Estoy sorprendido por la linea de mensajes y contestaciones que se ha establecido. Comprendo que lo propuesto por Cary implique controversia y opiniones distintas. Lo que me ha sorprendido es como a partir de unas palabras reprobadoras de una opinión se acabe terminando en un juego detectivesco sobre la personalidad de un nick, y que al final uno de esos nicks termine aportando todas sus pistas e ingenioso sistema de detección simbólica, de modo y manera que ya no se sobre qué tema se estaba tratando inicialmente.
En fin, espero que esto no sea la norma. Por ello, y retomando la opinión inicial de Cary, quiero plantear brevemente la mía.
Aplaudo la reflexión de Cary. Nace de dentro de alguien que quiere encontrar soluciones a un problema vital: la responsabilidad para con los hijos. Pero sin embargo, no podrá ser llevada a la práctica, por cuento si hay un valor que esté por encima, incluso del amor, es el de la LIBERTAD. Y ello, a pesar de toda la razón que tiene Cary, mientras se nos permita social y legalmente, será imposible de intercambiar por cualquier otro valor.
Creo en este sentido, que cuando una pareja se deja de querer, se acogerá a sus valores de libertad individual y social para realizar su vida como considere oportuno. Ello incluye que pueda haber casos, extraños en la sociedad que vivimos, que puedan tener la libertad de incluso perderla por sus hijos; más diría yo, si estuviesen de acuerdo con su pareja, incluso conviviendo juntos sin amarse, todo ello por sus hijos. Pero no son más que posibilidades de libertad.
Mi posición personal, que quiero expresar claro, es totalmente personal, se fundamenta en la responsabilidad para con mis hijos por siempre. Creo además en el amor eterno, y en la fidelidad en la pareja. Pero soy responsable de mis valores y no lo soy de los de los demás. Por lo tanto, respetando la libertad de cada uno, y en uso de mi libertad personal, la lucha desde el esfuerzo por mis hijos será imperecedera. Si no cuento con la posibilidad de mantener una buena relación con la madre de los niños, seguiré trabajando por el amor de los mismos sin ella. Y si tengo que oponerme a las conductas de la madre porque considero que son nocivas para mis hijos, lo haré, aunque me traiga consecuencias negativas.