¿Están los Abogados creando un Nuevo Marketing?El marketing jurídico
Que el despacho de abogados debe tender hacia una visión claramente empresarial, aplicando las técnicas empresariales y optimizando de este modo las estructuras internas del bufete, es hoy una cuestión que se impone en base a la necesidad propia y a la altísima competitividad del sector, y ello a pesar de que su actividad tiene un particularismo casi estatutario por su vertiente económica y judicial. La gestión del despacho de abogados moderno es una combinación que engloba deontología y competitividad.
Lo cierto es que la empresa de abogados de hoy tiene el imperativo de rentabilidad, pero también tiene exigencias de competencia y de moralidad, ambas inseparables del contexto secular de la profesión de abogado.
Así pues, aún hay quien se pregunta el ¿Por qué se cuestiona que un bufete de abogados no pueda funcionar como una empresa?. Esta es una pregunta que constantemente vamos contestando y que se demuestra por las acciones que las firmas van realizando constantemente y de una forma más intensa en los últimos años.
En cierto sentido es todavía predominante la creencia por parte de la sociedad sobre nuestra profesión de abogado consistente en estar orientados a la solución de casos concretos de nuestros clientes. Pero, ¿qué sucede cuando existen una infinidad de abogados que pueden solucionar ese mismo problema?, ¿Qué pasa cuando el número de abogados y bufetes crece incesantemente y el mercado se vuelve cada vez más competitivo?; pero sobretodo ¿qué pasa cuando existen abogados que van adquiriendo poco a poco estrategias que los están diferenciando del resto?.
Podemos decir así que el concepto del marketing y su aplicación en los despachos de abogados ha evolucionado en los últimos tiempos. Como resultado a todo ello ha surgido pues, la necesidad de crear un marketing "nuevo", adaptado a la idiosincrasia de la profesión, un nuevo enfoque que permita no sólo ver al bufete de abogados como un profesional o grupo de profesionales, prestador-es de servicios, sino que lo hagan ver, más como un satisfactor de necesidades. Entramos pues en estos tiempos en una nueva concepción de marketing avanzado o global, más activo y ligado a políticas de comunicación cada vez más directas y de más información al cliente, donde prima el desarrollo estratégico de las necesidades de los potenciales clientes, y donde las necesidades están saturadas, el mercado globalizado, y la innovación ocupa un papel fundamental, donde la diversificación es rica y la producción a la vez es cuantitativa y cualitativa.
El rol del marketing es pues el de responder a todas las necesidades más específicas de los clientes y de adaptar la producción a estas segmentaciones del mercado. El posicionamiento del despacho y su marca, pasará a ser un elemento fundamental en su desarrollo y sostenimiento en el tiempo.
Nos situamos pues en una evolución constante de esta nueva forma de ver el marketing, donde el abogado está adquiriendo una percepción diferente de su profesión y de su realidad, adquiriendo poco a poco una visión más empresarial de su hacer diario. El profesional del derecho y los bufetes tienen delante el reto de ver la necesidad de su mercado estratégico, puesto que todavía la gran mayoría de los abogados aún no tienen definidos sus servicios y sus productos y han llegado al mercado sin conocer las particularidades de su oferta sobre sus potenciales clientes o consumidores de sus servicios. El despacho, ellos, deben delimitar su mercado de referencia para atender las necesidades de particulares y/o de empresas, y sobre todo de lo que él se siente capaz de ofrecer. Hay pues que apostar por la especialización y por ofrecer el mejor servicio en el mercado o mercados escogidos.
Y decimos que estamos en una evolución constante, porque el marketing siempre ha existido dentro de un bufete de abogados (el captar un cliente es una acción de marketing), simplemente que no se