para mis adentros en el automóvil mientras que nos dirigíamos hacia la prisión. Muchisimas veces había yo adoptado la misma actitud suave y constructiva con los reclusos y los delincuentes en período de “prueba”.

El resultado siempre había sido bueno. ¿Por qué había de ser diferente por el hecho de ser policía? La respuesta a esta pregunta se me daría de manera un tanto ruda en los días y las semanas siguientes. Cuando era profesor de Universidad había tratado siempre de inculcar a mis alumnos la idea de que es un error imponer la autoridad, decidir por los otros o apoyarse en órdenes y mandamientos para hacer algo. Pero cuando fui policía eso fue exactamente lo que tuve que hacer constantemente. Por primera vez en mí vida me encontré frente a individuos que veían en la bondad una debilidad y una invitación a la irreverencia y a la violencia. Me encontré frente a hombres, mujeres y niños que, bajo el impulso del miedo, de la desesperación o de la emoción, apelaban a lo que se encontraba tras mi uniforme azul y mi insignia para guiarles, vigilarlos y dirigirles. Para alguien que había siempre condenado el ejercicio de la autoridad, aceptarse como símbolo ineluctable de autoridad fue una amarga revelación.

Descubrí que entre encontrar a individuos como lo había hecho en el marco de instituciones psiquiátricas o penitenciarias, y enfrentarse con ellos, como debe hacerlo el policía cuando son violentos, están excitados o desesperados, había un mundo. Al vestir el uniforme de policía perdía el lujo de estar sentado en un despacho climatizado con mi pipa y mis libros, con versando reposadamente con el autor de una violación o de un robo a mano armada sobre los problemas de su pasado que le hablan conducido a ponerse contra la ley. ¡Aquellos delincuentes parecían tan inocentes, tan inofensivos en el marco aséptico de la prisión! Los delitos que habían cometido a menudo terribles, pertenecían a un pasado ya muy remoto y se reducían como a sus víctimas, a cierto número de palabras impresas en una página.

Ahora, en cuanto policía, empece por primera vez a ver en el delincuente una amenaza muy real para mi seguridad personal y la de nuestra sociedad. El criminal ya no era una persona inofensiva, vestido con un mono azul, sentado al otro lado de mi mesa en mi despacho de la prisión, ni una “víctima” de la sociedad, que debía ser tratada con piedad y clemencia. Era un autor de robo a mano armada que huía del lugar de su fechoría, un loco peligroso que con el arma en la mano amenazaba a su familia, alguien que agazapado tras el volante de un automóvil en una calle mal iluminada podía matarme.
08/08/2009 21:40
PROFESOR QUE SE CONVIERTE EN POLICIA

Precisemos inmediatamente que mi intención de hacerme policía de uniforme fue acogida ante todo con una incredulidad bastante general por parte de mi familia, de mis amigos y de mis colegas, Con treinta y un años, una familia y un porvenir abierto de criminólogo, yo era seguramente la última persona de la que podría esperarse que entraría en la policía. Se me hizo comprender que la idea en si misma era escandalosa y absurda. Se me dijo que ningún jefe de policía en su sano juicio permitiría que un universitario entrara en su servicio. Esto nunca se había hecho ni podía hacerse.

Afortunadamente, varios de mis alumnos, que habían sido policías o lo eran aún en esa época, mostraron mas optimismo y entusiasmo. Según ellos, los jefes de la policía y los policías mismos se alegrarían de la ocasión que se les ofrecía de mostrar a los universitarios los problemas inherentes a su profesión. Si uno de nosotros quería realmente ver y sentir lo que es el mundo del policía cuando se está dentro del uniforme, y no desde lo alto de esta fortaleza segura y confortable que es una cátedra o un aula de la Universidad, los policías mismos harían todo lo que estuviera de su parte para que ese el proyecto se realizara.

Pese a las seguridades dadas por mis alumnos policías, yo era escéptico cuanto a las probabilidades de que se me autorizara a hacer una cosa tan poco ortodoxa.

Pero tal escepticismo desaparecería pronto. En efecto, uno de mis mejores alumnos de criminología, en licencia para estudios dada por el sherif de Jacksonville (Florida), al saber que yo quería hacerme policía, me incitó a ponerme en relación con el sherif Dale Carson y el sherif adjunto D. K Brown, de Jacksonville, para exponerles mi idea. Ya había oído yo decir que la policía de Jacksonvílle y del “county” Duval era uno de los servicios más de vanguardia del país. Supe que el sherif Carson y su adjunto Brown, dos antiguos agentes del FBI, eran muy respetados en los medios policiales porque eran administradores inteligentes e innovadores.

