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La relación laboral de los abogados

Hace ya mucho tiempo, que publiqué alusiones a la necesidad de que los despachos de abogados, empezaran a asimilar que la relación mercantil que mantenían con sus letrados, estaba próxima a su fin, y ahora esta circunstancia es ya una realidad. En pocos meses todos los despachos de abogados, tendrán que adaptar su personal jurídico, al régimen general de seguridad social, según la disposición adicional a la ley, que ha regulado la relación laboral especial de los abogados.

Esto como todo en esta vida, es el fruto de las señales que la historia contemporánea, nos va dejando en forma de fenómeno meteorológico, donde el resplandor luminoso precede en tiempo al efecto eléctrico y al estruendo sonoro de un trueno.

En los años ochenta, este país pudo socializar los estudios universitarios, facilitando el que todas las familias, pudieran enviar a sus hijos a formarse en la enseñanza superior, circunstancia esta que multiplicó por 9 o 10, el número de alumnos que hasta la fecha se matriculaban. Esta mejora social, estaba incluyendo a futuro dos factores de aviso importantes.

El primero determinado por el aumento de licenciados o colegiados en el mercado profesional, que sin duda haría aumentar la oferta en el mercado.

El segundo por la bajada del riguroso nivel profesional, producido por la facilidad de acceso a carreras universitarias, de jóvenes carentes del espíritu necesario, que el sector jurídico demanda.

Estas dos circunstancias, que han ido aumentando con cada promoción, han desencadenado situaciones, que finalmente actualizan el sector dentro del conglomerado social laboral de este país.

Situaciones como la de no tener capacidad de asimilar el sector, un número tan excesivo de abogados, provocaron la lamentable realidad, de ver opositar licenciados en derecho a puestos del servicio de limpieza municipal.

Otra situación ha sido, la de incorporar abogados recién licenciados como personal en practicas o “Juniors”, por una remuneración económica simbólica no suficiente, y manteniéndolos en rotación durante muchos años, por la excesiva oferta que de este puesto estaba produciendo la universidad.

Tras leer esto estaba claro que “De aquellos barros vienen estos lodos”, dejando el sector a merced de un sentido generalizado de precariedad laboral.


La realidad nos deja pocas o ninguna posibilidad de salvación, para un sector que va a necesitar casi tres años más, para asimilar el trago de ver aumentado el principal gasto de su estructura, en un 35% aproximadamente.

Las consecuencias a corto plazo, van a ser variadas según el tamaño del bufete, donde los abultados salarios de algunos abogados, no podrán ser soportados por sus empresas, al ver que los costes laborales prácticamente se engullen el beneficio que hasta la fecha obtenían.

Otra consecuencia será, la natural de intentar repercutir el aumento del coste salarial a los clientes, con el consiguiente freno de muchas empresas o clientes para aceptar los presupuestos presentados, circunstancia esta que aunque se resistan, acabaran aceptando cuando el sector en pleno actué de igual forma por necesidad.

No hemos de olvidar, que quien también lo va a sufrir, será el recién licenciado, que si tiene la suerte por su despabilamiento o aptitudes para esta profesión, de que lo fiche un despacho de abogados, será bajo una reducción salarial importante, pues ahora las empresas ofrecerán salarios brutos, en la misma o poca aumentada cantidad en que antes eran netos, siguiendo esta situación por lo menos tres años como anteriormente citaba, hasta que el sector haya podido repercutir en sus minutas el aumento del gasto que esta disposición ha provocado en sus estructuras.

Es evidente que todos los despachos de abogados, van a necesitar cambiar la forma de remuneración e incentivos, que han venido utilizando hasta la fecha, pues el estado les ha conferido a todos, un tratamiento de empleados cualificados, equiparándolos a cualquiera de los miembros del equipo directivo, en empresas en este país y que ello implica que su tratamiento, aunque no