buenos días, tengo como todos los que andamos por aqui mil problemas, bueno el que me viene ahora es el siguiente.
Guarda y custodia la mama( como siempre) en Aragón con la nueva ley y que si quieres arroz catalina, mi hijo 16 años lo tira su mama de casa hace unos meses y se viene conmigo, denuncio y fiscal y juez no ven delito alguno y archivan la denuncia.
Mí pregunta ¿ pueden obligar a mí hijo a volver con su madre teniendo 16 años?
Gracias de antemano por vuestras respuestas incluso aunque no me gusten.
Granguerrero, de entrada cualquiera tendría que conocer más en profundidad su caso para opinar con el máximo acierto. Sobre todo se requeriría una valoración del menor.
Tal y como lo expone, tan sucintamente, a muchos les pudiera parecer un despropósito que usted denuncie y fiscal y juez no vean delito alguno. Aunque a mi no me sorprende, estoy de vuelta de muchas, más graves, si cabe. He sido víctima de violaciones de derechos humanos, en España y fuera de ella. Puedo documentarlo. Con respecto a una denuncia por violaciones de derechos humanos, esos que no prescriben y que si son competencia de los tribunales españoles en todo caso, más si son nacionales del mismo, en otro país, ante estos últimos, recibí un auto lavándose las manos y declarándose no competentes, dejo a su imaginación los sentimientos que puedo albergar hacia España. Con esto quiero que se dé cuenta de en qué clase de país está. Estos hechos son muy significativos en cuanto a lo que puede esperar.
Por otra parte, y es algo que ya vaticinaba hace mucho, algunas modificaciones introducidas en los códigos civiles de algunas comunidades autonómicas se quedan en agua de borrajas, es el si quieres arroz Catalina, lógico, cuando el espíritu que anima los cambios falla por su base. El hecho autonómico no deja de ser, en buena medida, un despropósito legal y una chapuza. En este sentido me sorprendió una exposición del PP en su programa electoral, venía a decir que si todos somos españoles no se pueden dar diferencias en muchas materias por el hecho de vivir en una comunidad o en otra. Cierto. Lo que conduce a lo que ya se inventó hace mucho para estos casos, el federalismo y sus leyes federales. No en vano ya se acuñó, con gran acierto, el concepto de Reinos de Taifas para los gobiernos autonómicos.
El hecho de que la custodia expulse de la vivienda al custodiado si debiera ser objeto no sólo de responsabilidades en materia civil sino, probablemente, también en materia penal. No acierto a ver las causas, causas sujetas a los principios de la razón universal, para que ni juez ni fiscal vean que no es así. No obstante, Granguerrero, entiendo que hizo lo correcto, por los menos tiene prueba de las actuaciones y los hechos han quedado constatados. Garantía de que no se va a meter en ciertos berenjenales, es curarse, y mucho, en salud.
¿Obligar a un menor de esa edad? Tema muy peliagudo a esas edades, su hijo no es crío de 6 años, debe ser escuchado por un juez, puede promover su emancipación, si tiene, más que madurez, una voluntad firme, difícil va a ser obligarle a lo que no quiere, etc. El “niño comete la sopa”, a esas edades, va quedando fuera de lugar. Aunque debiera persistir, pero esto no es posible en este país, dada su legislación y la situación política.
Mas que meterse en temas penales contra la custodia, aunque aprecio que puede haber cierta base, yo me decantaría por cuestiones civiles, ¿cambio de custodia? Quizás su problema se pueda resolver a través de una modificación de medidas, ahora la custodia la está ejerciendo usted de hecho, y tiene pruebas de ello. En ese proceso legal el menor puede decir mucho e incluso su opinión puede ser determinante si tiene algunas cuestiones claras. Depende tanto del grado de madurez del menor como de su declaración de intenciones. Vamos, que si el menor, no tan menor, se planta delante del juez y le dice que quiere vivir con usted y que rehúsa volver a convivir con su madre, en principio, el juez lo va a tener muy en cuenta y, sin perjuicio de que tal juez pueda tomar una decisión absurda, abundan, el empecinamiento de un menor a esas edades tiene muchas probabilidades de éxito. Algo ajeno a la sensatez, la sensatez no tiene género, en estado puro, en la mayoría de casos, pero es lo que hay en este país, donde las dictaduras se concatenan, donde la barbarie, y con ella las violaciones de derechos humanos, ahora emanan o dimanan de su componente femenino o, mejor dicho, se cometen en nombre de él. Más del 50% de la delincuencia de este país invoca como eximente en la comisión de sus delitos palabras como igualdad, feminismo, género y un largo etcétera de palabras que constituyen su jerga, jerga de delincuentes, ya habituales.