El tamaño y la composición de la ciudad de Jacksonville, así como su proximidad a mi Universidad y a mi domicilio, parecían hacer de ella el lugar ideal para lo que yo me proponía hacer. Jacksonville, con algo más de medio millar de habitantes, me parecía una típica ciudad norteamericana en rápido crecimiento, que indudablemente conocía los principales problemas sociales de nuestra época; el crimen y la delincuencia, la inestabilidad racial, la pobreza y las enfermedades mentales. Puerto de mar y centro industrial, Jacksonville presentaba, en su extenso territorio, una gran variedad de poblaciones urbana, suburbana e incluso rural. Observé en particular que tenía un barrio bastante típico de casas miserables o chabolas en el centro y un “ghetto “ negro, ambos en plena mutación bajo el impulso de un vasto programa de urbanismo. Esta última particularidad era especialmente importante para mí, por cuanto quería experimentar yo mismo las tensiones a que esta sometido el policía de nuestras ciudades de hoy. Después de todo, él era quien desde siempre constituía el objeto del interés y de las críticas de los especialistas en ciencias sociales como yo.

Con gran sorpresa por mi parte, el sherif Carson y su adjunto Brown no sólo, apoyaron mi idea de hacerme policía sino que manifestaron también un gran entusiasmo. Les precisé, desde el comienzo, que no pretendía ser un observador ni un oficial de reserva, sino un agente o numero ordinario y a tiempo completo de su servicio durante un período de 4 a 6 meses. Declaré, además, que esperaba trabajar, duraste la mayor parte de ese tiempo, como policía en uniforme, en uno de los equipos que patrullan en las calles céntricas y se enfrentan sobre todo con la violencia, la pobreza, la inestabilidad social y una fuerte criminalidad. Se declararon de acuerdo, quedando entendido que yo tendría que cumplir primeramente las mismas condiciones que los demás candidatos. Tendría, por ejemplo que someterme a una encuesta detallada y a un examen de aptitud física y tener el mismo nivel mínimo de instrucción que todos los demás funcionarios de Florida. Como no se me pagaría, las condiciones exigidas de los funcionarios públicos no se me aplicarían.

08/08/2009 21:40
UN REPLANTEAMIENTO

Carson y Brown se aplicaron a resolver diversas dificultades administrativas y ciertos problemas de seguros que había que arreglar antes de que yo fuera policía. Supongamos, por ejemplo, que en acto de servicio yo resulte herido o muerto, o que yo hiera o mate a alguien. ¿ Hasta que punto es responsable la policía de la ciudad? Estos y otros problemas se resolvieron uno tras otro, gracias a los esfuerzos de los dos hombres. Ellos no pusieron sino una condición, con la que me conformé enteramente: era que por razones psicológicas, todos los policías del servicio supieran exactamente desde el comienzo, quién era yo y lo que hacía.

Aparte de mi situación insólita de “policía profesor”, yo sería en todo igual a los demás policías, desde el revólver reglamentario Smith and Wesson, de calibre 0,38, que llevaría conmigo, hasta el uniforme y la insignia.

El último obstáculo y el más importante era que debía cumplir enteramente una ley de 1.967 que reglamenta la policía de Florida: Según esta ley, cada policía y sherif adjunto del Estado debe haber cursado por lo menos 280 horas de estudios antes de poder prestar juramento y ser destinado a un servicio normal. Mis funciones a jornada completa de profesor de Universidad a cerca de 300 Km. de Jacksonville me impedían seguir las clases de la escuela oficial de sherifs. Tendría que seguir las de una escuela de policía reconocida en mi propio sector, lo que pude hacer gracias al patrocinio del sherif Carson.

Durante cuatro meses, cuatro horas al día y cinco tardes por semana, seguí las clases de la escuela de policía de la región de Tallahassee con treinta y cinco condiscípulos más jóvenes que yo. Mi calvicie de intelectual me hacía enseguida destacar en medio de aquellos jóvenes que se destinaban a la carrera de funcionarios de la policía. No obstante, con el tiempo me aceptaron y confraternizamos. Bromeábamos, tomábamos café juntos, y juntos hacíamos frente a los exámenes y a las clases. Al principio me llamaban “el Profesor”, pero después de mis joviales protestas me apodaron “Doc.”

A lo largo de los días, de las semanas y de los meses, tomé largas notas sobre la manera de interrogar a los testigos en el lugar del crimen, levanté actas sobre accidentes de circulación imaginarios y tome huellas digitales, Algunas noches, después de haberme entrenado con mis condiscípulos, todos más jóvenes y fuertes que yo regresaba a casa con los músculos doloridos, con cardenales en el cuerpo y con el sentimiento de que la idea de lanzarse a una empresa tan ruda era de la competencia de un psiquíatra.

Aunque en mi vida había disparado, me acostumbre rápidamente al ruido de treinta y cinco revólveres disparando sobre maniquíes de cartón1 que a la orden del silbato nuestros espíritus transformaban en agresores reales.

Aprendí a detener correctamente mi vehículo, a acercarme a una puerta de entrada o a un edificio en la oscuridad, a interrogar a sospechosos y otras mil cosas que todo policía moderno debe saber. Después de lo que parecía su una eternidad, obtuve, finalmente, mi diploma de la escueta de policía y viví lo Que debía ser la experiencia más difícil, pero también la más fecunda de mi vida: fui policía.
08/08/2009 21:38
6 MESES EN LA PIEL DE UN POLICIA

Por el Doctor Georges L. KIRKHAM
Profesor Adjunto de la Escuela de Criminología
Universidad del Estado de Florida
Tallahassee, Florida (EE.UU.)

Cuando pienso que los policías, en estos últimos años, han sido objeto de críticas cada vez más numerosas por parte de diversos individuos y grupos sociales, no puedo por menos de preguntarme cuantas veces han tenido que apretar los dientes y cuántas veces han podido desear que sus censores se vean enfrentados solamente con algunas de las duras realidades con que ellos tropiezan en su trabajo.

Es tradicional que los universitarios como yo, estén siempre dispuestos a hacer reproches a la policía. A partir de incidentes aislados relatados por los diversos órganos de prensa, nos hemos forjado una imagen estereotipada del policía, que para nosotros tiene la ventaja de corresponder a lo que sabemos que es. Lo que vemos es el “Poli” brutal, racista, turbio, grosero. Pero lo que no vemos son los miles de hombres y mujeres entregados en cuerpo y alma a su trabajo y que luchan desesperadamente por preservar nuestra sociedad y todo lo que en ella amamos.

Desde hace varios anos, primero como estudiante y después como profesor de criminología, me obsesionaba el hecho de que la mayor parte de los que escribimos libros y artículos sobre la policía no han sido nunca policías ellos mismos. Me sentía cada vez más incómodo ante muchos de mis alumnos, que eran antiguos policías. En mis clases, en las que ostentaba frecuentemente un sentido crítico muy desarrollado frente a la policía, ocurría a menudo que ellos me replicaban que me era imposible comprender lo que un Policía está obligado a soportar en la sociedad moderna si yo mismo no había ejercido esa profesión.
Sintiendo que me faltaba algo y convencido de que el saber tiene un lado práctico tanto corno teórico, decidí recoger el desafío: me haría policía para determinar una vez por todas la exactitud de lo que los otros criminalistas y, yo decíamos desde hacía tanto tiempo sobre la policía.

08/08/2009 21:01
Mi preocupacion viene cuando resulta que todo un colectivo es afectado por las lineas que una persona pone en un foro, y que casualmente siempre se acaba tirando por el suelo el trabajo de agentes, letrados jueces y todo el que este relacionado con la seguridad ciudadana, cuando resulta que los infractores suelen ser los que solicitan la ayuda en un foro donde la mayoria de los que escribimos nos dedicamos con mayor o menor pericia a eso.

Pero bueno, es naturaleza humana culpar a los demas de los problemas que uno mismo se origina, problemas que dicho sea de paso en tiempos de crisis se deberian evitar si no queremos luego tener que pagar abogados.
08/08/2009 20:49
Sotomondro, esa és la riqueza de la cultura.
Contestar con cortesía y de la mejor manera a quienes con educación lo solicitan.
Aquí nadie dispone de los instrumentos que el juez tiene para acercarse a la verdad, los que nosotros utilizamos son la lectura y la crítica hecha según cada cual alcanza.
Saludos

08/08/2009 20:26
por craxo, justo despues escribi "cuando inicie mi ultima respuesta no me referia a nadie en..." y no lo pongo entero para no repetir, pero bueno, tratare de volver a aclarar lo anteriormente escrito.
Cuando escribi el hilo que Ud menciona, me referia al foro en general, no a este hilo en particular, y en el foro si que encontrara situaciones como las que le he mencionado e incluso mas rocambolescas.

Por azgz, aunque cada vez salen mas datos que en principio solo puede conocer de primera mano el afectado, como por ejemplo lo que paso en el furgon policial, yo prefiero escribir en base a que lo escrito es del todo cierto y con eso me quedo, otra cosa es que me lo crea o no.
08/08/2009 18:48
A Sotomondro lon que le sorprende es que otras cuestiones que se plantean en el foro y que afectan directamente a la persona que las expone se contesten en unas pocas respuestas y que ésta que nos ocupa que se inicia por una persona que tuvo un conocimiento indirecto de los hechos genere este número de respuestas. Lo que sotomondro no sabe es que josemariarivas fue el que recibió los gomazos, que por cierto todavía le pican, y además sólo aporta la información que le interesas para obtener la respuesta que desea.
08/08/2009 18:36
Autor: sotomondro Fecha: 08/08/2009


increible lo que esta dando de si este hilo...
como es posible que un hilo en el que una persona manifiesta que ha sido condenado con ordenes de alejamiento, a pagar multas de varios miles o que ha provocado daños a otra persona sean cortesmente contestados,



¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿ ??????????????????? Yo en este hilo no veo nada de eso .
¿No te has equivocado de hilo?
08/08/2009 14:03
cuando inicie mi ultima respuesta no me referia a nadie en particular si no mas bien al generico de hilos del foro, aclaro esto por que no es mi intencion causar ningun tipo de mal entendido.
08/08/2009 14:01
increible lo que esta dando de si este hilo...
como es posible que un hilo en el que una persona manifiesta que ha sido condenado con ordenes de alejamiento, a pagar multas de varios miles o que ha provocado daños a otra persona sean cortesmente contestados, y que cualquiera expone una situacion de la que conoce solamente lo que vio desde una distancia prudencial acabe con 112 contestaciones¡¡¡
pues señores, les guste o no, los agentes son necesarios entre otras cosas para que los que se meten en la fuente, no sigan a mas y acaben haciendo cosas peores, pero bueno, si alguien cree que estamos de mas, que se pase por zonas donde el acceso a los agentes sea mas complicado, lease "barranquillas" o sitios similares, y si se siente seguro pues quizas este en lo cierto, la policia sobra en una sociedad civilizada, sociedad en la que no vivimos.

como ya puse mas arriba, no voy a defender lo indefendible, pero ya esta bien de hacer populismo barato con una actuacion de unos agentes, actuacion de la que solo tenemos la vision de alguien que no vivio en primera persona lo que paso alli, si no mas bien como espectador.
08/08/2009 13:39
Cuando dije uno al principio del hilo quise decir un detenido no un bañista. Si quieres te muestro la denuncia que puse y asi ves como no estoy mintiendo, pone que eran varios bañista que al fin y al cabo es donde importa, para el juez no para ti kapitan. Un error por las prisas lo tiene cualquiera machote pero solo los que no tienen por donde salir se aferran a un clavo ardiendo.

Por otro lado nosotros presentaremos las imagenes de las camaras de seguridad y eso es porque salen imagenes que muestran el abuso de autoridad.

El chico tenia dni y estabamos resolviendo pacificamente que vivia cerca, le dejaba las llaves a una amiga y esta traia sus papeles.

Todo podria haberse solucionado de un modo pacifico porque aqui los unicos que tenian ganas de bronca eran los policias.

Una vez tienes a la gente fuera de la fuente sin hacer nada ilegal, ¿porque tantas prisas si se puede resolver de buen grado para todos?

El policia pone la multa, el colombiano es identificado por bañarse y los ciclistas continuan su camino.

Pues más tarde le dijeron al chico en el coche de policia: "Por lo menos os hemos jodido la fiesta, a ti y a tus amigos" y le arrearon un gomazo al sacarlo del coche antes de entregarselo a los nacionales.
08/08/2009 10:00
Craxo, no descalifico a nadie, constato hechos.

Doy por hecho que miente porque da dos versiones completamente distintas, y una imposibilita a la otra, por lo que o falta a la verdad en la primera o lo hace en la segunda. Tú, sin embargo, das crédito a pies juntillas a todo lo que dice, me parece muy bien, si eso es lo que quieres creer.

Das por hecho que la policía llegó dando guantazos, es curioso que aquí no tienes dudas, lo aceptas sin cuestionártelo, y dime, crees realmente que eso pudo ser así, sin más? No te parece más lógico que antes intentaran resolverlo de un modo más satisfactorio para todas las partes? Te aseguro que esas situaciones son desagradables para todos, y fíjate que no niego la posibilidad de que efectivamente hubiera gomazos, sino que si éstos se produjeron fue con la motivación requerida.

En cuanto al colombiano, no tengo ni idea de como acabaría, tan solo hago suposiciones que parten de la información sesgada que da josema, que éste iba indocumentado, y como identificarse convenientemente es requisito imprescindible para poder ser denunciado y sancionado, o en el caso de los extranjeros no comunitarios para demostrar su estancia regular en el país, entiendo que pudo pasar cualquier cosa, pero que su traslado y posible detención puede estar más que justificada, y no, la policía no tiene gafas con rayos X, por eso precisa ver y comprobar documentaciones y por eso es tan aconsejable no dejársela (olvidada o no) en casa.
07/08/2009 23:16
Eso de tener paciencia en una situación como esa está bien cuando uno se encuentra sentado en una butaca comiendo palomitas. A mi la experiencia me dice que en esos casos se ha de resolver la situación lo antes posible. Si empiezas a marear la pérdiz la gente se piensa que te estás achicando, entonces se crecen y la situación suele acabar igual o peor. La otra solución es que los policías agachen las orejas y se marchen sin hacer nada pero entonces A TOMAR POR EL CULO el principio de autoridad. Y así la próxima vez que un policía pida la documentación a éste o cualquiera de los que se encontraba en el lugar por cualquier otra cosa pués haran lo mismo para que los policías se vuelvan a achicar. Por lo tanto caña al mono que es de goma, y vale de tonterías, si estás haciendo algo que está prohibido lo mínimo que tienes que hacer es aceptar las posibles consecuencias que se deriben de ello.
07/08/2009 19:29
A ver seguís con las descalificaciones personales y eso no nos lleva a ningún sitio.

Kapitan tu puedes estar muy seguro de que Josemarivas miente y has expuesto por que crees que miente pero eso es solo tu opinión los demás tenemos libre albedrío y podemos de momento decantarnos libremente entre tu opción y la suya o mantenernos neutrales.
Podrías escribir que en tu opinión miente pero no asegurar que miente.

A mi me gusta muy poco que la gente se meta en las fuentes a bañarse pero creo que hay opciones mas inteligentes que ponerse a dar guantazos a la gente que estaba bañándose y los que había alrededor una de las opciones inteligentes se llama paciencia .

Y mas teniendo la razón y la ley de su parte no se por que hay que tener prisa.

En cuanto que el colombiano estuviera ilegal en este país no es mas que una suposición y mas en ese momento en el que podrían saber que esta legal pero es imposible saber si se esta ilegal .
¿O acaso la policía tiene gafas con rayos X para saber si se esta legal o ilegalmente?


07/08/2009 18:50
Pues sí Morinelli, no disfruto, tan solo le constataba al señor Alfonso que a él también le eliminan mensajes, porque creo que era de recibo.
07/08/2009 18:45
Vuelve a leer el post que publiqué el día 23, anda. Para mentir hay que saber, y tú, lamentablemente (para ti), no tienes ni idea.

Al colombiano se lo llevarían por infringir una ordenanza, ir indocumentado, probablemente encontrarse en situación irregular en el país. Hay que demostrar que la estancia es regular mediante algún documento (NIE, DNI, pasaporte con visado en vigor). Es posible que quedara detenido por infracción a la 4/2000, internado o no en un CIE, que llegado el momento lo metan en una avión hasta su Colombia natal, donde seguramente podrá bañarse en las fuentes públicas a su antojo, y cuando la policía colombiana le diga que salga, lo hará a uña de caballo, o crees que allí se permitirá el lujo de comportarse como con toda seguridad lo ha hecho aquí?
07/08/2009 15:23
Eres muy raro kapi. No disfruto con las prohibiciones ni tampoco las hago cumplir. Lo que me hace gracia es pensar como puedes haber llegado a razonar que deberiamos saltarnos las normas del foro para que veamos tu mensaje. Según ustedes las normas están por algo, ¿no? ¿que es eso de pasarlas por alto? ¿Acaso es que aveces las normas parecen un tanto arbitrarias? Sobre todo cuando nos las aplican a nosotros mismos.
¿Te gusta saltarte las normas rebelde?

Si te digo bocazas es porque me llamas mentiroso, bocazas se le dice a quien tiene la boca muy grande y mentiroso a quien miente. Tienes la boca grande porque no miento y no lo demuestras.